¡Dudas!

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—¿Lista para comenzar? — Preguntó Luciel sonriendo.

Asentí lentamente y me sonroje

—No estés nerviosa, te gustará...— Susurró de forma seductora.

—La última vez dijiste que no serías rudo y lo fuiste, ¿porqué habría de creerte..? —Murmure.

—No tienes que hacerlo, ¿y recuerdas qué dije después?

—Q-Que lo comprobaria mañana...— Mi sonrojo aumentó al repetir sus palabras.

—Exacto —Sonrió de lado.

—¿Entonces s-serás... rudo? —Lo miré a los ojos, nerviosa.

—Si —continuó con esa sonrisa — Pero esta vez te mimare un poco~

—¿M-Mimar?

Asintió y comenzó a bajar poco a poco hacia mi entrada; me quitó la cobija y se relamió los labios.

—Estas muy mojada~

—N-No digas esas cosas...—Susurré .

Soltó una risita y continuó. Me bajó la poca ropa que tenía y mi entrada quedó al descubierto. Luciel la acarició lentamente mientras un suspiro escapaba de mi boca; nunca había sido mimada de esta manera. Enseguida acercó su rostro a mi entrada y la lamió un poco, luego metió su lengua dentro y simuló pequeñas embestidas con ella.

—Luciel... —Suspiré .

No respondió. Ahora, lamía ese botón que me hacía sentir en el cielo, con mucho entusiasmo. Metió el primer dedo sin que me enterara y comenzó a moverlo. Tuve que morderme el labio para evitar soltar un gemido, cuando metió el segundo dedo y comenzó a hacer tijeras dentro mío. ¿Cómo puede saber todo este tipo se cosas si él es "católico"?

Arquie mi espalda y cerré los ojos con fuerza. Luciel disfrutaba cada gesto que hacía, podía notarlo con cada sonrisa que aparecía en su rostro cuando gemía o suspiraba.

Sus dedos comenzaron a adentrarse más en mi interior, esta vez no pude evitar soltar un gemido.

—Gime más~ — Susurró cerca de mi entrada y continuó lamiendo.

—Ah...~ —Gemi. No sé porqué le hice caso.

Sonrió satisfecho y y se alejó de mi, otra vez esa sensación de estar vacía me inundaba y me incomodaba.

—¿Q-Qué haces...? —Pregunté algo molesta.

—Tu sólo disfruta~

Se puso arriba mío y su rostro quedó a la altura de mis pechos. Otra sonrisa apareció en su rostro; una de sus manos aprisiono mi pezón y comenzó a pelliscarlo. Mientras tanto, él uso su boca para lamer mi otro pecho. Era una sensación extraña, pero se sentía tan bien que no quería que parara. Con mi mano libre acaricié su cabello y lo alente a que se lo metiera más.

—Que chica tan pervertida — Dice con una sonrisa demasiado lasciva para mí gusto.

—E-El pervertido eres t-tu — Respondí.

—¿Enserio~?

—C-Callate.

Soltó una pequeña risita y continuó lamiendo con estusiamo. Su lengua parecía saber todos mis puntos débiles ya que siempre, siempre gemia con cada lamida y pelliscada que hacia.

Seguramente mañana duelan de una forma horrible, pero lo valdrá.

Después de unos minutos, Luciel pareció aburrirse de chupar y me besó con suavidad.

¡Que El Mejor Hacker Gane!【LucielΧReader】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora