Capitulo 7: La vida te cambia en cualquier momento.

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Cuando volvieron al pueblo, Kat se despidió rápidamente de Violet y corrió hasta la casa de Mark . Una vez en el porche, le costó decidir si timbrar o no. Respiró hondo y después de unos segundos pulsó el interruptor. No tardaron en salir a recibirla. La chica a la que había visto con Mark asomó la cabeza.

-¡Hola!-saludó la chica alegremente-Soy Glenn , la hermana de Mark. ¿Eres Kat, no?

-Si...-murmuró ella.

Entonces una segunda persona apareció por detrás de Glenn . Era una señora de mediana edad, muy sonriente. Llevaba el pelo recogido en una coleta muy pequeña. Tenía un mandil manchado con harina, como si hubiese estado cocinando.

-¡Glenn! No seas maleducada, déjala pasar. Seguramente querrá ver a Mark, ¿no?-dijo la señora .

Kat pasó al interior de la casa y, guiada por la hermana de su "casi novio" fue al salón. Glenn le dijo a ella que se sentase en el sofá y Kat obedeció . Mientras, la hermana fue a buscar a Mark. Luego entró la señora que anteriormente había conocido y le ofreció galletas.

-Soy Evelyn , la madre de Mark . Siento presentarme con estas pintas ,jaja . Es que he estado haciendo galletas y aún no soy muy buena cocinera , jajajajaja.

Evelyn era muy alegre y habladora y ,como Mark tardó en llegar, hablaron muy animadamente. Poco a poco Kat se fue soltando y le fue contando cosas sobre ella.

Entonces, apareció Mark. Estaba sorprendido de ver a Kat .

-Bueno... Yo mejor me voy .-dijo Evelyn-Ha sido un placer conocerte, cariño.

Luego le lanzó un beso y se fue.

Mark se sentó al lado de Kat y le cogió la mano. Ella miró alrededor y, al ver que no había nadie, le besó. Mark se lo devolvió y le acaricio el pelo.

-¿Eso es un sí?

-¡Claro!-exclamó ella-No te pude responder porque estaba en la ciudad y se me cayó el móvil a la piscina.

-Le suele pasar a todo el mundo -dijo irónicamente él-Es muy lógico .

-No te burles de mí .

Kat le revolvió el pelo y le dio un beso en la mejilla. Luego, se levantó . Sorprendido, Mark le preguntó sí se iba ya.

-Si... Sólo vine a decirte que sí . Además , llevo todo el día fuera y no quiero que mi padre se preocupe.

Mark asintió y le acompañó hasta la puerta.

Ya fuera , Kat caminó despacio, mientras jugueteaba con su pelo, un poco dañado por el cloro. Cuando divisó su casa, aceleró el paso. En el porche estaba su padre, sentado fumando y mirando al horizonte. Estaba tan concentrado en sus pensamientos que ni vio que su hija estaba allí. Kat se sentó a su lado.

-¿Qué haces?-preguntó ella.

Como respuesta, el señor Winkelton le sonrió y le besó en la frente.

-¿Te lo pasaste bien?

-Si...pero...mi iPhone...tuvo un accidente...y...se cayó a ...la piscina.

Kat abrió su mochila y sacó su móvil estropeado. Su padre lo cogió y lo miró fijamente .

-Bueno... Pensaba regalarte uno nuevo en tu cumpleaños, pero no vamos a esperar.

Su padre rio y Kat también.

-Gracias-murmuró.

Kat volvió a meter la mano en su mochila y esta vez sacó una bolsa de patatillas. Le ofreció a su padre , pero él no quiso, así que la abrió y se llevó a la boca una. Acto seguido, entró en la casa y fue al baño a ducharse. Se dio una ducha rápida, se puso el pijama, la bata y las zapatillas y bajó al salón a ver la televisión.

En el canal en el que estaba , emitían una telenovela , así que cambió. En el canal de ese momento, estaban hablando sobre los libros más vendidos. Entonces, nombraron a su padre y Kat subió el volumen . Decían :

"El escritor George Winkelton , ha vendido millones de libros. El último, inspirado en Japón, su último lugar de residencia, es todo un best seller. Dentro de poco viajará a Brasil para su nueva novela y vivirá allí durante el tiempo que tarde en escribir su libro"

Kat estaba alucinando. ¿Brasil? ¿Se iban a ir a vivir a Brasil? Llevaban apenas un mes en el pueblo y ni siquiera habían empezado las clases, y se iban a volver a marchar. Estaba empezando a integrarse de nuevo y Kat no se quería ir de su pueblo. Además ni se lo había dicho, y se había enterado por la televisión.

Kat se levantó del sofá y ,casi llorando ,fue a buscar a su padre para saber si lo que había oído era cierto.

-Papá...-dijo-¿nos vamos a ir a Brasil?

George, el señor Winkelton , giró la cabeza hacia su hija y con un hilo de voz preguntó:

-¿Como lo has sabido?

-¡No! ¡No, no,no,no,no! ¡No me quiero ir! ¡He perdido a casi todas mis amigas por tu culpa, por irme dos años a estúpidas ciudades que te inspiraban! ¡Ahora que soy feliz aquí, no voy a irme a ningún lado!

Su padre la cogió por los hombros e intentó calmarla.

-Mi niña... Brasil es muy bonito y tengo una idea para una nueva novela. Sé que para ti es duro, pero así es mi trabajo.

Kat retiró las manos de su padre.

-Me da igual que sea bonito. No necesitas ir allí para escribir una historia que transcurre en Brasil. ¿Si escribieses un libro sobre Marte, también nos mudaríamos allí? Papá , lo siento, pero he rehecho mi vida y no pienso ir a Brasil. Mis amigos están aquí, mi vida está aquí. Puedes escribir una novela sobre nuestro pueblo.

Su padre la miró con mirada cansada.

-Yo también lo siento , cariño, pero no será mucho tiempo. Haré una historia corta por ti.

Kat subió a su habitación enfadada y su padre se sentó en el sofá, pensativo. Ella se cambió de ropa, cogió su bolsa de patatillas y su mochila y salió por la ventana. Se quedó de pie, encima del tejadillo del porche. Se colgó de el y saltó. Sin ningún rasguño ni herida, cogió su bicicleta y se fue. Su padre no sabía que se había escapado, pero lo descubriría más tarde.

Lo que llamaba hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora