El último en entrar por la puerta la cerró con tan fuerza que temí que de pronto se viniera abajo. Todos nos miramos entre nosotros, con rostro pálido y expresión alarmada.
- ¡¿Qué carajo vamos a hacer?! –estalló Sam, mientras se llevaba las manos a la cabeza y sostenía su pelo en angustia.
- No, no...esto no puede estar pasando –se quebró Vanessa mirando al suelo, negando con la cabeza.
- No es tan malo –trató de calmarnos Austin- Es decir, parece ser alguien razonable. Además, el mundo está lleno de Caravanas...pudo ser cualquiera.
- ¡Fuimos nosotros! –estalló Sam- ¡Nosotros!
- Tienes razón –entró en pánico el rubio- ¡Vamos a morir!
- Para solucionar esto, primero tienen que cerrar la boca ustedes dos –los controló Jafet, aunque él tampoco se veía muy tranquilo.
- No entiendo –interrumpió Eric confundido.
- La Caravana...nosotros la tomamos fuera de una tienda de autoservicio mientras una horda nos seguía –traté de explicar, pero entonces me quebré- Fuimos nosotros...matamos a su familia.
- No –me calló Jafet- No matamos a nadie, solo tomamos un vehículo abandonado en medio de la calle, ninguno aquí jaló del gatillo...
Se calló y sentí como si todos en la habitación me voltearan a ver y aunque verifiqué que no era cierto la sensación no se marchó. Jafet se disculpó con los labios, asentí para darle a entender que no había problema. Pero no era cierto. Comenzaba a sentirme realmente mal con todo lo que estaba pasando.
- Estoy de acuerdo con Jafet –admitió Alan impactado- Pero...no sé si Cranston lo vea de la misma forma.
- Como dije...es razonable –insistió Austin.
- ¿Razonable? –repitió Halston- No creo que este bien de la cabeza...es decir, ¿vieron cómo se jactó de matar a todas esas personas?
- Perdió a su familia frente a sus ojos –contó Alex- vio a varios más morir frente a sus ojos, pasó días encerrado en la oscuridad, tuvo que acudir al canibalismo para sobrevivir y cometió una masacre aquí sin remordimiento alguno...todo en poco menos de dos semanas.
- Definitivamente tiene algo en la cabeza –concluyó Ellen.
- Alguna mierda de psicosis postraumática o algo así –trató de explicar Alex.
- El mató a mi padre –soltó Rawvanna de pronto con un rostro mudo de expresión.
Todos la miramos atentamente.
- ¿Qué estás diciendo? –pidió Ellen.
- Cranston quemó Schutzville –explicó- El reloj en su comedor...es el que estaba en el Ayuntamiento...
- No...no lo reconocí –lamentó Alan.
- Pudo ser solo uno similar, debe haber varios de esos por todas partes –buscó Halston.
- Reconocería ese reloj donde fuera, es el que estaba en el Ayuntamiento, lleva ahí varias décadas, desde que mi abuelo fue alcalde.
- Quizás solo se acercó al fuego y encontró ya el pueblo en llamas –dijo Halston tratando de encontrar una explicación dónde nuestro anfitrión no fuera un demente.
- Lo de Schutzville fue un accidente –se convenció Vanessa.
- Bueno, yo me lo he pensado bastante –dijo Eric, un tanto temeroso por compartir su idea- No dije nada porque no quería sonar paranoico... ¿pero y si en realidad fue un ataque? Es decir, estábamos bien organizados. Aún no me explico cómo pudo iniciar el fuego así de la nada. Además, el Mayor admitió que había grupos peligrosos en los alrededores del pueblo.
Todos miramos al suelo lidiando con el conflicto que se producía en nuestras cabezas. Me sentía culpable por la muerte de los Cranston, pero no era eso lo que no me dejaba tranquilo. Sino el profesor y que haría si se enterase, ¿se volvería loco? Los chicos creían que ya lo estaba, pero a mí me había parecido alguien tan común, tan normal. ¿Podría el haber destruido Schutzville? No podíamos estar seguros de que no fuera así, habíamos evacuado el pueblo tan rápido que incluso traía pijama puesta.
- Bien, primero que nada...no podemos dejar que Cranston vea la Caravana, si lo hace...se acabó –afirmó Jafet tratando de tomar las riendas.
Todos asentimos de acuerdo.
- Podríamos irnos ahora, escapar –propuso Austin.
- No, sabría que ocultamos algo e iría tras nosotros. Sin combustible no llegaríamos muy lejos –dijo Alex.
- Podríamos tomar el lugar –propuso Eric.
- ¿Qué? ¿Ahora hacemos eso? –se ofendió Vanessa.
- Odio admitirlo, pero no es tan mala idea. El problema, nos superan en número, en armamento y todavía tenemos suficiente moral para no hacerlo–lamentó Jafet.
- Además, no haremos nada que incluya armas sin antes estar seguros de que realmente ellos destruyeron Schutzville –solté.
- Ellos lo hicieron, lo aseguro –soltó Rawvanna.
Jafet estuvo a punto de responderle, pero entonces le detuve.
- Quedémonos aquí. Mañana trataremos de mantener ocupado a Cranston, mientras el resto carga combustible y saca la camioneta d vuelta al camino. Nos despedimos del hombre con la excusa de que deseamos caminar un poco, evitamos que nos acompañe al granero y vea la Caravana, fin.
- Me parece un buen plan, lo que no me convence es que suena demasiado simple –analizó Alex.
- Funcionará- me apoyó Vanessa.
Rawvanna puso los ojos en blanco. El resto estuvo de acuerdo, y sin decir más nos fuimos a la cama. En diez minutos las luces ya estaban apagadas y todos tratábamos de dormir un poco. La habitación se llenó con el tranquilizador sonido de la respiración pasiva de todos. Pero no podía quitarme de la cabeza esa mirada alterada que tenía Rawvanna desde el comedor. ¿Sería real? ¿Ese hombre había destruido un pueblo entero?
No pude tolerar la duda, necesitaba respuestas. En cierto momento me puse de pie, sentí el frío del suelo recorrer mis plantas y subir por mi espina y expandirse al resto de mi cuerpo haciéndome temblar un poco. Pensé en ponerme zapatos, pero decidí que así solo lograría hacer más ruido. Abrí lentamente la puerta de la habitación cuidando no hacer sonido alguno, asomé mi cabeza por el pasillo y vi a un hombre armado, estaba patrullando.
- ¿Logan? ¿Qué haces? –preguntó Jafet mientras se ponía de pie y se acercaba a mí- Vuelve a dormir.
Ahí, en la oscuridad a media noche, se veía realmente exhausto tanto física como emocionalmente. Le hice señas para que bajara el volumen de su voz.
- No necesito dormir, necesito respuestas.
- ¿Estás loco? –susurró- Nos pones en peligro a todos. Además, ¿Qué planeas encontrar?
- ¿Y si es cierto? ¿Y si estas personas quemaron Schutzville?
Jafet miró al suelo.
- A dormir Logan, es peligroso.
- No vas a detenerme –afirmé.
- Entonces supongo que iré contigo –lamentó.
ESTÁS LEYENDO
Pandemia
Science FictionUn viaje de intercambio: conocer nuevas personas, visitar nuevos lugares, aprender una nueva cultura. Suena genial, ¿no? Pues dejó de serlo para nosotros cuando el mundo se vino abajo. Las grandes ciudades fueron infestadas, la anarquía reinaba las...