Cartas a Maléfica

Carta 7: Sobre las historias de amor

Querida Maléfica: 

¿Habías escuchado la historia de una dama que perdió su zapatilla en un baile o la de una sirena que cambió su lengua por piernas? Yo nunca las había oído y debo decir que quedé encantado cuando conocí por primera vez los "cuentos de hadas" como suelen llamar a las historias más hermosas y fantásticas que alguien pudo haber imaginado. 

Te preguntarás donde he aprendido eso, bueno, nuestra bella Aurora crece cada día y debo decir que no solo es bonita, también es muy lista como te habrás dado cuenta, ha aprendido a leer (con un poco de mi ayuda debo decir) aunque con las hadas madrinas que la cuidan no me sorprende que comience a ser autosuficiente, las tres mujeres lo único que le pudieron haber enseñado a nuestra pequeña es a meter la nariz donde no le conviene. Van al menos diez veces que me echan del cuarto de Aurora con el absurdo pretexto de que mi plumaje está infectado... Como si las verduras que no saben preparar no estuvieran más infestadas de parásitos. 

Como verás, Aurora va creciendo en gracia (tal como tú dijiste) pero también su conocimiento crece cada día, si tan solo pudiera robar libros de las grandes bibliotecas para que ella aprendiera más cosas que solo cuentos... No es porque los cuentos estén mal, a ella le encantan y también a mi, solo que... los cuentos de hadas tienen un único detalle que me rompe de vez en cuando el corazón y eso son las historias de amor. No niego que la mayoría de relatos tiene una historia de amor como fondo, una que a mi parecer es una utopía. ¿Sabes lo que es una utopía? Bueno, no quiero dar una cátedra de lenguaje ni nada parecido pero lo simplificaré diciendo que es un ideal, un plan establecido que culmina con las palabras más extrañas que alguna vez pude escuchar: "Y VIVIERON FELICES POR SIEMPRE"

Tengo un gran apego con esa palabra, es extraña y solo en un cuento no la he podido escuchar, en uno que considero el más acertado en temas de amor, el de la joven sirena que un día se enamoró sin ser correspondida y despechada y herida y al final con un gran sacrificio se convirtió en espuma de mar... 

No me malentiendas, me gustan las historias de amor, pero no me agrada que Aurora crezca con una concepción tan vacía de lo que significa amar de verdad. Soy la persona más feliz a tu lado Maléfica, amarte es como tener miles de estrellas en mi interior, es tan magnífico que cada respiro se vuelve un suspiro que viaja por medio del viento hacia ti... Pero al mismo tiempo como el amor es belleza, el no correspondido y lleno de decepciones es casi como estar caminando entre hiedra venenosa. Quizá porque estoy herido pienso de ese modo, herido de muerte por ti, que no me ves más que como un sirviente y la niñera de tu venganza. 

La dulce Aurora siempre trata de leerme esos bellos cuentos, donde el príncipe salva a la princesa y los villanos mueren por culpa de su propio odio, algunas veces mi plumaje termina mojado porque me emociono hasta las lágrimas, parece que mi cuerpo alado no puede albergar tan grande explosión de sentimientos, la mayoría de veces lloro cuando el gran duque le prueba la zapatilla a Cenicienta y esta le queda o cuando la princesa recupera a sus doce hermanos convertidos en príncipes pero otras lloro de tristeza por la heroína convertida en una hija del aire o porque alguien honorable muere al final, incluso a veces lloro de preocupación y miedo, pero no por algún personaje en específico, sino porque recuerdo que llegará el día donde Aurora ya no va a leerme cuentos porque su cuerpo estará sepultado y lo peor de todo es que quizá no haya príncipe alguno que pueda salvarla, también lloro poruqe cada villano me recuerda a ti, no por el hecho de que seas malvada sino porque el odio les consumió hasta matarlos y... Y si ccontinúas así has de tener un fin similar al de ellos. 

Este no es un cuento, a pesar de que hay hadas y encantamientos, muchas veces he llegado a pensar que me desenvuelvo dentro de un cuento imaginado por alguna persona en particular... pero cuanto más pienso este es demasiado oscuro y enrrdoso como para plasmarlo en papel, parecemos piezas de un juego pero moviéndose cada una por su propia voluntad, hecho que me complica más el imaginar un desenlace y un principio en esta historia donde hay muchos cuentos entretejiéndose. 

Por una parte está la historia del páramo, siempre en guerra con el reino vecino. 

Por otro lado está la historia de Aurora, la víctima de un fatal hechizo. 

La historia de Stefan y Flor, reyes que se casaron sin una pizca de amor, uno enloquecido por poder y la otra por dolor. 

Tenemos también la historia del reino, luego la de un hada pequeña que tenía un amigo humano y... y no sé que más. 

Luego está mi historia de amor, uno no correspondido y tan doloroso que solo un poeta con el corazón roto tendría el valor de escribir. 

Y al final está todo aquello que no me has dicho y que me mata por dentro. 

No soy tonto, ya lo he dicho y luego de años debo decirte por qué ultimamente he comenzado a odiar las premisas de amor tan banales que se cuentan como cuentos de hadas porque tal parece que el amor solo tiene cabida en los corazones más rotos y en las simples historias para niños... 

Tu historia no contada es una historia de amor, una enterrada en el pasado pero que te carcome pordentro ¿no es así? Me había negado a aceptar ese hecho porque... bueno pensé por un minuto que yo podría ser el primero y también he callado porque me niego a creer que estoy celoso de un recuerdo, celoso de una historia de amor que ya se terminó hace mucho, porque como veo el hombre al que alguna vez amaste ya no está y esa es una de las razones por las que tienes congelado el corazón. 

Y aquí sigo yo Maléfica, contándote la pena que nunca sabrás que tengo, buscando algún motivo para pensar que esta historia terminará bien y buscando un felices para siempre en esta mi humilde y secreta historia de amor. 

Por siempre tus alas, Diaval.