Capítulo 2

61 28 27
                                    


Sábado 11 de Enero, 11:00AM.

Los siguientes días se habían pasado con tanta rapidez, que gracias a uno de los tantos comentarios que hace su madre al día había recordado que hoy sería la fiesta de bienvenida para los Styles.

Louis había tenido pocas oportunidades para hablar con el rizado, no las utilizó porque estaba seguro de que iba a ponerse nervioso y sus palabras no se entenderían en lo absoluto.

Y lo último que quería era parecer un raro frente a un nuevo niño en su vecindario que quizá llegue a ser su amigo.

Los últimos días había estado yendo a la casa de sus abuelitos, los cuales estaban gustosos de recibirlos.

Siempre encontraba tranquilidad con ellos, y siempre lograba reírse gracias a las cosquillas de su abuelo y su estómago se llenaba gracias a las galletas de la abuela.

Su estómago se revolvía, causando una rara sensación cuando recordaba que su madre había anunciado que éste año tendría que comenzar el colegio.

Había sido una tortura separarse de sus padres tan solo unas horas en el jardín de infantes. Lograba apenas tranquilizarse cuando miraba a su alrededor y caía en cuenta de que no era el único niño asustado allí.

El hecho de alejarse de su madre o su padre lo volvía loco, el niño era muy apegado a sus padres, era un sacrificio el alejarse de ellos.

Johanna terminaba de cambiar al pequeño Louis, quien tenía la cabeza en otros pensamientos.

La familia Tomlinson terminó de vestirse para la ocasión, la cual no era de tan mayor importancia.
La gente solía vestirse con ropa de todos los días para éste tipo de ocasiones.

No importaba el precio de la ropa de cada uno de los que se encontraban allí. No importaba los defectos que cada uno tenía, habían aprendido a respetar a las personas, habían aprendido a aceptarse y se habían convertido así en una familia.
No era muy común, y de alguna manera estaban agradecidos unos con otros por tener buena onda entre sí y no ser como esos vecinos que apenas se dirigen la palabra.

Los muchachos, ya fuesen hombres mayores, padres o adolescentes, siempre tenían una anécdota que contar, y siempre lograban hacer estallar a todos en risas.

Por desgracia los niños que vivían en los suburbios cercanos eran pocos a comparación con los grandes, y cuándo se aburrían los apartaban de los mayores y los dejaban jugando en el patio.

—¡Louis, ve bajando! —su madre le gritó desde la otra habitación y el pequeño bajó escalón por escalón con rapidez, ansioso por ver a su nuevo amigo.

Cuando estuvo en la planta baja se acercó a la ventana y abrió un poco las cortinas para ver si había gente.
La curiosidad lo carcomia por dentro.

Su corazón se aceleró cuando vio que los Styles salían de su casa para dirigirse a la de los Zundel, donde se celebraría la bienvenida.

Todos los recibieron gustos, con aplausos y besos en las mejillas; sonrisas sinceras y palabras confortantes.

Las siguientes horas se pasaron en sonidos de satisfacción al probar la comida, muchos halagos para los cocineros. Los chistes y las fuertes carcajadas no tardaron en hacer presencia.

Cerca de las cuatro, pidieron helado y luego mandaron a los niños a jugar.

El pequeño Louis, arrastraba sus pies por el pasto, caminando sin ganas y sin ninguna expresión en su pequeño rostro.
Al levantar la vista se topó con un par de niños que para su mala suerte no eran de su agrado.
Estos no habían querido prestarle sus juguetes que en ese entonces eran mas nuevos que los de Louis.
De alguna manera le molestó. No había sido enseñado así en su casa.

Un poco enojado, se sentó en el césped y miró al cielo.
Trataba de darle forma a las pocas nubes que se encontraban en éste, sin embargo le fue casi imposible.

Estaba tan sumergido en sus propio mundo, tratando de buscarle forma las nubes que se sobresalto cuando sintió que alguien estaba tocando sus hombros, buscando su atención.

Lentamente lleva su vista a quien lo tocó y su corazón late fuerte cuando se encontró con un par de ojos verdes y una cabeza llena de rulos frente a el.

Este parece un poco nervioso, al igual que Louis.
Aquellos ya se conocían, de la vez en la que Johanna fue a saludar a la familia Styles, el mismo día de su llegada al barrio.

—Ummm... —sus ojos se conectan por un largo tiempo —. ¿Puedo sentarme aquí?

Lo pensó por un instante; solo, un tanto malhumorado por el comportamiento de los únicos niños de su edad que claramente no tenían intenciones de querer entablar algún tipo conversación con él.

Estúpidos egoístas engreídos pensó para luego mirar a Harry quién seguía esperando la respuesta.

Un poco de compañía no vendría mal, asintió en respuesta.

—Tú umm... te llamas... ¿Luis?

Louis río y lo miró a los ojos.

—Nop. Mi nombre es Louis.

—Ah, entonces Luis.

—No. Louis.

—Pero... ¿no es lo mismo?

—Nope.

—Lui... ¿Luis?

Louis río divertido.

—LOuis.

—¿Lowis?

Negó con la cabeza, soltando leves risitas y haciendo reír al rizado.

—Lo dices mal.

—Oh, ya lo sé. Es que es como Luis pero tú dices que no es como Luis.

—Di Lu.

—¿Lu?

—Así suena mi nombre abreviado.

—¿Y tu nombre completo?

—Louis.

—Lui-s... ¿Es con una o?

—Mhm.

—Louis.

—¡Lo dijiste!

—Luis.

Louis cubrió su rostro riendo mientras Harry reía también.

—¡No! Lo sigues diciendo mal.

—Está bien. Para mi eres Luis.

—Para mi eres un tonto.

—¡Hey! Tú eres tonto, yo soy genial.

—No, tú eres tonto.

—Dije que tú.

—Yo dije que tú eras tonto primero.

— Pe-ro —miró a todos lados preocupado haciendo reír a Louis —. ¡Te has reído! —lo señaló con un dedo y Louis cambio su expresión a una sería, haciendo reír al rizado mas fuerte —¿Podemos hacer un trato?

—¿Para que quieres hacer un tatro?

—Trato.

—Trato —repitió confundido.

—Sí. Aprendes rápido —susurró sonriendo —. Yo te digo Lou (lu) y tú me dices como quieras.

—Mm... ¿Puedo llamarte Hazz?

—¿Hazz?

—Sí, tonto.

—¿Porque Hazz?

—No lo sé. Suena lindo —sonrió.

—Mmm, déjame pensarlo.

—¡Hey, no seas malo!

Ambos rieron.

—Está bien. Entonces, tú eres mi Lou y yo soy tu Hazz.

Louis asintió con una sonrisa gigante en su rostro, mientras se daban la mano.

—¿Quieres ser mi amigo, Hazz? 

—Claro que sí, Lou.

Next to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora