Capítulo 5: Sección prohibida

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El mes de Octubre llegó más rápido de lo común y en todos los pasillos de Hogwarts aparecía un cartel en el cual se informaba de un baile de Halloween. No era en parejas, ni con disfraz, por lo que todos estaban un poco más relajados de lo habitual para un baile. Uno, porque no tendrían que hacer el enorme trabajo, según el trío, de buscarse una pareja; dos, porque odiaban disfrazarse, lo hallaban muy tonto; tres, no sería obligación ir si no era en parejas, por lo que podrían escabullirse hasta la biblioteca y entrar a la sección prohibida.

Esa sección podría tener información acerca de los viajes en el tiempo. La que no habían podido conseguir en la sección a la que todos tenían acceso. De principio no habían podido ir porque no habían tenido la posibilidad de encontrar la biblioteca vacía, sin ningún estudiante, pero ese día definitivamente iban a poder ir mientras todos se divertían en aquella fiesta, que de seguro iba a ser muy divertida, ¿quién se iba a dar cuenta de que el trío no estaba?

Tal cual habían planeado, los chicos se juntaron el día treinta y uno por la noche, a las afueras de la sala común de Gryffindor. Habían esperado hasta que los últimos estudiantes se habían ido, que en aquella ocasión habían sido los Merodeadores, quienes se habían vestido lo mejor posible, esmerándose en seguir siendo populares entre las chicas; así tendrían alguien con quien salir al día siguiente, la primera salida a Hogsmeade.

Harry se había puesto unos jeans plomos y una polera negra. Ron, por su parte, había optado por un jersey blanco y sus jeans azules desgastados, con unas zapatillas también blancas. Y Hermione se había colocado una blusa roja, una falda hasta casi sus rodillas, suelta, de cotelé y unos zapatos de charol. Todos usaban sus bufandas de Gryffindor, y toda esa ropa era la que el colegio les había dado para que estuvieran mejor.

Caminaron en silencio hasta la biblioteca y se adentraron en la sección prohibida, buscando nuevamente libros en los cuales apareciera tan valiosa información. Había muchos que tocaban ese tema, pero ninguno tenía como nombre "hechizos para volver a tu época", cosa que sería muy genial si un libro se llamara así.

Sirius Black bailaba con una chica de Hufflepuff, ni muy linda, ni muy fea. Era término medio, como él decía. Remus, por su parte, estaba buscando a una castaña, pero no podía encontrarla entre tanta gente. Habría sido genial que los dos hubieran ido, pensaba. Aquella chica, Hermione Granger, le había caído genial cuando se sentaron juntos, en pociones. James observaba a Lily desde su puesto junto a Remus, mirándola con anhelo, pero fulminando al chico que bailaba tan cerca con su pelirroja. Y Peter estaba ocupado con su nueva novia, una chica de quinto curso, de la casa de Ravenclaw, bastante guapa.

—¿Dónde estarán los nuevos? —preguntó James confuso. Remus le miró —. Yo vi que se habían arreglado para venir.

—Quizás se arrepintieron —Remus se encogió de hombros —, o se pasaron a quedar por ahí. No me extrañaría, después de todo hay un Potter entre ellos.

—¿Qué quisiste decir, Lunático? —preguntó James haciéndose el ofendido —. ¡¿Qué clase de amigo eres tú, Lupin?!

—Qué va… dejémoslo así, Corna.

—No, me pica la curiosidad. Tienes mucha razón, un Potter JAMÁS se quedaría en su habitación cuando hay una fiesta. Esto es muy raro.

De la parte trasera de su pantalón sacó un simple pergamino antiguo, o que al menos eso aparentaba ser. Miró a Remus unos momentos, con complicidad, y salió del lugar, seguido de su amigo. Ambos se escondieron en una esquina y abrieron el mapa, murmurando aquellas palabras tan conocidas "juro solemnemente que mis intenciones no son buenas".

Inmediatamente unas palabras comenzaron a formarse en el papel, como si lo estuviera escribiendo una persona invisible. No le prestaron mucha atención, pues lo habían visto muchas veces y ellos lo habían creado. Cuando ya estaba todo como se suponía, comenzaron a abrir diferentes compartimientos del papel, buscando al instante en la sala común de su casa. Al no encontrarlos ahí, comenzaron a recorrer con viva curiosidad los pasillos y salas del castillos, acercándose cada vez más al pergamino en sí.

Viaje al pasado... ¿Será correcto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora