Daniel

4 0 0
                                    

"Soñé que eran mis amigos. Soñé que me querían. Pero cuando desperté me di cuenta de que nada había cambiado. Tenia siete amigos de sueños, pero la realidad es que tengo dos y es hora de decir adiós."
-光掘り

Abel la había cagado lastimando a Lina. No había duda de eso en la mente de Daniel, pero sus pensamientos habían cambiado un poco desde que estaba en contacto con el. Ya de por si sabia que Lina no era la persona mas fácil de tratar en el mundo, había conocido un poco mas las opiniones de Abel acerca de todo lo que había acontecido, y aun así lo detestaba. No sabia por que, pero en realidad le causaba mucho conflicto ese chico, por que desde su manera de actuar hasta de vestir lo hacia cuestionarse muchas cosas.

Por su parte la Navidad ya había acabado, pero algunos alumnos seguían fuera de la escuela como resultado de el Año Nuevo. Lina y Mila eran de esas afortunadas de no estar en el ITAE para pasar las fiestas, pero a Daniel le venia una gran melancolía al pensar en que sus amigas no estaban, lo que lo dejaba con pocas opciones ya que también sus demás amigos no estaban, incluyendo a Juan.

Las fiestas eran complicadas para el por que en su casa había distintos problemas. Una familia acaudalada que no podia ponerse de acuerdo en quien era el hijo favorito de los abuelos de Daniel. Unos padres que no se divorciaban por las apariencias, pero su padre no evitaba llevar mujeres a su casa aun con su madre presente. Todo eso dejaba a Daniel exhausto y sin ganas de asistir a la tipa cena de Nochebuena y Año Nuevo. Prefería mil veces mas estar en el ITAE rodeado de personas que no lo veían, era mas fácil pasar desapercibido que ser el testigo de peleas de titanes.

Por ahora tenia un montón de problemas que resolver, por ejemplo que estaba a punto de reprobar el año, por lo que el director Pilgrims lo había citado después de las fiestas a su oficina para hablar de que harían para subsanar los problemas que tenia, pero naturalmente Daniel sabia que era lo que estaba por suceder. Obviamente lo mas prudente era que volviera a cursar sexto por que ya de por si le había costado trabajo, el no tenia muchas intenciones de enfrentarse a la misma condena que lo ha I llevado a su situación actual.

Termino sus cavilaciones abruptamente mientras caminaba y se topaba con Laura. Ella lo observó con su mirada analítica de siempre, y le sonrió.

-Justamente a ti te estaba buscando.

Mila estaba por fin en su casa, aunque fuera por unos cuantos días ya no tendría que ver a los patosos compañeros con los que vivía cada día. Los días se iban rápido, pero también se convertían en la esperanza de cambiar las situaciones en las que estaba atada.

El destino estaba a punto de cambiarle la jugada. Mila estaba recostada en su cama con la con el celular en la mano hablando con Viviane de la vida sexual de los artistas, en específico Kirsten Stewart.

Cuando la conversación se estaba poniendo mejor un mensaje de la persona más inesperada vibro en su celular. Era una persona que no había visto en muchos meses y que había esperado jamás volver a ver.

Miguel: Hola Mila, se que no nos hemos hablado en mucho tiempo, pero ¿Como estas?

Mila observó el celular. No tenía ni la más mínima gana de ver el mensaje ni de contestarle, siempre se podía hacer la que no lo había visto, y como tenía desactivada la función de visto, el nunca se enteraría, pero algo en su interior se removió.

La vida da muchas vueltas, a veces nos toca estar abajo en la rueda de la fortuna, pero también nos puede tocar en la parte de arriba, la cosa está en que solo dura poco.

Los caminos de la vida tal vez esperaban llevarlos por nuevos parajes. Mila sentía qué tal vez era momento de empezar una nueva historia, aunque la historia de Miguel era una larga y muy extensa colección de recuerdos de el ayer, acontecidos en lugares similares a los que ahora ella frecuentaba.

Una mezcla de colores durazno, pantalones azul pitido y luces de hospital eran los recuerdos más bellos que Mila atesoraba en su corazón. Y justo por eso decidió darle la oportunidad una vez más, por qué finalmente si ella estuviese en su lugar le gustaría que hicieran eso por ella.

Abrió el chat, respiró hondo y empezó a teclear.

Lina sentía una pasión inaudita por la verdad. Tal vez era por qué se habían dedicado toda su vida a decirle mentiras, o simplemente una obsesión de rectitud auto impuesta, ella no soportaba las mentiras.

Todo esto le vino a la mente mientras hablaba con Daniel. Su amigo estaba en aprietos con la escuela y una misteriosa cita con Laura lo preocupaba. Lina no podía hacer otras cosa más que decirle la pura y mera verdad: era un reverendo estupido por dedicarse a indagar en vidas ajenas en vez de estudiar y lo de Laura no era tan grave. Pero su necio amigo insistía en el hecho de sufrir.

Daniel era un soñador imparable. Él amaba la posibilidad de crear y convertirse en lo que quisiera, pero también tenía un defecto. Uno de esos gordos y jugosos defectos como un héroe Romántico, era extremadamente inocente. El siempre esperaba lo mejor de las personas, y estaba ahí para apoyar, lo cual en opinión de Lina le causaba el noventa por ciento de los problemas que tenía. Un soñador que quería un futuro, pero no podía materializar nada por qué sus manos estaban más ocupadas en desempolvar libros de psicología en vez de apuntar problemas de matemáticas.

En el otro lado de la línea Daniel soñaba con el futuro mientras dibujaba unas manos en forma de cuna. El tenía cierta obsesión por el cuerpo humano, y se consideraba un artista medio a la hora de hacer bocetos. Generalmente cuando hablaba por teléfono con Lina hacía eso, dibujar. Aunque generalmente el no usaba un modelo para sus dibujos, solo salón de su mente, está vez sintió reconocer la figura de esas manos. Esas manos se parecían a las de Mila.

El no podía señalar los sentimientos que tenía por ella, pero tal vez ese dibujo le diera la clave. Los dedos largos y finos de Mila; los había visto muchas veces recorrer las teclas del piano o las pisadas de su guitarra, era simplemente una experiencia sublime para el. Ahora inconscientemente había dibujado algo que admiraba de ella, algo que le recordaba a sus propios sueños.

Siguió platicando con Lina, pero junto hizo más mención de el suceso d ellas manos, por qué finalmente era algo que para el en ese momento no era relevante. Terminaron de platicar de sus asuntos, y finalmente como legaron después de casi dos horas pegados con un auricular.

Daniel se quedo en barreando el techo de su habitación con mucha atención. La pintura de aceite estaba ya lajada, tal vez por qué no la cambiaban muy a menudo, o tal vez por el humo del tabaco que fumaba en esa habitación. Tomo la cajetilla de el buró, y encendió un cigarrillo.

Era el mismo tabaco que fumaba Mila. Olor a pepino, caja negra y verde. Parecía que todos los detalles de su vida se conjugaban para darle en donde más le dolía esa noche.

Sus ensoñaciones en la cama de su habitación viendo al techo fueron interrumpidas por un mensaje de texto de la cita que había hecho con Laura. Era hora de enfrentarse a el destino de las indagaciones que había hecho todo el año.

El director Pilgrims seguía en su oficina como todas las noches. Tenía una taza f evade barato y una cajetilla de cigarros en la mesa, tal vez si su madre, y fundadora de la escuela lo viera lo reprobaría completamente, pero ella ya no estaba en los rumbos mundanos para decirle nada.

Observó lentamente el citatorio que reposaba sobre la mesa inocentemente, por qué al final solo era una hoja de papel. Al final los padres de Sigmund habían decidido tomar acciones legales contra la escuela, y el no estaba nada satisfecho con eso.

Su educación como abogado le indicaba actuar de manera coherente, ser un verdadero adulto, pero algo en su interior se removía, por qué finalmente también era humano, y no iba a dejar que el legado familiar se fuera a la ruina.

Se sentó ante el escritorio una vez ocupado por su madre, y leyó la hoja una vez más. Encendió un cigarro y dejo que el humo le diera énfasis a una noche de reencuentros de el pasado.

Regálame tus ManosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora