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Nate reía mientras se burlaba de el supuesto romance entre Connor y Tristan, todos en la mesa se habían enterado de las flores y de la visita del rubio creyendo que era el novio del castaño.

-¡No es mi novio! -Respondió un tanto enojado Connor, la pelirrosa lo miró unos segundos y sonrió. -Es mi amigo, mi mejor amigo.

El oxigenado levantó los brazos rindiéndose, cruzó sus piernas en canasta y siguió con su trabajo

-Entonces ¿está soltero? -El castaño levantó la vista al rostro de su compañera, ella mordía su labio avergonzada.

-Si, creo que si. -La chica asintió y ninguno volvió a hablar, ni siquiera Nate que jamás paraba de charlar.

En ese momento, tocó la campana del pequeño receso que tenían. Connor suspiró y se levantó de la mesa con rapidez, salió de la sala directo al jardín del edificio.

Se recostó en el césped y miraba las nubes creando formas inexistentes. Le encantaba hacer eso, cuando era niño lo hacia con Tristan. El rubio le inventaba historias por cada forma que encontraban, eran amigos desde hace mucho tiempo.

-Hola Conn. -Saltó del susto frente a la presencia del más alto, este rió y lo abrazó. -Eres muy asustadizo.

-Hola James. -Se recostó en el hombro del mayor inconsciente de lo que su acción generaba en el chico.

El rubio lo miraba embobado, su cabello, sus ojos, sus labios, todo le gustaba del menor. Tragó en seco y desvío sus ojos cuando estos cruzaron con los azulados del castaño.

-¿Y eso? -El rubio agradeció que Connor ignorara lo anterior ocurrido y sólo se concentrara en el ramo junto a él.

-Son tuyas, de parte de tu admiradora. -Se las tendió y con cuidado, las tomó. El castaño movía su mano acariciando los bellos pétalos.

Era un ramo con todo tipo de flores. 

Flowers » JonnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora