28

60 14 0
                                    

El mayor miraba sus manos mientras manejaba, trataba de no mirar al chico junto a él en ningún momento. Ya había pasado una semana larga desde que "discutieron" y no se habían vuelto a dirigir la palabra, hasta entonces.

-Conn. -Lo llamó dulcemente, antes de su pelea, James solía decirle así y al castaño le encantaba como sonaba su apodo en los labios del chico. Sin embargo, no obtuvo respuesta de parte de su acompañante. -Connor, yo lo siento tanto. -Tragó saliva y no apartaba su vista de las calles, tal vez para no tener un accidente o para que el menor no notara las lágrimas acumuladas.

Fue entonces que el rubio notó lo patético que lucía llorando por alguien que sólo lo consideraba su amigo, el sólo oírlo le daban ganas de golpearse.

-Connor por favor no me hagas esto. -Los labios ya le temblaban cuando formuló las últimas sílabas. No quería parecer débil, pero cuando el oji-azul estaba cerca se sentía la persona más indefensa del mundo.

No obtuvo respuesta. Así que sólo se tragó sus lamentos y siguió conduciendo hacia el barrio de ambos. Un silencio horrendo se había instalado en la parte delantera del auto, dejando a los protagonistas sumidos en sus mundos.

Al estacionarse frente a la entrada de la casa del trio de amigos, sacó el seguro al vehículo esperando que el chico se vaya para encerrarse en su hogar. Nunca se hubiera imaginado que en vez de irse, Connor pasó por arriba de la palanca hasta sentarse en sus piernas frente a él, con sus piernas a cada lado de las caderas del rubio.

Una vez enfrentados, el menor pasó sus brazos por la espalda de Mcvey, abrazándolo.

-Te extrañé tanto James. -Y las lágrimas que ahora caían por su rostro, humedeciéndolo, eran de felicidad.

Ahí se quedaron durante un tiempo, ellos sólos con la luna de testigo y un bello ramo acianos de en el asiento trasero.

Flowers » JonnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora