Acosado Por Un Psicópata [BL]

Capítulo 07

No sabia en que momento me volví a quedar mirando al chico fijamente, pero pude notar como sus orejas se tornaban rojas y sus manos parecían sudar. Estaba nervioso, y no pude evitar reír al verlo reaccionar de esa manera.

Era casi como un conejo.

—Mi nombre es Basil —dije, tomándolo por sorpresa—. ¿Cómo te llamas?

Estuvo callado por unos minutos, como si no supiera cómo responder a la pregunta, hasta que finalmente habló.

—M-mi nombre es William —su emoción era evidente al presentarse. Sus orejas ya parecen gotear sangre de lo roja que estaban, sin mencionar su rostro que parecía brillar.

Era divertido.

—¿Acaso es la primera vez que hablas con alguien?—bromeé. No podía creer que alguien no fuera capaz de decir su propio nombre al conocer a alguien, pero parece que le había atinado al ver su reacción.

—...Si —su expresión lucía algo desanimada—. No se me tenía permitido abandonar mi casa sin importar cuanto lo pidiera, por lo que nunca logré interactuar con alguien de mi edad por un tiempo.

—¿No socializabas en la escuela? Debes de haber asistido a una, ¿no?

No me consideraba alguien curioso, pero no podía evitar preguntarme qué clase de vida ha estado viviendo este chico, que parecía tener dificultades al hablar con alguien por primera vez.

William se mantuvo en silencio por unos minutos antes de hablar un poco sobre su vida. Él nunca ha asistido a una escuela, ni siquiera a una privada. Sus padres eran gente muy estricta y encontraban que las escuelas estaban llenas de distracciones, por lo que decidieron que él recibiría educación en casa.

Me sorprendió saber que aún había padres que pensaban así, pero no podía decir nada ya que no sabía la circunstancia de su familia.

Estuvimos hablando por horas que no me di cuenta cuánto tiempo había pasado. Pensaba que ya sería hora de irme cuando escuche a alguien llamar mi nombre.

—¡Basil!

Por un momento pensé que se trataría de Drake, pero me sorprendió ver a Jack corriendo hacia mi lado.

—¿Quién es?—William preguntó, su rostro oculto por la capucha—. Si es que puedo saber, claro. No quiero que parezca que soy un metiche.

Su voz se volvió cada vez más pequeña, como si estuviera avergonzado.

Estaba por responderle cuando Jack llegó a mi lado, tomando mi brazo y atrayéndome a su lado. Mi rostro estaba directo a su pecho, por lo que no podía ver la expresión de ninguno de los dos chicos, pero sentía como el aire se había vuelto tenso de repente.

No sabía que estaba pasando.

—Vámonos Basil, nos están esperando en casa —la voz de Jack fue lo que rompió el silencio, mirándome mientras sonreía y me tomaba de la mano—. No diré nada sobre tu escapada de hoy, por lo que no debes preocuparte.

Quería preguntarle si era necesario que me tomara de la mano pero el solo comenzó a caminar, por lo que tuve que despedirme de manera rápida de William antes de seguir caminando.

Al ver como Jack me guiaba de la mano hacia la casa, mi rostro comenzó a arder de repente. Era la primera vez que tomaba a alguien de la mano que no fuera mi madre cuando era pequeño. Se sentía raro, pero no mal.

—Ya llegamos. —Mi mente volvió a la realidad cuando escuche su voz y sentí como su mano se separaba de la mía—. Vamos a comer.

Me quedé mirando mi mano mientras asentía a sus palabras, yendo al comedor donde Lisa y mi padre nos estaban esperando.

Después de comer, fui directo hacia mi habitación ya que me encontraba cansado por todo lo que sucedió hoy. Solo quería tirarme a la cama y dormir hasta el amanecer.

Estaba por caer dormido apenas mi cabeza tocó la almohada cuando escuche un golpe en la puerta.

—¿Quién es?— preguntó, algo somnoliento.

—Soy yo. —Jack abrió la puerta. Su torso estaba desnudo con solo un pantalón de pijama, enseñando su buen físico. Nunca esperé que su ropa ocultara eso—. ¿Puedo dormir contigo hoy?

Al escuchar su pregunta, no pensé mucho y solo acepté para poder dormir más rápido. No creía que hubiera problema en dormir juntos, aparte que no podía decirle que no a como me miraba de manera expectante.

Su rostro rápidamente se iluminó de la emoción y se acercó mientras cerraba la puerta de la habitación. Hizo un espacio en la cama junto a mi y se acurruco a mi lado, rodeándome con sus brazos. Nuestra diferencia de estatura causó que mi cabeza se apoyara en su pecho, pero el escuchar los latidos de su corazón fue como escuchar una canción de cuna, causando que el sueño me llegara más rápido.

Parece haber dicho algo pero no lo logré escuchar, cayendo dormido al instante.

No me había percatado de las incontables notificaciones que mi celular había recibido, con diversas fotografías mías cambiando de ropa y algunas durmiendo.

Dormí totalmente inconsciente de ello.