Capítulo 14: Hazlo ya

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Aquel día había mucho sol para la altura del año en que se encontraban. Habían pasado unos días desde aquel accidente y todos estaban más tranquilos. Las heridas de sus cuerpos habían desaparecido con el transcurrir del tiempo, y así fue cómo Remus pudo dejar de culparse cada vez que los miraba. Había sido difícil para el licántropo ver las marcas de sus garras, los hematomas producidos por sus golpes y aún ver una sonrisa amistosa por parte de sus amigos hacia él.

Lo que más le sorprendía era el hecho de que Hermione le hablara como si nada hubiera pasado. Su corazón se aceleraba cada vez que la observaba reír, hablar como una sabelotodo o discutir con Ron sobre algún tema. En realidad, su corazón se aceleraba cada vez que la veía. Muchas veces percibía la sangre subir por su rostro cuando ésta le sonreía o se le acercaba; se había acostumbrado.

Y Hermione, bueno, su mente estaba muy centrada en lo que tenía que hacer. No pensaba ni se permitía pensar en otra cosa que no fuera su acometido. Sin embargo, debía admitir que estar con Remus era uno de los pasatiempos favoritos en esa época. El hecho de hablar con él de libros y que éste los conociera o tuviera un verdadero interés en escuchar de qué trataban, era algo increíble para ella.

Ron sólo observaba desconfiado. No podía decir que Remus no le agradaba, era imposible por la forma de ser del licántropo, pero debía destacar que le molestaba la cercanía que estaba teniendo con Hermione. Varias veces le encontraba mirándola embobado escondido tras un libro, no sabía fingir el interés en la chica. Tampoco lograba entender por qué eso le fastidiaba tanto, y no quería saberlo.

—James —habló Remus cuando estaban solos en la habitación. El aludido alzó la mirada para hacer notar que lo escuchaba—. ¿Puedo contarte… algo?

—Claro, Lunático —sonrió el chico sacándose su camiseta, la cual tenía una sustancia rojiza en el pecho, y colocándose una limpia.

—¿Qué dirías si te digo que…? —Remus se detuvo unos segundos y suspiró—. ¿Qué dirías si te digo que creo que me gusta Hermione?

James alzó las cejas mientras una sonrisa pícara surcó su rostro, pero la eliminó en cuanto notó la incomodidad de su amigo. Se acercó hasta la cama de Remus y se sentó ahí, palmeando a su lado para que éste dejara de mirar por la ventana y le acompañara. Cuando lo hizo, el anteojudo ya buscaba palabras que decirle. Sabía que éste siempre alejaba a las chicas por su “pequeño problema peludo”. No quería que hiciera lo mismo con la castaña, no quería verlo más solo.

—Te diría que ella es muy guapa y un muy buen partido —habló James dándole unas palmadas—. No dejes de atrapar la snitch dorada cuando la descuidada se posa en tu mano, como decía papá.

—¿Ah? —el licántropo alzó una ceja distraído.

—Que no desperdicies la oportunidad de perder algo hermoso cuando está tan cerca de ser tuyo —explicó el pelinegro desordenándose el cabello. Le miró—. Pienso que harían una buena pareja.

—Sí, una hermosa pareja conformada por una humana y un…

—Merodeador —le cortó James dándole un golpe suave en la cabeza—. No seas idiota… De hecho, ¡ve ahora! ¡Ahora!

—¿Ah? —preguntó Remus mirándole asustado en cuanto su amigo se había levantado de la cama y le tomó del brazo para alzarlo también—. James… ¡James, no! —el chico comenzó a empujarlo por la espalda hacia la puerta—. Corna…

Quien empujaba hacia la puerta se detuvo, le giró y le tomó por los hombros para obligar a mirarle.

—Le dices tú —comenzó amenazante—, o le digo yo. Decide, lobito.

Viaje al pasado... ¿Será correcto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora