La curiosidad mató a Allison

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Allison se levantó de la cama, con las manos sudorosas y un rostro que combinaba el temor y el enojo. Al ver que comenzaba a avanzar hasta el umbral de la desgastada puerta, Lana la tomó por la manga de la camisa y dio pequeños jalones, mientras susurraba "No" repetidamente. Allison se libró de Lana y salió de la habitación.

La ansiedad comenzó a hacerse presente en Lana, y el miedo llegó a tal extremo que le hizo paralizarse casi por completo. Había perdido la movilidad de todo su cuerpo, a excepcion de sus ojos, aun podía mover los ojos, además de sentir su alterada respiración. Mientras que Allison, a pesar de escuchar la pesada respiración de Lana, que poco a poco aumentaba su ritmo, se había decidido a no mirar hacia atrás. Miró hacia los lados, esperando encontrarse con aquella cosa. La densa niebla del lugar, no le permitía ver más allá de sus manos, así que decidió caminar  hacia la derecha cuidadosamente, tocando las paredes exteriores de la habitación. Seguía sin ver nada, y eso la hacia ponerse más ansiosa con cada segundo que pasaba ahí.

No pasaron más de cinco minutos para que Allison se diera cuenta de que algo en el sonido del ambiente había cambiado. No eran los pequeños insectos haciendo ruido. No, era algo mucho más cercano. Intentó aguantar la respiración, para poder escuchar con mayor atención. Sonaba como el susurro del viento, sonaba como una sutil melodía femenina. Allison cerró los ojos y se concentró en este sonido. Pero, hubo algo que la obligó a salir de sus pensamientos. Fue tan repentino que Allison retrocedió de un brinco. El sonido de una respiración, una respiración  gruesa y agitada, digna de una bestia. El miedo obligó a Allison a sacar un par de lagrimas, que rápidamente resbalaron por sus mejillas para terminar en su barbilla y caer pacíficamente al suelo.

Intentó enfocar a lo que fuese que estuviera frente a ella en ese momento, pero la densa niebla podía más que ella. Miró hacia sus lados, en busca de algo útil que pudiera usar en ese momento. Rápidamente, encontró una gruesa rama, que hasta ese momento se había encontrado reposando a su lado izquierdo. Resbaló por la húmeda tierra que descansaba debajo de ella, cayendo estruendosamente. Aun así, logró tomar la rama y lanzarla con todas sus fuerzas a lo que sea que quisiera lastimarla.

Un aullido de dolor fue suficiente para darse cuenta de lo que había hecho.

-¡Diablos, Lana! - Dijo Allison, con cierto miedo en su voz

Allison hizo un esfuerzo enorme por levantarse, y cuando finalmente lo logró, se posó frente a Lana.

-¡¿Qué te pasa?! – Dijo Lana, acercándose a Allison 

-¡¿Por qué no dijiste nada?!

-¡No lo sé, ¿Qué esperabas que dijera, estúpida?

-¿Y la mejor opción era respirarme en la cara sin moverte? ¡¿Quién demonios hace eso?!

-¡No se de que me hablas! – Lana tomó aire – Yo acababa de salir cuando arrojaste la vara -

Un silencio incomodo se hizo presente. Por la forma en que hablaba, Allison sabía que Lana estaba diciendo la verdad. Esto le hizo sentir un escalofrío que recorrió toda su médula espinal y le hizo estremecer. Ambas sabían lo que eso quería decir, pero decirlo solo las haría reaccionar peor. Sabían que al decirlo, terminarían ahogadas en llanto, conteniendo las lagrimas lo más posible. Decirlo tan solo les haría aumentar el sentimiento de irrealidad.

Después de aquella terrible caída, Allison estaba cubierta en lodo. Así que, sin decir palabra, se dio la media vuelta y caminó hasta las duchas. Lana, por su parte, decidió irse a dormir sin preguntar nada en absoluto. Lana se mantuvo despierta, hasta que Allison fue a dormir. Y así, simultáneamente, cayeron rendidas ante el sueño, pero no de la forma que esperaban. La ansiedad que sentían las había obligado a despertar de golpe un par de veces durante la noche y toda la madrugada. Aun así, ninguna decía nada. Ninguna quería hacerlo.

Alrededor de las 5:00 am, Allison se despertó de golpe, sin recuerdo alguno de lo que había soñado. Se quedó pensando en lo que había pasado, aun cuando no quisiera, tenía que aceptar la dura realidad. En un intento por despejar sus pensamientos, se levantó de la cama y, aun sin olvidar lo que había pasado, se acercó lentamente a Lana. Lana despertó rápidamente, con un aire que indicaba había dormido bien.

-¿Es demasiado temprano para ir a explorar? - Dijo Allison, sonriendo dulcemente -

Lana tan solo la miró fijamente, antes de levantarse por completo de la cama. 

-Por supuesto que no - Respondió Lana, con cierta felicidad -

Ya habían descubierto un par de lugares interesantes: Las duchas, las ruinas, el puente y la cabina telefónica. Y ambas tenían bastante presente el hecho de que había alguien o algo más ahí, de quien no se sabía que pensaba de ellas, ¿Las miraba como una amenaza? ¿No se daba cuenta de su presencia? ¿Les era indiferente?; Esto pasaba por la cabeza de ambas mientras caminaban tomadas de la mano. Ya se habían internado entre los árboles, y la tensión había aumentado.

-Allison... - Dijo Lana, apretando con mayor fuerza la mano de esta -

Allison la miró, y comenzó a examinar su expresión, que indicaba terror. Se limitaba a observar un punto en específico en la nada. Allison observó un par de veces, pero no lograba ver nada. Y así, sin previo aviso, Lana volvió en sí.

-Lo siento, no se en que estaba pensando - Dijo con cierto nerviosismo, antes de seguir caminando, con la expresión de un niño mintiéndole a su madre -

Lana soltó la mano de Allison y siguieron caminando, con cierta tensión en el aire. Allison sabía que Lana le estaba mintiendo, de forma descarada. Aun sabiendo que lo que Lana le había dicho no era del todo cierto, prefirió quedarse callada. Porque en ese justo momento sólo podía pensar en "La curiosidad mató al gato".

Survive:The DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora