XLVI. Saludando a La Suerte.

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N I C K

Fruncí el ceño mientras corría al lago. ¿Cómo se suponía que llamara? ¡Los dioses bloquearon las llamadas!. Suspiré. Había chocado con varias personas, pero yo seguí corriendo hasta llegar. Al correr, tropecé contra una roca, haciéndome caer en la arena y dejando mi cabeza en el suelo dónde el agua subía y bajaba.

Gruñí mientras sacaba una moneda y la tiraba en en el último sitio con Sol en el agua:

-Diosa Iris, acepta mi ofrenda y déjame ver a...-había olvidado el nombre de la chica-Piper McLean-terminé por decir sacudiendo mi cara para limpiarla de toda la arena que había en mi rostro.

En varios segundos, la cara preocupada de Valdez salió en el agua-¡Duende!-exclamé aliviado. El mensaje iris funcionó.

Leo alzó la mirada sorprendido-¿Gillies? ¿Ha pasado algo?

Jason salió al lado junto a Piper

Rodé los ojos-No, solo te llamaba para decirte que te amo y me gustaría tener hijos contigo y llamarlos Rodulph y Pinocho para ayudar en el taller de Santa-contesté sarcásctico.

Leo rió-¡Yo no soy pasivo, eh!-carcajeé junto a él.

Piper rodó los ojos riendo con Jason.

-Cállate, Valdez. La verdad es que sí pasó algo, y muy importante así que abre bien las orejas puntiagudas que tienes y escucha con atención; La profecía no habla únicamente de Kay, o Kamila, menciona a Piper también.

Grace abrió los ojos, Piper perdió el color-¿Qué?.

Suspiré pesadamente-La profecía cambió-pero cuando iba a hablar de más, el mensaje se cortó.

Chapoteé fuertemente en el agua enfadado-¡Agh! Estúpida Iris. ¿Qué vas a hacer, tirarme un arcoiris?-me burlé enfadado.

Me fui caminando hacia el comedor, ya era hora de comer. Llevé mis manos hacia mis bolsillos golpeando una roca-Tss, estúpida profecía.

Al perderme en estúpidos pensamientos llegué más rápido al comedor, los campistas sudando como cerdos, sonreí complacido.

-Al menos le echan ganas-murmuré orgulloso.

Caminé hacia la mejor mesa del mundo y la más peligrosa, la de Ares.

-Auch, perdón...N-ick-se disculpó una pequeña pelinegra de no más de 10 años. Sus pequeños ojos cafés me miraron sobresaltada y con admiración.

Tosí un poco hasta agacharme hacia ella y ver que su mejilla estaba ligeramente sangrando-Nena, ¿Qué te pasó?-pregunté suavemente.

La niña asipiró fuertemente-Pues... Una niña de Afrodita me jaló del pelo y me pegó porque-empezó a llorar-porque un niño de Hermes dijo que yo era bonita. ¡Y él mentía! Yo no soy rubia ni tengo ojos azules como ella-pasó sus pequeñas manos por sus ojos para secar sus lágrimas.

Suspiré, los hijos de Ares no nacimos para esto-Mira...

-Iris, Iris Toekings.

Suspiré intentando ganar palabras a mi boca-Los hijos de Ares nacimos para ser groseros, guerreros, sucios y valientes... No tenemos pelos en la boca, y créeme cuando te digo que eres una niña muy hermosa. Y la belleza no se basa en ser rubia y tener ojos azules, mírame a mi. Soy hermoso y no soy rubio-reímos juntos.

-Ahora ve a tu mesa y no llores más-la pequeña asintió corriendo.

K A Y

Quién diría que esperar para cruzar la frontera de Canadá sería tan aburrido, al parecer todos querían ir a E.E.U.U hoy.

Bufé indignada-¡No tenemos tiempo para esto!

Princesa de Las Sombras (Nico Di Angelo) ||Completado||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora