(Iker)
No sabía que le habían dicho a Vera sobre mí, que habrán inventado en ausencia de esa pieza que faltaba en su memoria, si siquiera me habían mencionado.
Entendí que no, el lunes de la siguiente semana, cuando Rosaura me intercepto a mitad de camino y ellos estaban abrazando a Vera, ella no tenía idea de quienes éramos, su mirada me lo dijo todo.
Así como ella había sido un día invisible para mí, ahora yo lo era para ella.
Bendito karma.
•••
Al día siguiente del gran beso, regrese a casa de Mariela, teníamos que aclarar esto, no iba a decir que no, Vera me atraía, quizá su ternura, quizás esa timidez... no podía dejarla ir así de fácil y más sabiendo lo que ella sentía esa misma atracción por mí.
Cuando llegue, estaban desayunando todos, así que llegue en un buen momento.
Y nuestras miradas se cruzaron, un atisbo de sonrisa apareció en su rostro y en el mío también, pero decidí sentarme al otro extremo de la mesa, era mejor que desayunara bien ya que en la noche, no la vi cenar.
Después de un rato, platicando y riéndonos de todo lo que hicimos, Vera se levantó para ir al sanitario, y yo la seguí, los demás estaban tan encantados en su conversación, que ni cuenta se dieron, la espere afuera y cuando salió la tome del brazo y la bese... así de sorpresa, ella soltó un gritito pero me respondió el beso y mordió mi labio, lo cual, me gusto
—Espera Iker... tenemos que hablar— dijo entre besos y me detuve, ambos sonreímos
—Ya tengo que irme a mi casa, mi mamá me ira a ver como a las 4 ¿me acompañas?— asentí y la seguí, primero entro al cuarto de Mariela a guardar sus cosas y luego se despidió de todos, yo les hice señas de que regresaba en un rato y nadie dijo nada ¿Por qué habrá sido?, no le tome importancia y la seguí, ella llevaba su March azul así que nos fuimos en él, me dejo conducirlo, íbamos en silencio, pero se podía sentir el deseo.
Conduje lo más rápido posible con las instrucciones que me iba dando Vera y una vez que llegamos, casi corrimos a su departamento, no aguante más y la acorrale contra la pared haciendo que ella gimiera, pero luego de un rato, me separo de ella
—Te dije que teníamos que hablar Iker— dijo con una sonrisa en su rostro y tomo mi mano guiándome a su pequeña sala de vinil color negro, tomo un cojín y se sentó con las piernas cruzadas frente a mí
—¿Por qué me besaste de nuevo en la mañana?— pregunto
—¿No querías que lo hiciera?— replique y ella rodo los ojos y mordió su labio
—Obvio que sí, sino ayer no te hubiera yo besado a ti— y se sonrojo, lo dije, ella era tierna, quizá demasiado
—Bueno... pero sabes que yo...— ella suspiro y me miro a los ojos
—Si, sé que tienes novia y al besarte, sabia a lo que me atenía contigo... sinceramente, esperaba que llegáramos a mas— sinceramente a mi, su respuesta me sorprendió mucho, pero igual me había quedado con ganas de mas
—Pero quiero que quede claro que no involucraremos sentimientos... yo no quiero lastimarte, creo que ya has visto como soy, como hombre...— no me dejo terminar de hablar porque se acercó a mí y me beso
—Yo entiendo eso y acepto ser lo que tú me pidas... yo no sirvo para relaciones serias y sinceramente, no quiero una— dicho esto, la tome por la cintura acercándola más a mí y seguimos besándonos, y no, no pasó nada más allá de un faje.
Ahora sería mi tierna Vera.
Mi tierno pecado.
•••
No podía dejar de pensar en el día que todo comenzó, ni siquiera nos conocíamos lo suficiente para empezar una "relación" de ese tipo, bueno en realidad creo que una "relación" de esas, es así y creo que ahí fue donde todo se fue al caño porque yo sabía que ella mentía, ella no era de esas chicas, sabía que lo hacía porque ella estaba enamorada de mí.
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Tierno pecado. ©
Novela JuvenilTodos pecamos por amor. Unos por amar a quien no se debe. Otros por no amar a quien se debe. Y otros por no saber la diferencia... ✓Escritora destacadas en "Especial 14 de Febrero" de la editorial Kings of Kings PROHIBIDA SU COPIA TOTAL O PARCIAL...