Capitulo 2.-

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-Te estoy hablando- aparecí frente a lo que se podría llamar su oficina, el se había largado sin dejar que intentara convencerlo de que ese trabajo no era para mí... no aun. Los otros arcángeles no me podían importar menos. Rahab era el único que quizá podría hacer algo.

-No tengo nada que decirte.

-¿Como que no?- estaba a punto de explotar y si le cortaba la jodida cabeza no iba a ser mi culpa- Tu mejor que nadie deberías saber porque no quiero esto.

-Tu mejor que nadie deberías entender que yo no mando- él se sentó y lo vi soltar un suspiro, seguro lo estaba molestando. Pero, no me importaba.

-No puedo hacerlo, solo necesito tiempo.

-Ya tuviste el suficiente tiempo... siempre se sentirá así _____, siempre dolerá igual y lo siento. – Su mirada no mostraba lastima pero su tono condescendiente me enojo aun mas.

Me moví dando largas zancadas hasta quedar frente a él.

-No pienso hacerlo, tal vez a ti no te importe. Pero yo no venderé mi vida, ni me uniré a nadie solo porque ustedes lo piden.

-Yo no lo pedí... no te obligaría, nadie de nosotros lo propuso.

Rodé los ojos y el tomo mi mano.

-Pero yo no puedo ser igual que tu.

-Lo siento, pero no puedo hacer nada.

Me solté de su agarre y apreté los puños a mis lados tratando de no llevarlo hasta su mejilla, por su sonrisa sabia que el bien entendía que estaba más que molesta. Y su sonrisa solo lo empeoro no me contuve y lleve mi mano a su mejilla. Tenía casi la misma fuerza que él, pero él era más rápido y antes de que pudiera siquiera estar cerca de su cara el tomo mi mano y la doblo haciendo que cayera contra su pecho.

-No me golpearas hoy.

-Lo hare por Shama.

El rodo sus ojos y llevo su mano a mi mejilla mientras me obligaba a verle.

-Se que también no es una buena fecha pero míralo como una distracción. Así no estarás en la cama de una docena de tipos.

-¿Que tienen hoy que todos me lo echan en cara?

Su sonrisa se ensancho y no pude más que quedarme ahí. Vivía rodea de belleza pero nadie le hacía competencia.

-Yo no te reprocho nada- sus labios se acercaron y yo aleje mi mano de su agarre para llevarla a su pelo.

-Tu mujer vendrá.

-Y que importa- antes de que dijera mas sus manos ya estaban cargándome por la cintura mientras sus labios chocaban con los míos violentamente.

Quisiera decir que intentaba resistirme. Pero no, el me gustaba de manera física... mucho, y me caía lo suficientemente bien para tolerarlo pero nunca para quererlo. Él era un tipo perfecto para simplemente olvidarlo todo.

Mi sonrisa se extendido mientras seguía su beso y llevaba mis mano a sus espalda, jale la ropa rompiéndola mientras sentía sus fuertes brazos flexionarse a mi alrededor. El se alejo y sonrió cuando vio que estaba desnudo.

-Eres rápida.

-Mucho más que tu. - Le sonreí e incline mi cabeza alzando una ceja. Di unos cuantos pasos a su alrededor pero antes de llegar a su espalda el ya me había rodeado con sus brazos y alas, al segundo estuvimos en un enorme cuarto. El me tiro en la cama y yo me reí mientras lo sentía rodearme y arrancar mi vestido.

-Veamos si recuerdas lo que es tener buen sexo con alguien que dure más de cinco minutos.

-¿Le llamaras a un caído?- me burle porque me gustaba joderle. El sabía que me acostaba mayormente con humanos. Pero los ángeles caídos también estaban en mi lista y sin duda no les pedían nada a los ángeles.

Espere por que respondiera pero su sonrisa diabólica fue todo lo que tuve antes de que se enterrara en mi.

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-Por si querías otra razón, aquí la tienes.

El estaba sudando y se alejo un poco de mi en la cama para ver mis ojos.

-¿Ya estamos con eso de nuevo?

-Quizá a la otras estúpidas las hagas saltar cuando tu digas después de follarlas pero a mí no. Veo la relación que tienes, te uniste a ella por deber y ahora la engañas cada vez que puedes.

-Ella también lo hace.

-Exacto. Perdimos a quien debíamos tener. No tiene sentido perder el tiempo intentándolo con alguien más.

Su ceño se frunció.

-Entonces por qué vas por ahí buscando alguien que te dé un poco de cariño.

El no había intentado decir algo hiriente pero aun así lo sentía como un puñetazo.

-Por lo mismo que tu lo haces y por lo mismo que lo hace ella.

-Somos amigos, tú tienes a ese tipo Gadiel.

-Gad es solo mi amigo.

-Sí pero lo aprecias, yo aprecio a Shama. Solo únete a él puedes dejar que sea libre y tu también.

-¿Me podría seguir acostando contigo?

-Tengo que buscar un poco de beneficio también.

Él se rio de el dedo que le enseñe.

-No quiero unirme a alguien solo porque me obligan, no le haría eso a Gad, a ti no te importa Shama pero a mi Gad si y si el encuentra a su compañera después de unirse conmigo, no me lo perdonaría.

-Sabes que todos encuentras a su compañera a cierta edad. Él ya la paso supongo que quizá su ángel podría ser una caída.

Él se levanto mientras tomaba una bata.

-No piensas que si hubieras sido un poco más grande nos abríamos podido fastidiar el uno al otro uniéndonos.- El estaba tratando de que el ambiente tenso desapareciera.

Estar con él quizá si hubiera sido lo mejor, yo no esperaría amor y él tampoco. No nos dañaríamos.

-De cualquier manera... piénsalo.

-No hay nada que pensar- hable mientras lo veía caminar hacia la puerta y yo me levante de la cama.

-¿Entonces dejaras que un inocente se condene?

-No es un inocente si me mandas con él.

-Ve e intenta salvarlo.

El se fue sin ver atrás y yo me vestí. Quería bañarme pero lo haría después. Justin Bieber, ese nombre me sonaba bastante. Un suspiro salió de mis labios al reconocerle. Un jodido cantante, un jodido y estúpido cantante famoso. Tenía que salvar a ese niño. Tenía ganas de ir por Rahab otra vez y ahora si arrancarle la cabeza. ¿No podía ser alguien más? Tenía que salvar de irse al infierno a Justin Bieber.

Sálvame: 31 días (Justin Bieber y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora