Viaje al pasado... ¿Será correcto?

Capítulo 22: De regreso

Harry sintió nuevamente aquella horrible sensación de ser estirado y encogido libremente, su estómago estaba revuelto. No abrió los ojos en ningún momento, ninguno de los tres lo había hecho. Se sentía pésimo en aquellos segundos. Parecía que estaba durando mucho más que la ida a esa época, más que minutos parecían años. No estaba resistiendo mucho, sentía que se desmayaría en cualquier momento.

Cayó secamente en el helado suelo, golpeando su rostro en lo que parecía ser algo duro. Abrió los ojos lentamente, sintiéndose aún mareado, y se percató de que su cara estaba sobre un zapato negro. Levantó con dificultad su cabeza y la giró en busca de sus amigos, los cuales se estaban levantando en distintos lugares de la habitación. Todos estaban confusos, con dificultades para ver bien y, claro, mareados completamente. La sensación de adrenalina aún no se iba.

 Ron estaba pálido, dificultosamente logró levantarse del suelo, pero se tiró en la primera cama que encontró. Su estómago estaba teniendo un revoltijo enorme, necesitaba respirar un buen rato. Aspiraba profundamente, ni siquiera quería hablar, solamente miraba a Hermione y Harry, los cuales intentaban poder mantenerse de pie afirmándose en las paredes. Tragó saliva y, pasados unos minutos, se sentó en la cama.

—De que nos transportamos, nos transportamos —murmuró el pelirrojo arrugando los ojos. Tomó aire para continuar—. ¿Pero estamos en nuestra época?

—Eso tendremos que averiguarlo —contestó Hermione observando alrededor—. Y a todo esto, ¿quién tiene el libro?

El silencio reinó en el lugar unos segundos, para luego romperse al todos comenzar a buscar aquel libro. Mientras no estuvieran seguros de que era su época, no podían perder ese preciado texto. ¿Qué sucedería si estaban en otro año? Más o menos sabían la forma de regresar, pero siempre podía complicarse algo y aquel libro podría resolver dudas. En cosa de minutos, los tres jóvenes estaban arrodillados buscando, gateando por toda aquella habitación completamente asustados.

Así estuvieron muchos minutos, pero no encontraron nada en aquella habitación. Suspiraron resignados, se levantaron y se limpiaron la mugre de su ropa, mientras sentían la necesidad de ir a averiguar en qué año estaban. Querían saber si ahí estaban sus amigos, querían saber si acaso sus familiares estaban allí y, sobretodo, querían ver qué había cambiado en aquella época. Decidieron salir de la habitación a buscar pistas, porque no podían ir por allí preguntando, “disculpa, ¿ha cambiado algo?”; les creerían locos.

—Bajemos a la Sala común —dijo Harry caminando a la salida.

—¿Y qué diremos si preguntan dónde hemos estado todos estos meses? —preguntó Ron alarmado—. Hemos estado como nueve meses desaparecidos. ¿Llegaremos así como así?

—Diremos que no sabemos —musitó Hermione, aunque su voz se notó débil. Al parecer, no había pensado en eso con la emoción del regreso—. Que no lo recordamos y ya. Hemos perdido la memoria.

Caminaron fuera de la habitación, notando que no había nadie en los pasillos. No era noche, parecía ser mediodía, por lo que sospecharon que los estudiantes estaban almorzando. No podían llegar como si nada al Gran comedor, por lo que Hermione les pidió que fueran a sus habitaciones para ver si estaban sus pertenencias o los de sus compañeros de clase, por lo que se separaron.

Ron y Harry se precipitaron a su habitación, dirigiéndose cada uno a sus respectivas camas. Suspiraron aliviadamente al ver todo lo que era de ellos. Harry encontró su escoba bajo la cama, aquella Saeta de fuego que todos querían, por lo que no pudo más que sonreír. Miró a su amigo, el cual se tendió en su cama y abrazó su almohada como si fuera lo único que lo mantenía con vida. Negó con la cabeza sin poder evitar reír ante ello.