Desperté junto al canto de los pájaros, dándole la bienvenida a un nuevo día. Aunque preferiría seguir durmiendo que tener que levantarme, ya que hoy era el primer día en mi nueva escuela. Mi padre fue ascendido en el trabajo y nos mudamos de regreso a nuestro primer hogar, por lo que tuve que cambiarme de escuela.
No me importaba mucho el cambio, ya que ni siquiera tenía amigos en mi anterior escuela, pero si sentía algo de disconfort al volver a esta ciudad.
—¡Basil, baja a desayunar!—gritó Lisa, mi nueva "madre". No sentía mucho cariño por esa mujer, que es la segunda esposa de mi padre y vive con nosotros.
Mi padre siempre me ha comentado que esperaba que me llevara bien con ella, pero lo encontraba como algo innecesario. Era mejor mantener una relación no tan cercana con ella, pero de igual manera no la ignoraba por el bien de mi padre.
Me levanté y fui al baño para lavarme y vestirme con el uniforme, sin olvidar mi chaleco favorito que siempre me gusta usar, aún cuando no sea parte del uniforme.
Baje a la cocina e ignoré a Lisa, quien me saludó con una sonrisa al verme. Hoy mi padre se encontraba en el trabajo por lo que no desayuno con nosotros hoy, por lo que no encontré necesario el interactuar con ella el día de hoy. Ella solo sonrió y se sentó a desayunar también, ya acostumbrada a mi indiferencia.
Apenas termine de comer me levante para tomar mi mochila y salir, cerrando la puerta de golpe sin despedirme.
Mientras caminaba, no pude evitar sentir como si alguien me estuviera observando, pero al darme vuelta nadie estaba a la vista. Últimamente me he estado sintiendo así, sin importar donde esté, me sentía observado pero nunca había nadie alrededor.
Era extraño, pero debía apresurarme por lo que deje de pensar en ello y seguí mi camino.
Cuando llegué a la escuela, el timbre que señalaba el inicio de clases sonó. Debia ir a mi salón, pero me encontraba perdido por los pasillos sin saber a donde ir hasta que un hombre obeso me vio y me detuvo.
—Jovencito, pareces algo perdido —se acercó a mi lado, agarrando mi brazo—. ¿Un nuevo alumno? No creo haber visto tu rostro antes.
Sentía su mirada sobre mi cuerpo, observándome de arriba a abajo, causando que un escalofrío recorriera mi cuerpo por la incomodidad y repugnancia. Me daba muy mala espina este vejestorio que apenas parece soportar su propio peso, sudando y respirando de manera apresurada cada vez que me miraba, como si hubiese corrido una maratón.
Buscaba una forma de librarme hasta que vi mi salón justo detrás de él, por lo que trate de zafarme de su agarre para irme pero eso solo ocasiono que presionara más fuerte, causando un ligero dolor en mi brazo.
—¿Por qué tan apresurado? Déjame guiarte a mi oficina, te ayudaré a encontrar tu salón luego de una breve charla.
¿¡Que se creía esta maldita bola de grasa!? La rabia me invadía al ver que no me soltaba sin importar cuanto tratara de alejarme. Su contacto me causaba tanto asco y rabia que ya estaba por levantar mi otro brazo para darle un buen golpe en la cara y ver si ahí si me soltaba, pero una voz justo interrumpió el momento.
—¿Qué está haciendo por aquí, director?
Un hombre alto salió de mi salón, llevando en sus brazos un libro con el número del salón. Debe de ser el profesor encargado de mi salón.
La expresión de molestia era clara en el rostro del viejo, quien finalmente soltó mi brazo y se alejó mientras decía que si tenía alguna duda sobre la escuela, lo fuera a encontrar. Algo que claramente nunca haré incluso si me amenazan de muerte.
—¿Eres el nuevo alumno?—el hombre me sonrió, mientras revisaba algo en el libro—. Tu nombre es... Basil, ¿no?
Lo mire por unos minutos antes de asentir en respuesta. Si él no hubiera aparecido, habría sido el primer estudiante en ser expulsado en su primer día de escuela por golpear al director.
Al profesor no parecía importarle mi falta de comunicación y me guió hasta el salón mientras me explicaba algunas reglas de la escuela. Su nombre era Nicholas pero prefería que le llamaran señor Nick, y era el encargado de mi salón durante este semestre.
Cuando entramos al salón, todo el bullicio de antes se esfumó y pude sentir cómo las miradas de todos estaban sobre mi, lo cual me molestaba un poco. No me gustaba ser el centro de atención, por lo que di una breve presentación y fui directo a mi asiento que estaba atrás.
Apenas tomé asiento, mi celular vibró. Había recibido un mensaje de texto.
"Hola <3"
Estaba confundido, era un número desconocido y no envío nada más que un saludo junto a un corazón. ¿Qué clase de bicho raro hace eso?
—Basil, no está permitido usar el celular durante clases.
Me sorprendí al descubrir que el profesor me estaba mirando, lo que ocasionó que los demás estudiantes se rieran y yo me sonrojara de la vergüenza. Malditos niños infantiles, se rien por todo.
Estaba por guardar el celular después de la reprimenda del profesor cuando me llegó otro mensaje.
"¿Por qué me ignoras?"
Se trataba del mismo número de antes, pero decidí ignorarlo y prestar atención en clases para no llamar la atención del profesor otra vez. Por si acaso, apague el celular durante toda clase y me olvidé del mensaje hasta que llegue a mi casa y fui directo a la cama exhausto.
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Acosado Por Un Psicópata [BL]
Mystery / ThrillerBasil Hawk, un chico frío e indiferente, tiene cero relación con las personas en su vida. Todo dará un giro inesperado cuando recibe una carta anónima en su mochila. La carta contenía un mensaje que le cambiaría la vida por completo. Un acosador est...