Carta 15: Sobre la verdad oculta

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Querida Maléfica:

Quizá el amor verdadero no existe después de todo, quizá el poder del amor siempre se ha sobrestimado. ¿Cómo lo se? Porque nunca pude detener el cuchillo del destino, ni el amor mismo pudo contra el odio que tenías dentro y terminó por consumirnos. Ella tenía que enterarse, pero no del modo que lo hizo, no era así como quería que Aurora se fuera de este mundo, fue demasiado para mi y para ti de seguro.... tenerla entre mis brazos, esa era lo único que quería y aunque me sintiera como un padre que perdió a su hija no me diste tiempo de llorarla hasta que fue demasiado tarde.

No me despedí de ella, de su cálida sonrisa y de sus ojos brillantes como las estrellas, no pude decirle que fui yo quien la arrulló por las noches ni que era la hije que nunca pude tener contigo. Tmpoco pude advertirle de los peligros del mundo y creo que se fue de este mundo trsite debido a que su padre la despreció al verla cuando entró como la primavera al palacio. Se fue por un piquete de rueca y para mi fue más doloroso que si hubiera muerto por una puñalada en el corazón. Fue terrible porque yo lo sabía y no pude hacer nada. Y aún cuando llevé a un píncipe de ropas azules no fue más que un beso carente de significado el que logró darle. No amaba a nuestra Aurora y ahora que tu la lloras, Maléfica, pierdo el derecho de derramar lágrimas por ella. Tú dices que no me necesitas, jamás me has dicho un simple gracias ni mucho menos, pero no puedo permitir que te derrumbes, porque yo debo ser el pilar capas de sostener esta familia que acaba de irse al infierno. 

¿Estás contenta? Tu maldición ha sido completada. Aurora duerme en un profundo sueño del que no va a despertar y aunque tu llores nada podemos hacer para liberarla. Te has quedado sola con ella y aún así puedo escuchar tus gritos y lamentos por la hija que acabas de perder, en silencio lloras pero tu dolor lo siento en el fondo de mi pecho y mis plumas se tensan al verte. Mientras tanto me he quedado solo. No sabes de soledad o de dolor hasta que este te abruma por completo. Los hombres de ciencia dicen que siempre pasas por etapas para aceptar la pérdida, depresión negación negociacion ira y aceptación, no se el orden de las palabras pero si que ninguna es adecuada para mi ni para las mil y una emociones que se atascan en mi mente, creo que han colisionado para desaparecer porque ya no siento nada. Ni siquiera me siento cuervo o humano. 

¿Cómo se llama ese sentimiento Maléfica? Ese cuando ya no puedes estás más roto, cuando todos se van y te quedas coexistiendo con los sentimientos rotos, esos que te llaman a la media noche. Awuí no ha anochecido y sin embargo no hay luz, todo se ha apagado como las velas cuando soplas y el verano cuando cae la última flor. Awuí ya no hay nada que me ate, porque tu amor por mi es inexistente y lo que nos unía se ha ido. Quizá ahora vuelva a ser el cuervo ue siempre debí ser, quizá ahora encuentre la muerte y ya no aparezca ningún hada para salvarme, quizá... solo quizá me olvide de ese sentimiento extraño y estúpido al que todos llaman amor. 

¿Qué más quieres que te diga cuando ya no hay palabras? Este mundo me ha arrebatado cada cosa que amo y aún así sigo aquí, como una de esas burbujas que flotan a la deriva porque mis manos están vacías, en este mundo no hay nada que me ate, no hay promesas ni cuentos con finales felices verdaderos que me hagan querer seguir viviendo. Te vi una vez y pensé que serías mi reina, no la bruja malvada de esta historia; tuve a Aurora entre mis brazos, solo para ahora verla morir... Tuve todo por unos instantes y me pregunto si es justicia tocar el cielo unos minutos por una vida vacía, porque es eso lo que siento. ¿Crees que no he llorado, crees que un cuervo no lamenta la pérdida de lo que ama? Te perdí a ti y ahora la pierdo a ella, las pierdo a ambas y con ustedes a mi mismo. 

¿Quién soy si no tu sirviente?

¿Quién soy si no el padre de Aurora?

¿Quién soy sino el amante despechado y con el corazón roto? No lo sé Maléfica pero no creo que me quede a averiguarlo. Quizá te ve en otra vida, o en otro reino muy lejano donde vivía una reina con un rey que la amaba mientras veían crecer a sus pequeños príncipes, quiza vuelva a verte como reina y ese día quizá tenga un final feliz, quizá el único final bueno en este cuento fue el que impedite al evitar que me mataran porque ahora que lo pienso, me has apretado el cuello lentamente... En lo que a mi concierne, ya estoy muerto por dentro.

Hasta siempre tus alas, Diaval. 

Cartas a MaléficaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora