Sinopsis.-

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Ángeles... espíritus celeste creados por Dios para su ministerio. Según la Biblia, los ángeles fueron creados por Dios en estado de gracia y felicidad. Sometidos a una prueba, unos fueron fieles a Dios, otros se rebelaron y perdieron la gracia y la felicidad. La Sagrada Escritura da solo el nombre de tres arcángeles: Miguel, Rafael y Gabriel. La teología medieval elaboró una doctrina sistemática sobre los ángeles, basándose en su carácter de espíritus puros. Lo simplificare: los ángeles en algunas religiones son vistos como espíritus puros, servidores y mensajero de Dios, que en ocasiones se aparece a los seres humanos, encargados por Dios de la custodia de cada persona.

Esto es lo que puedes encontrar en internet si buscas el significado de un ángel, la gran parte es verdad, aun que como todo ser vivo no somos para nada "puros"... en especial yo. Como a todos, también nos gustan muchas cosas, igual que a los "humanos" y no somos tan santos como nos quieren ver, nos gusta el sexo, el alcohol, la música, las apuestas, drogas. Pero no todo es diversión; también ayudamos a las personas, no todos, cada quien tiene un trabajo que hacer en la tierra.

El sonido de mis tacones haciendo eco contra el mármol del piso llegaba por toda la iglesia, mi mirada estaba fija en la pequeña capilla, rodee los ojos sintiéndome cansada de esto ¿por que los humanos a veces eran tan estúpidos?, por que creer en una religión que no tenían la mínima idea de lo que era dios y solo buscaban sacar dinero de su fe ciega, deje escapar un suspiro sintiéndome aun mas cansada quería salir de aquí... odiaba la iglesia o cualquier otro templo que adorara a dios, metí la mano en la bolsa de mi chaqueta y saque el paquete de cigarrillos, empezaba a escuchar la lluvia caer afuera de este lugar. Prendí el cigarrillo mientras  veía la figura de mármol frente a mi... el ángel Gabriel, quería reírme, ese ángel si quiera existía. Deje salir el humo por mi boca sintiéndolo arder en mi garganta, espere hasta terminar mi cigarrillo mientras repasaba todas la figuras en la iglesia. La mayoría si quiera existía, tire el cigarro y lo pise con el tacón para después caminar a la esquina donde estaba la capilla... a hacer mi trabajo.

Me senté en el banco de madera que estaba ahí y toque dos veces; la pequeña ventana se abrió, dejando ver a el sacerdote.

-Buenas tardes hija- yo rodee los ojos mientras identificaba el idioma de su voz.

-Buenas tardes -hable en el mismos idioma- quiero confesarme.

-Por supuesto, estoy para ayudarte - el silencio lleno la iglesia hasta que el hablo de nuevo- ¿cuales son tus pecados?

-He hecho muchas cosas malas - mi voz apenas fue un susurro- he mentido... he caído en el pecado como ustedes le dicen.

-Todos cometen errores.

-Vivo de fiesta en fiesta, me acuesto con un hombre diferente cada semana- una sonrisa se extendió en mis labios- drogas, juegos... eso se repite cada día.

-¿Te arrepientes?- pregunto después de un tenso silencio.

-No... no puedo destruirme aun que lo intente -la sonrisa se esfumo mientras pasaba una mano por mi cabello.

-No mereces dañar tu cuerpo, dios perdona a todos.

No pude evitar reír.

-Perdóneme padre por que he pecado, he mentido, he caído en varios de los peores pecados, he traicionado a muchas personas... he matado. Y no creo que tu dios pueda salvarme- dije con burla- y yo no quiero que me salve.

Antes de que pudiera decir una palabra aparecí frente a el mientras sonreía radiante viendo su cara de incredulidad.

-Co...¿como?

-Sabes- sonreí señalándole- una parte de esa mierda que tienen escrita en los libros es cierta, me presento - dije alzando una ceja y haciendo una falsa reverencia- mi nombre es _____ Rusell y soy un ángel.

-Estas loca- su voz sonaba rara y podía ver su miedo aun que el se empeñaba en ocultarlo. Su cabeza giraba tratando de encontrar una explicación lógica.

-Claro- asentí- pero ese no es el punto- le guiñe- sabe padre - hable aun con mas burla- los Ángeles como cualquier otra "especie" tienen reglas... pero esas reglas siempre se pueden romper por las personas de arriba- sonreí- y esta... lamentablemente para ti, es una de esas veces- hice mi chamarra a un lado y metí mi mano en la parte trasera de mi pantalón para dejarle ver una pistola browning hi-power 9mm.

El padre se levanto de su asiento dispuesto a salir yo me gire hacía la puerta y la cerré sin moverme de mi lugar. Él se volteo hacía mi viéndome ahora sin ocultar su miedo, moví mi mano y el seguro de la puerta hizo clic.

-Yo no...- deje salir un suspiro mientras negaba. Me comencé a acercas a el mientras lo apuntaba con el arma- no disfruto matando gente inocente- el sonido de la bala se oyó aun mas con el eco de la iglesia y vi la mueca de dolor mientras se sentaba de nuevo tomando su pierna que ahora sangraba, guarde el arma y saque el cuchillo que era mas grande que el promedio y mas filoso- este no es el caso- negué mientras me ponía frente a el- es bueno matar a hijos de puta como tu- y antes de que pudiera pestañear entere el cuchillo en su pecho hasta la empuñadura- tendrás tiempo suficiente para pensarlo dos veces antes de hacer daño a alguien- moví el cuchillo aun lado y supe que di en su corazón, pasaron unos segundos cuando vi la vida irse de sus ojos. Este era mi trabajo y lo disfrutaba cuando se trataba de librar al mundo de idiotas como este, saque el cuchillo y lo limpie con su habito lo metí tras mi pantalón y lo cubrí con mi abrigo, limpie mis manos en su habito también y abrí la puerta de la capilla para salir por el pasillo de la iglesia.

Vi la gente entrar pero seguí caminado sin darles importancia, ellos no me veían, llegue a la puerta justo cuando escuche el grito de las mujeres al encontrar el cuerpo sin vida del padre, ellas debería agradecerme. Acomode mi abrigo mientras sentía la lluvia empaparme, estaba en algún lugar al norte de España, no sabia con exactitud donde y la verdad es que no me importaba, extendí mis alas sintiéndome mas relajada y volé, me gustaba volar, era de las pocas cosas que agradecía de mi existencia, el viento soplaba fuerte contra mi cara mientras yo volaba hacía Canadá, ahí estaba Gad, ya quería llegar no podía perderme una fiesta con el.


Sálvame: 31 días (Justin Bieber y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora