Vanishing Point

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Había pasado un largo día, sin nada interesante que hacer o decir. Nada nuevo que descubrir o misterios que resolver. Tan solo Lana y yo, sentadas a la sombra del edificio, con la espalda recargada en la pared exterior de las duchas. Se sentía como el final de una gran vida, con el atardecer detrás de nosotras, y nuestras risas como único sonido en el ambiente.

Aun cuando no habiamos hecho demasiado, ambas estábamos demasiado cansadas como para esperar. Así que fuimos a dormir en el momento exacto en que la noche cayó sobre nosotras, aligerando el ambiente. Sin embargo, Lana había decidido darse una ducha antes de ir a dormir. Aun cuando era de noche, Lana decidió ir sola hasta el auto. A mi no me quedó más que respetar su decisión e ir a la habitación a esperarla. No necesitaba darme prisa, así que subí las escaleras lentamente, teniendo cuidado de donde pisaba. Incluso me detuve un momento en el descanso que había entre ambos pisos. Me senté un rato en el suelo, fuera de la habitación. 

La niebla comenzó a invadir mi espacio, lo cual era algo normal en aquel lugar. Pero cada vez se volvía más densa, hasta que respirar me resultaba algo difícil.  Me puse de pie y decidí entrar a la habitación. Me senté en la cama. Un fuerte olor a gasolina invadió el ambiente, podía sentir como mi estómago daba vueltas. Estiré el cuello de mi blusa hasta mi nariz con ayuda de mi pulgar; Lamentablemente, el olor era tan fuerte que era capaz de traspasar la tela. Decidí olvidarme de esto, para intentar dormir. No me costó demasiado.

Y así, mientras dormía plácidamente, un grito ahogado pudo ser percibido a la lejanía. Estaba demasiado cansada como para razonar. Podía ver el peso de Lana en el colchón sobre mi. Por lo tanto, yo suponía que aquellos misteriosos sonidos eran producto de mi agotada consciencia.

-Lana - La llamé suavemente, mientras golpeaba con la mano a quien se encontraba sobre mi -

No recibí respuesta alguna, supuse que estaba demasiado dormida. Aun con esto en mente, mi curiosidad era mayor que mi empatía en aquellos momentos. Me puse de pie y comencé a mover al pequeño bulto envuelto en las sábanas.

-Despierta - Dije, extendiendo la última sílaba -

Fue entonces que, a través del espacio restante entre la puerta y la oscuridad de la habitación se coló una fuerte luz amarilla. Rápidamente me asomé a través del umbral. Detrás de un par de árboles podía observarse una brillante luz roja. No tardé en darme cuenta de que no era sólo una luz, era fuego. En cuanto pude captar lo que estaba  viendo, desapareció. La luz desapareció sin dejar rastro. Mi cerebro asimilaba con temor lo que ante mis ojos había pasado. Automáticamente vino a mi el recuerdo de las cosas que se decían en los pueblos de las bolas de fuego. Para ser sincera, después de todas las cosas que había visto en aquel lugar no me hubiese sorprendido darme cuenta de que aquel resplandor que había resplandecido frente a mi se trataba de una bruja. Después de tanto tiempo aquí, es imposible saber en que se debe creer. Sentí una punzada en el pecho: Comenzaba a dudar de Lana.

Survive:The DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora