Despierta

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Las cosas se estaban complicando de sobre manera. Daniel lo sabía, por qué ahora mientras meditaba acerca de lo que le había contado Laura, no podía evitar pensar lo peor que había en todas las situaciones.

Para empezar la amenaza de quedarse estancado en la escuela por que estaba a punto de reprobar, la locura de Lucia y Joel, era demasiado para el solo, pero no tenia la confianza d contarle a nadie acerca de lo que estaba pasando, por que el tenia muy mala relación con los maestros, no sabia en que terminarían sus conjeturas. A parte siempre se arriesgaba a perder mas de lo que ganaba, por lo que decidió al fin junto con el acuerdo común de sus amigos quedarse calado hasta la muerte.

Tal vez la muerte era un poco exagerado, pero igualmente tenia que hacerlo así. Eran aproximadamente las tres de la mañana. Tenia unas ganas locas de hablar con Lina, pero tal vez seria demasiado de su parte, era demasiado tarde y lo mas probable es que su amiga lo mandara por un tubo.

Así que al final se quedó contemplando el techo con anhelo de un mañana mejor. Lentamente se fue quedando dormido y no se despertara  hasta muy entrada las mañana en el ITAE.

Las mañanas eran el momento menos estimado por Viviane. Se había levantado temprano para ir a visitar a Mila en la ciudad y no tenía mucho que hacer a parte de eso. Sabía que Lina no se aparecería y mucho menos Bastian, así que tenía a Mila para ella sola. Tenía muchas cosas que contarle, las fiestas generalmente eran un suceso no muy grato para ella.

Se vistió. Tardó un poco más de tiempo escogiendo su ropa. Eligió la falda negra y la blusa turquesa que había utilizado en uno de los Pep Rallies de la escuela. Mientras s exponía los tenis desgastados recordó que el color favorito de Mila era el turquesa. Sonrío para si recordando todo lo que había pasado con ella. Realmente era emociónate vivir así.

Salió por la puerta de su habitación, le aviso a su madre que saldría y finalmente tomo las llaves de el automóvil que colgaban de una mano de cerámica que utilizaban para el propósito de no perder sus pertenecías en llaveros.

La ciudad estaba casi vacía cuando Viviane entró. Ella vivía a las afueras de los complejos urbanos. Ese ambiente citadino lleno de graffiti, bancas en parques desabridos, colores opacos y un cielo brillante le recordaban a Mila.

Últimamente no podía quitársela de la cabeza, pero se lo atribuyó al hecho de que no la había visto hacía días y tendían a platicar casi todos los días por  la tarde y durante el día. Todas esas cavilaciones le trajeron a la mente el recuerdo lejano de cuando había conocido a esa misterioso muchacha de cabello rojo y ojos soñadores. Tal vez esa descripción le recordaba a una de las de Lina que le había escuchado hacia much tiempo para describir a Mila: Starry eyed girl.

Era un día de verano. Viviane estaba a punto de entrar a el ITAE, por lo que la habían citado previamente a una d ellas conferencias de vida, como las llamaban los maestros. Ahí se encontró con muchas personas, pero cuando dieron los grupos en los que estarían ese año, escucho el peculiar de Mila y volteo a verla cuando se levantó. Desde ahí había pensado inmediatamente que quería ser su amiga, lo demás fue historia. Se acercaron, se agradaron y se amaron, por qué cada una encontraba en la otra un aspecto maravilloso.

Ahora, mientras entraba en la calle donde vivía su amiga, no pudo evitar pensar que realmente era afortunada de tenerla. Estacionó el auto enfrente de el porche, bajó cerrando la puerta de un golpe y se enderezó para tocar a la puerta.

Inmediatamente abrió Mila. Se le veía sonriente, de aspecto joven y un poco madura con su cabello suelto. Así era como la recordaba todas las noches antes de irse a dormir, pero también era la imagen que tenía grabada en su corazón .

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