¡Que el mejor hacker gane!
Estas cansada de perder contra Luciel en sus juegos del hackeo. Así que él te propone algo que no puedes rechazar. Ganarle una vez y que el acepte que eres la mejor hacker que existe o que el gané y tu debes hacer todo lo...
Por fin había llegado a la casa de Luciel; era más grande y más impresionante de lo que imaginaba. Durante las vídeollamadas el cuarto de Luciel estaba hecho un desastre: papeles tirados por todos lados, bolsas de papas en el suelo, entre otras cosas.
Toqué el timbre de su puerta y enseguida se abrió. Luciel me recibió con una sonrisa y se hizo aun lado.
—Bienvenida a mi casa, ___.
—Si, si — Pasé a su casa ignorandolo — ¿Dónde está la cocina? Quiero terminar con esto rápido.
—¿No éstas feliz de venir a mi casa~?
—No.
Después de que Luciel fingiera llorar me llevó a la cocina; era muy grande y llena de herramientas profesionales de chefs. Pero por más impresionante que fuera estaba llena de basura y toda desordenada...
—Vaya desperdicio —Murmuré. Me doble las mangas y comencé a limpiar el lugar; lavé los platos, recogí la basura y saqué los ingredientes para empezar a cocinar.
—¡Wow, quedó genial! —Gritó Luciel desde la entrada de la cocina.
—Solo me trajiste para limpiar este lugar y hacerte la comida, ¿no? Además, ¿no tenías una sirvienta que hacía todo esto?
—¡Claro que no! Te traje para mejorar tus habilidades con las manos y ver quien es el mejor hacker —Bufó — Y justo ahora Vanderwood no está disponible...
—Ajá... —Rodé los ojos y seguí cortando las verduras.
Seguí preparando todos los ingredientes para la sopa de pollo -ya que como es Semana Santa no creo que Luciel coma carne-. Una vez terminada de cocerse la serví en dos platos y los llevé al comedor. Luciel esperaba en la mesa, estaba trabajando hackeando algo y en cuanto me vio la cerró y la hizo a un lado. Se me hizo un gesto realmente lindo, no era como esas personas que traían el trabajo a la mesa.
[Aclaración, el pollo se considera carne blanca al igual que el pescado y marisco. Por lo que si se puede comer en semana santa]
Le puse el plato enfrente suyo con una sonrisa y me senté enfrente de él. Iba a darle un sorbo a mi sopa cuando miré a Luciel que al parecer estaba dando gracias por la comida, hice lo mismo que él y en cuando terminó comenzamos a comer.
—¿Te gusta? — Le pregunté.
—Me encanta —Sonrió—. Serías una muy buena madre...
—Oh, eh... Gracias. Aunque no creo casarme pronto.
—¿Por qué?
—No me llama mucho la atención eso de tener hijos o dejar mi trabajo...
—¿Eso quiere decir que si te interesa alguien?
—Y-Yo... Algo así.
—¿Me dirás quién es? — Sonrió dándole un sorbo a la sopa.
—Nop —Sonreí—. ¿Y quién ganó esta prueba?
—Mmm — Dejó la cuchara a un lado y se quedó pensativo—. Creo que yo —Bufó.
—¿¡Qué!? -—Me levanté y golpeé la mesa.
—¡Ja, ja! ¡Era broma, ____! Definitivamente ganaste tú —Sonrió dulcemente.
Me senté en la silla más relajada; me había dado un susto.
—Ahora, —Continuó— la última prueba es mañana. Mañana se decidirá quien será el ganador, ¿éstas lista, ____?
—Claro que si —Le sonreí desafiante—. Preparate para perder, Luciel~
