Carta 6: Sobre las madres

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Estoy vivooooooo!!! Gocen este capítulo

Querida Maléfica: 

Mi madre era una cuervo muy guapa, sus plumas eran suaves y su pico era un poco más curvo de lo usual pero le servía de maravilla para pescar, a ella le gustaban mucho los pescados, y nos  los daba de comer siempre que podía. Padre era más robusto, tenía el plumaje opaco y era muy fuerte, mis hermanos mayores eran como él, pero yo me parezco más a mi madre, cosa que adoro porque cada que me veo en el agua la veo a ella, una parte que vive en mi. ¿Tu conociste a tu mamá? ¿Era tan bonita como tu? no se mucho de las hadas porque no hay libros ni alguien que quiera ilustrarme en la materia. Además no te he preguntado porque creo que sospecharás... Con una sonrisa escribo esta carta y riéndome por las ironías de la vida. 

Si la leyeras, me convertirías en perro por mil años, eres capaz de eso. Pero aún así la escribo porque no puedo decirlo a nadie. Eres una madre encantadora Maléfica, aunque tu no lo creas, tienes ese don en tu interior y se nota cada que sigues a Aurora por el bosque. No soy tonto, y tengo unos ojos muy buenos, tanto que no se apartan un minuto de lo importante... 

¿Cómo crees que te ves escondiéndote entre los árboles y vigilando a la niña rubia que las tres ilustres hadas dejan a sus suerte? No me creerás pero esa niña la he criado yo, las arañas no son buen alimento para un bebé ¿Sabes el trabajo que me cuesta sacarle las espinas a los pescados y freírlos para mantener viva a Aurora? Hace una semana me preguntaste por qué llegue con un moretón en el ojo, pues te diré que las vacas son agresivas cuando las ordeñas a media noche. Pero este no es el punto. Te he visto, deambulando por los bosques, salvando a la princesa de una srgura caída de un risco y cuando te miro comprendo que no eres malvada del todo, que alguien debió romper tu corazón para que hayas maldecido a una niña tan inocente a la que has llegado a querer. 

Serás la última en saber que la quieres, pero lo sabrás y espero que no sea demasiado tarde porque no podría soportar verte sufrir, moriría antes de verte con el corazón destrozado y lo sabes. Tu y esa niña son mi mundo aunque no lo creas y sé que ella pronto se convertirá en el tuyo. 

No te preocupes, el mundo de las madres son los hijos y puedo decir que ella ya ocupa ese sitio. Nos soy tan inocente, si tanto la odiaras hubieras dejado que cayera del risco o la habrías degollado cuando ella te abrazó. Debo decir que verte cargarla fue el mejor momento de mi vida, porque mi imaginación voló al futuro y vi al niño o niña que quizá no exista nunca mitad tú y mitad yo. 

Te veías tan feliz, tan dulce, tan tú. Como todas las madres deben verse al llevar en sus brazos a su niña. Aunnque debo contarte que también me hirió el corazón. Me has mandado al palacio y sienpre escucho llorar a la reina Flor, la pobre abraza la manta donde llevó a su hija solo unos días, no sale de su habitación ni come, sus cabellos se hab vuento blancos y ha envejecido al menos diez años. Siempre que voy le llevo flores, no te ofendas, le quiero como quiere un amigo a una amiga, porque eso es en lo que ella se ha convertido para mi; creo que mi visita alarga su vida e ilumina un poco sus tardes, le canto en mi idioma, la hago dormir y le llevo auque ella no me escuche noticias sobre su hija, alqgunas veces siento que ella sabe que la cuido, una vez me dio un pequeño collar que ahora la pequeña Aurora exhibe en su cuello. Siempre me pide que vaya a verla y sin que lo sepas le he llevado un mechón de cabello rubio que ella atesora... Y me pregunto como debe ser el amor de las madres para que supere todas las joyas y placeres del mundo. Ni las reinas son inmunes al dolor de perder un hijo... 

¿Habrás perdido tu uno y por eso tu corazón se oscureció? Comprendería eso. Porque el amor tiende a enloquecer. Flor quedará loca, no sé cuando sea eso, pero un día su cordura se romperá y entonces... ¿Estarás contenta? Separaste a una niña de su madre y aún así, aumuqe la acción la odie, no te odio a ti. 

¿Por qué no adoptas a Aurora? ¿Por qué no aceptas de una vez que la quieres y la llevamos al páramo? Tú y yo podríamos criarla o podría volar para traer a la reina flor, podrías ser mamá de medio tiempo y yo padre de tiempo completo; querría a Flor como una hermana y ella sería feliz. 

Tu y ella tienen mucho en común ahora. Ambas son buenas, pero las han lastimado demasiado, ambas aman a Aurora, ambas son su madre aunque tu no lo aceptes te has convertido en una. Solo que Flor no es tan fuerte como tu, de serlo, arrojaría al maldito de Stefan por la torre. 

Maléfica, escúchame, escucha a tu corazón, él está gritando, rompe la maldición antes de que sea tarde. Flor es madre y enloquecerá por el amor y dolor que ahora siente. Tú ya eres madre, has criado a esa niña, la has protegido, la has cuidado y lo seguirás haciendo, la amarás y cuando tú la pierdas terminarás igual que Flor, adolorida y loca y por desgracia caeré a ese abismo contigo. 

Piénsalo... Rompe la maldición y salva a la que ahora ya es tu hija. Nuestra Aurora. 


Por siempre tus alas. Diaval 


Cartas a MaléficaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora