Acosado Por Un Psicópata [BL]

Final [Gilbert]

Desperté con un fuerte dolor de cabeza solo para darme cuenta que me encontraba atrapado en un lugar en completa oscuridad. No podía vislumbrar nada y mis ojos dolían al intentar forzar la vista, tampoco podía mover mi cuerpo ni levantarme, sintiéndome algo débil y con poca energía.

No pude evitar temblar al darme cuenta que me encontraba solo con mi ropa interior y una camisa encima. Mis pantalones y zapatos habían desaparecido por completo.

Al intentar mover mi pierna, el sonido de unas cadenas me hizo percatarme que me encontraba encadenado en una tubería. No entendía qué estaba pasando, pero parece que he sido secuestrado por alguien.

Lo último que logro recordar es haber ido a la oficina de Gilbert después de haber sido llamado. Me pidió ayuda para organizar algunos documentos que tenía para la clase y no tuve más opción que ayudar, pero lo extraño es que eso es lo último que recuerdo antes de perder la consciencia.

Todo indicaba que Gilbert tiene algo que ver en todo esto al ser la única persona presente en el lugar. No se cual es su objetivo con todo esto, debo buscar alguna forma de salir de aquí.

—¿¡Hay alguien!?—grité, aún sabiendo que era inutil. No podía quedarme quieto sin hacer nada, después de todo.

Intenté distintas formas de librarme de las cadenas, pero lo único que obtuve fue heridas en mi tobillo al forcejear, sin ningún resultado. Luego de mi quinto intento fallido, me apoyé resignado en la pared, tratando de recuperar el aliento por el esfuerzo gastado. Justo en ese momento, unos pasos parecían escucharse dirigiéndose hacia el lugar donde estaba.

Mi cuerpo se tensó mientras miraba como una puerta se abría. La repentina iluminación causó que mis ojos ardieran, cerrandolos inconscientemente antes de ajustarme al cambio.

—Has despertado, Basil. Me estaba preocupando por un momento al pensar si es que utilice demasiado cloroformo antes, me alegro que no sea el caso.

Gilbert bajó las escaleras hasta llegar frente a mí, vistiendo una camisa con las mangas arremangadas y un pantalón de traje. No sé si es la misma ropa que utilizó en la escuela antes de ser traída aquí, pero no parecía ser la misma.

¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

Mi sentido del tiempo era inutil en este lugar donde ni siquiera podía ver la luz del sol, mucho menos un reloj para saber cuánto tiempo ha pasado.

—¿¡Qué significa esto!? ¿¡Por qué estoy encerrado aquí!?—exclamé, intentando ocultar mi miedo mientras miraba al hombre frente a mí. Era consciente de que el mostraba algún tipo de debilidad en estos momentos solo haría que la otra parte este más emocionada. No podía demostrarle que siento miedo en este momento.

—Me gusta esa mirada en tus ojos, intentando parecer fuerte cuando por dentro debes estar temblando de ansiedad y miedo —levantó mi rostro, acariciándolo como si estuviera fascinado—. Siempre he estado observándote, buscando la oportunidad perfecta para tenerte en mis manos.

Mi cuerpo temblaba al sentir su toque, poniéndome los pelos de punta. Moví mi brazo en un intento de golpearlo, pero fue detenido fácilmente.

—Tienes mucha energía, eso es bueno. Planeaba tomarme mi tiempo si te encontrabas demasiado débil. Después de todo, prefiero que estés consciente en todo momento.

Luego de decir eso, levantó mi pierna que se encontraba encadenada y comenzó a lamer las marcas en mi tobillo.

Mi piel se erizo al instante al sentir su lengua recorrer mi tobillo. Intenté alejar mi pierna de su agarre, pero su fuerza era mayor a la mía, haciendo que todos mis esfuerzos sean en vano.