Vicios

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Una persona viciosa es aquella que es ignorante de algún tema y sigue en su ignorancia creyendo que es lo correcto. La mayoría d ellos seres humanos son viciosos por qué en vez de responder a la naturaleza libre del ser humano son prisioneros de sus pasiones carnales. En el ITAE había muchos viciosos que se dejaban ir en el hedonismo de complacer el cuerpo, llevándose entre las patas a muchos otros que ven el mundo con otros ojos. A veces Lina se preguntaba por qué estaba en tal conflicto entre ser libre y viciosa. Los vicios van más allá de fumar y beber alcohol, los vicios ciegan a tu alma hasta llegar a un punto de terrible inflexión hacia la verdad. La mayoría de los maestros y alumnos estaban borrachos de codicia, de vicios, y cuando Lina veía por la ventana no podía dejar de recordar lo que los había llevado a estar en ese camino de tierra.

Mila estaba en medio de Viviane y Malva en el auto. Silas viajaba al frente junto con el conductor. Y los demás en la parte trasera con Malva de pescadito. Era una situación muy rara, pero si no lo hacían así terminarían caminando mas de una hora bajo el sol de la carretera para llegar al pueblo.

El dichoso pueblo al que se dirigían era el tipo de pueblo mas moderno. Tenia varios servicios, un cine, un supermercado y un hospital. Tenia vistas agradables, bonitos restaurantes y casitas pintadas de colores vibrantes. Uno de los atractivos mas grandes de tal pueblo con nombre Rueda Vencida era la heladería artesanal, donde se encontraban con Laura.

Realmente era raro. Estar en situaciones como eso, pero en parte también era muy divertido, nunca habían tenido tanta emoción en sus años del ITAE. Sobre todo tomando en cuenta que algunos de ellos llevaban toda su vida en un internado. Mila había llegado ahi en el kinder al igual que Bastian y Silas. Lina y Malva en la secundaria y finalmente Viviane y Gema en la preparatoria. No entendía por que pero eso les había regalado bastantes años juntos, y habían armado amistades diferentes pero igualmente bellas.

La amistad era un concepto muy interesante para Mila. Era un asunto raro y abstracto que se había desarrollado con el tiempo en su corazón. Y al menos en el de ella era así, pero tal vez por falta de comunicación no sabia que para los demás era similar. Lina apreciaba profundamente a Mila y a Bastian, aunque también por asuntos del pasado también había construido muchas otras amistades que le habían ayudado en el camino.

Después de lo de Abel, Lina estaba muy afectada, pero todos esos amigas la hayan ayudado a crecer y a construir su mundo otra vez, cuando se acabo momentáneamente por lo que había dicho Abel. Era raro, pero así son las cosas generalmente, recibimos mas ayuda de los que menos esperamos, y Lina lo confirmaba cada día mas con sus amigos.

La camioneta traqueteaba. Faltaban al menos quince minutos para llegar a su destino. El conductor era muy raro, se la había pasado viéndolos misteriosamente, pero lo más probable es que nada más fuera el hecho de la vida y el lugar al que iban.

El pueblo empezó a aparecer en el camino. Recortado entre los árboles se venían los edificios viejos de Rueda Vencida.Era un lugar muy bonito y agradable, y mas contando la zona en la que estaban. Silas solo podia recordar uno de los peores aspectos del lugar, y eso era el maldito clima extremoso, frío de menos de 0 grados por 3 meses y caluroso lo que quedaba del año, llegando a una desagradable temperatura de mas de 30 grados centígrados. En la escuela eso era una pesadilla, por que la estructura vieja era my fría en invierno, pero con el sol, se volvía caluroso.

Probablemente a esa hora Laura ya estuviera en la heladería esperándolos. Después de todo ella tenía su propio auto para llegar a donde quisiera, en cambio ellos no.

Finalmente después de algunas traqueteadas llegaron a el camino de el pueblo. El conductor paro y los dejo en la entrada de la heladería. Buscaron a Laura con la mirada y la encintaron rápidamente en la caja de el establecimiento. Tenía un helado en la mano y estaba pagando con un billete de 100. Volteo a verlos y los saludo con su habitual sonrisa. Unos minutos más tarde ya estaban todos alrededor de una de las mesitas que quedaba más escondida entre la maleza de el jardín aledaño a la heladería.

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