El Beso de Despedida

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Al día siguiente de la catastrófica fiesta yo me había levantado con un terrible dolor de cabeza que se podría comparar como si estuvieran clavando en mi cabeza, y no hablemos de las ganas de vomitar y los mareos, eso es otra historia. Sin embargo, cuando desperté me hubiera gustado tener a alguien a mi lado, quien me diga que lo de anoche no fue nada y que hoy no es ese día. Pero no fue así, Dylan no estaba a mi lado y hoy era el magnífico día de La Mudanza de los Stewart. No he visto a Dylan en todo el día, es como que desapareció de la faz de la Tierra o capaz, según mi teoría, ahora mismo esté en casa de Jack pidiendo consejo para que yo no lo maté.

Y era claro que mis ganas de matarlo eran bastante pero por otro lado estaba realmente angustiada y con unas ganas de aventar todo por la tristeza que tengo. Dylan se va. Y no, no se va a unos cuantos kilómetros, no señor, se va a miles de kilómetros lejos.

Desde hoy en la mañana pude apreciar los melodiosos y ruidosos movimientos de cajas y hasta incluido los gritos de mi mamá pidiendo que me levante. Y así lo hice, con todas las ganas que pude reunir me levante de mi gloriosa cama y me fui derechito al baño, pues apestaba a alcohol y todo tipo de cosas. Un poco más y sería un bote de basura humana. Después de una buena ducha reconfortante termine en la habitación de huésped, bajando y subiendo las escaleras para llevar las cajas.

— ¿Puedes pasarme la pequeña caja azul? —pregunta la señora Sterwart, mirándome atentamente con sus bellos ojos verdes. —. Pareces un poco triste de nuestra mudanza.

— ¿Cómo no lo estaría? Ustedes son una familia muy alegre. —Digo mientras que intento alcanzar la caja azul de la repisa —, sinceramente fue muy divertido estar con ustedes.

La señora Sterwart levanta una ceja mientras me dedica una sonrisa un tanto pícara.

— ¿O en serio? ¿No será esa tristeza por Dylan?

Si no estuviera tan concentrada en agarrar la caja seguramente ésta hubiera caído y yo seria la causa que  a mi mama le salga otra cana. Pero esa clase de insinuación es muy acertada: Fue divertido estar con Dylan. Sin embargo, de un segundo a otro ambas nos reíamos como si fuéramos locas. Estoy muy segura que en toda mi casa habrán escuchado mi risa de foca. Luego, cuando nos tranquilizamos le doy lo que me pidió, la caja azul.

— ¿Acerté? —suelta rápidamente. —O claro que lo hice, tranquila no diré nada —y con una sonrisa y un guiño sale de la habitación con una enorme caja llena de libros.

Un suspiro sale entre mis labios. ¿Tan obvio fui? Dios, no quiero imaginar cuando mis padres se enteren de esto, pero pronto me iré a la universidad así que es lógico que ellos deban estar preparados para cuando les diga "Tengo un novio".

Tomo una caja entre mis manos y vuelvo a bajar la escalera, por décima vez en el día. Uno, dos, tres, el piso. Abro la puerta y me dirijo al camión de mudanza que nos espera con un montón de muebles y un increíble desorden en el jardín, un poco más y esto supera el desorden de mi habitación. Dejo la caja a lado de un sillón que pertenecía a los Stewart antes del accidente.

Mi madre, como siempre, está dando indicaciones a los demás mientras mi padre espera que ella le dijera qué hacer. En cambio, los Stewart están llevando y trayendo cajas, al igual que los señores del camión de mudanza.

— ¿Nos vas a extrañar? —susurra suavemente Dylan en mi oreja. ¡Al fin apareció!

—Capaz...un poco, sí.

—Oh, la chica de anteojos no es sincera consigo misma. Admítelo, me vas a extrañar.

Entorno los ojos porque es verdad, es demasiado obvio que los voy a extrañar a todos.

Elisa se quedará un par de meses más pero luego se irá como todos, voy a extrañar sus consejos de moda y mi manera de ser tan liberal con ella, voy a extrañar su empalagosa risa inocente y lo peligrosa que puede ser si ella quiere saber algo, o si alguien le quita su cereal. Noah y Jasper, padres de Elisa y Dylan, eran personas muy comprensivas, especialmente Noah, ella es alguien increíble. Al igual que los chistes de Jasper, y lo que pasa cuando mi padre se queda con él a discutir de política. Y finalmente Dylan, ¿qué decir de él?. Ha cambiado tanto al idiota que era antes, y la mala persona que era yo con él. Ha logrado evolucionar como persona y como recompensa a ello terminé enamorada de él. Extrañaré muchas cosas, su cabello sedoso que tanto me gusta jugar, sus sonrisas picaras que te enseñan un lado más de él, o hasta sus susurros que me ponen la piel de gallina.

Han pasado casi dos meses, pero han sido la cantidad de horas que han logrado que todos nos conociéramos mejor. Un ejemplo es Jack y Victoria, ¿Quién diría que ambos serían tan melosos? Y eso nunca sucedería por el accidente de mis ex vecinos, los Stewart.

Todo sucede por algo, todos estamos destinados a alguna locura.

Dylan toca suavemente mi mejilla, deslizando su pulgar que quedan en simples caricias. Una pequeña lágrima cae por mi mejilla hasta mi labio superior y un sabor salado empapa mis labios.

—No llores, yo siempre estaré aquí. Lo prometo.

—Dices eso pero, ¿Cómo lo garantizas?

Una sonrisa se dibuja en su rostro, sus ojos se achinan un poco y desde lo cerca que estoy noto los hoyuelos que siempre aparecen con cada sonrisa. Suavemente, su mano viaja a mi cuello mientras que lo otra sigue en mi mejilla dando caricias para mi consuelo. Se acerca un poco y sus ojos verdes se encuentran con los míos.

—Mia, deberías saberlo: Yo nunca rompo las promesas. Y cuando menos lo esperes yo voy a estar allí contigo.

Su rostro se acerca un poco más y con sumo cuidado besa mis labios. Nuestros labios se rozan poco a poco hasta que por fin nos atrevemos a unir completamente nuestras bocas. Puedo sentir lo precipitado que esta mi corazón, queriendo salir de mi pecho. No obstante, deseo quedarme con esta sensación embriagadora, lo cual hace que quiera cada vez más de esto, de más besos y más caricias. Nuestras respiraciones son calmadas pero un tanto irregulares, acercamos nuestros cuerpos un poco más hasta que Dylan pasa una mano por mi cintura y allí la deja.

— ¿Este beso es uno de despedida?

—Si quieres uno más apasionante entonces tenemos algo de tiempo—Me guiña un ojo. Claro que quiero uno más...apasionante.

Oigo unos grititos en la lejanía y vuelvo a la realidad. ¡Mis padres!

— ¡Estaba en lo cierto!—grita Noah con una gran sonrisa.

Luego grita Elisa con entusiasmo— ¡Que beso más romántico! ¡Hasta me llego a mí!

Ambos sonreímos y con par de miradas nos despedimos, nos decimos todo lo que necesitamos. Aquel tierno beso fue una prueba de la promesa que hicimos, ahora solo faltaba ver que pasará con ella.

—Cuando te vuelva a ver te besare de la manera que quieres —escucho en la lejanía su grito, que vergüenza. No es necesario decir como están los rostros de mis padres.

—Eso me gustaría mucho —susurro para mí misma.

-

Fin de la historia. 

¡Y con esto finalizamos la historia! Capaz se estén preguntando mi idea de hacer un final abierto pero creo que quedaría mucho mejor de este modo. Y realmente después de mucho tiempo termino mi primera novela en Wattpad, y agradezco mucho a todos lo que...

¿Te creíste eso? 

Tranquilos, falta el último capitulo. Nunca los dejaría de ese modo, yo también odio los finales abiertos. Pero lo otro es cierto, esta es mi primera novela en Wattpad y nunca pensé tener a tantas personas que lean y que comenten. Eso lo agradezco muchísimo.

¡Nos vemos dentro de un par de días! 

No pienso dejarles en tanto suspenso por mucho tiempo. 

Pd: Pienso en un futuro editar la historia, pues los primeros capítulos con los últimos no pegan ni con chicle y me gustaría cambiar algunas cosas.

¡Nos vemos, un besazo a todos!  

Conviviendo con mi pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora