El corazón de Harry latía fuertemente mientras observaba el árbol genealógico de su familia. A pesar de estar en un momento como ése, no quería perder la oportunidad de saber un poco más de él y sus raíces. Vio que Sirius y James eran familiares, pero no comprendió a qué grado, ya que su mirada se paseaba rápidamente por todas las ramas. Era extraño, así pudo ver por primera vez el rostro de su familia.
Ron estaba paralizado, en su mente sólo pensaba que Hermione podría haber tenido una respuesta inteligente. Retrocedió un paso sin querer, por lo que Sirius se acercó aún más para poder tener su varita en su pecho. El pelirrojo simplemente pensó en la posibilidad de sacar su varita, pero no lo hizo sólo porque dos personas más irrumpieron en el lugar. Esta vez eran Remus y Lily, quienes miraban consternados la escena.
Lily fue la primera en reaccionar, pidiendo que bajaran las varitas e interponiéndose entre James y Harry, pero su novio simplemente la apartó obligándola a ponerse detrás, logrando que Remus también interviniera. Todo era confuso para quienes acababan de llegar y lo peor era que los involucrados no se dignaban a explicar qué estaba sucediendo con ellos, qué era lo que había pasado mientras no estaban.
—James, baja la varita —pidió Remus acercándose cautelosamente. James negó con la cabeza—. James…
—¡Son mortífagos! —exclamó Sirius perdiendo la paciencia—. Mintieron. Harry no aparece en el árbol…
—Y seguramente son los únicos Potter en el mundo —interrumpió Hermione haciendo acto de presencia, logrando llamar la atención de todos—. Veo que eres algo egocentrista, James.
—No lo soy —musitó James enojado—. No creo que…
—Creímos haberles explicado que somos de Gales —habló la castaña serenamente—. Pero si no confían en nosotros, será mejor que nos vayamos.
Sirius miraba al trío ya con otra mirada, más comprensiva, y no tardó en bajar la varita, avergonzado de no haber pensado algo tan obvio. Él en el pasado había conocido a otro Potter, y éste era un muggle que nada tenía que ver con la familia de James. Un tanto cabizbajo le pidió disculpas a la castaña y a los dos chicos que antes había juzgado, esperando que su amigo le imitara.
Sin embargo, su mejor amigo aún mantenía su varita en alto, apuntándole directamente al pecho de Harry. El Black se acercó a James e intentó bajar su brazo, no entendía por qué no quería escucharlos si ambos conocían a ese Barny Potter que era Muggle. Se lo habían topado cierta vez en que se habían perdido en el Londres Muggle y tuvieron que preguntarle a la gente dónde estaba la estación King Cross. Fue Barny quien les contestó amablemente.
—James…
—Él jamás negó el hecho de que éramos familiares —acusó el animago, señalando descaradamente a su hijo con el dedo índice.
—De hecho, sólo lo hacía como juego —habló Harry finalmente, encogiéndose de hombros fingiendo un poco de tristeza al ser juzgado—. Ya sabes, me parecía gracioso que me llamaras de tío, hermano, primo… y todo eso.
—En fin, mejor nos vamos —susurró Ron comenzando a caminar hasta la salida de la habitación—. Me incomoda estar donde no me quieren.
Esa vez James no hizo nada. El trío salió de la habitación bajo la mirada de todos los presentes. Hermione no estaba para nada herida, sabía que el irse sería una excusa perfecta para ir al callejón Diagon o a otros lugares en búsqueda de información, la cual no había encontrado en esa casa. Después podría intentar reforzar sus historias, pues había logrado averiguar muchas cosas sobre esa época que podrían servirles.
Escucharon pasos precipitados tras de ellos, pero la castaña les obligó a seguir caminando. Necesitaban abandonar ese lugar sí o sí, debían buscar todo lo que pudieran en esos pocos días que le quedaban y estar en esa mansión no les ayudaría. Tampoco podían irse así no más, sin que se les echara, ya que sería extraño siendo que no tenían supuestamente hacia dónde ir. No, no supuestamente; no tenían a dónde ir.
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Viaje al pasado... ¿Será correcto?
FanficHarry ha tenido muchos sueños en donde le dan una ubicación. Encuentra lo que le piden que busque y ve que es un hechizo para viajar al pasado. Muchas cosas se pueden cambiar y él lo intentará cueste lo que cueste. Una vez ahí, ¿se atreverá a contar...