Cargamos combustible y tomamos unas cuantas cajas de recursos del Partenón antes de salir de la ciudad dejando a "Living in the Sunlight" sonando repetidamente atrás. Halston y Jafet se conectaron rápidamente con el mono. Ambos jugaban con él alegremente fingiendo que a su alrededor no estaba pasando el fin del mundo. Alex conducía como siempre mientras el resto hacia lo que pudiera para pasar el rato.
Carlos estaba recostado en el sillón pues se había rehusado a tomar la cama con el pretexto de no querer mancharla de sangre. Aunque, sinceramente, creo que solo quería estar lo más cerca posible de la puerta en caso de que tuviéramos que sacarlo de la Caravana. Vendamos su herida, bueno, Jafet lo hizo y le dio el único tipo de analgésico que teníamos, aunque nos había quedado claro que no sería suficiente. Al poco rato el hombre comenzó a sudar de una forma impresionante mientras tosía constantemente. Austin se acercó a él para hablar y tratar de distraerlo un poco.
Miles de posibles escenarios se me cruzaban por la cabeza sobre cómo podrían terminar las cosas. En todos moría Carlos, a excepción de uno dónde mágicamente era el único hombre inmune en el mundo, pero entonces teníamos que protegerlo y llevarlo ante las autoridades. Algo demasiado loco. En otro, un Carlos se transformaba de pronto y nos mataba a todos abordos. Había uno dónde se transformaba y alcanzábamos matarlo, pero el caos producido nos llevaba a estrellarnos en el camino.
Miraba su pierna y no podía dejar de pensar en que sí, a mí me mordieran en alguna extremidad, ¿sería capaz de estar dispuesto a perderla con tal de continuar? La idea se clavó en mi mente como un avestruz mete su cabeza a la tierra –mala comparación, lo sé. Quizás si fuera alguna de las piernas, sí. Que la cortasen. Las manos, no lo creo. Después de pensarlo demasiado la idea se fue haciendo cada vez más escalofriante e incómoda.
Rawvanna llegó junto a mí en el comedor. Traía consigo un plato de Cheri'os sin leche. Comenzó a comer uno en uno. Había pasado una eternidad desde que había comido ese cereal en específico. Frente a nosotros, Eric luchaba por no quedarse dormido mientras Vanessa garabateaba círculos en una servilleta. Comencé a robarle Cheri'os a la chica, y ella me acercó el plato.
- Habrá que matarlo –soltó Rawvanna de pronto.
Su comentario llamó la atención de todos en la mesa.
- ¿Qué dices? –preguntó Vanessa sorprendida.
- Digo, que tendremos que matarlo –masticó.
Observé a Carlos, Austin le pasaba una toalla por la frente para secarle el sudor mientras él miraba al vacío.
- Cada vez está peor –explicó Rawvanna- Apenas pudo caminar a la Caravana. Hace un rato intentó ponerse de pie y no lo logró. Es cuestión de tiempo antes de que pase.
- No podemos matarlo –se quejó Vanessa- Es decir...no aún. Quizás aún pueda...
- Nadie sobrevive a una mordida –reiteró Rawvanna- Nadie.
- Concuerdo con ella –se encogió de hombros Eric mientras nos enseñaba una pistola que tenía escondida en el regazo- Yo ya estoy preparado para cuando de pronto se vuelva loco. Sería mejor que aceleráramos las cosas.
- Bueno, ¿y quién lo hará? –pregunté.
- ¿Me estas retando? –Eric sonrió.
- Me refiero a... ¿has matado a alguien antes? ¿Podrás hacerlo?
El chico se quedó callado. Recordé como me afectó lo ocurrido en la farmacia durante los días que le siguieron. Me sentí terrible por arrebatarle la vida a alguien que estaba dispuesto a matarnos. ¿Cómo se sentiría hacerlo a un inocente? No quería averiguarlo y tampoco quería que alguno en la Caravana tuviera que saberlo.
ESTÁS LEYENDO
Pandemia
Science FictionUn viaje de intercambio: conocer nuevas personas, visitar nuevos lugares, aprender una nueva cultura. Suena genial, ¿no? Pues dejó de serlo para nosotros cuando el mundo se vino abajo. Las grandes ciudades fueron infestadas, la anarquía reinaba las...