Kat estaba en el salón sentada en un sillón, cuando de repente escucho las sirenas de una ambulancia. Por mera curiosidad, se levantó e intentó acercarse a la ventana a ver que ocurría. Su padre se lo impidió.
-Quédate aquí, no vaya a ser que te escapes- gruñó.
-Me aburro, sólo voy a ver que ha pasado. Si al menos me dieses el móvil...
George se rio, irónico.
En un tono pacífico y tranquilo, Samantha dijo:
-Le acompañare yo, tranquilo.
Sam seguía queriendo tener una familia unida con Lucy, Kat y su padre y aunque ella la trataba mal y le dejaba claro una y otra vez que no era nada para ella, la mujer quería ser como una madre para la adolescente.
Las chicas se acercaron a la ventana y la joven se asomó. Kat no vio nada desde ahí. Salió y se detuvo en la acera. Lejos, seis casas más allá, un chico estaba en el suelo rodeado de sangre, con su bicicleta al lado. Había un coche negro, Mercedes, al lado. El conductor estaba nervioso, a punto de llorar. Tenía una herida en la cabeza también,pero no era grave. Observaba como ponían al chico en una camilla y lo llenaban de tubos. Kat no distinguía la cara del muchacho desde allí. Tenía un mal presentimiento... Creía que era alguien conocido. La calle se fue llenando de gente y en un abrir y cerrar de ojos la ambulancia desapareció.
-Voy para allí-informó Kat en un susurró- tengo que saber quien es.
Salió corriendo y Sam gritó:
-No corras, que te vas a hacer daño.
Kat llegó allí, justo cuando apareció la policía a tomar declaración al conductor del Mercedes.
La chica se acercó a una viejecita y le preguntó:
-¿Quien era el chico?
La señora se ajustó las gafas y dudó.
-Pues... Se llamaba... Micky , Mak... No me acuerdo...
Una niña de unos nueve años, corrigió a su abuela:
-Se llama Mike.
Kat se asustó.
-¿Es rubio, alto, guapo de quince años...?
-Sí.
A Kat se le cayó el alma a los pies. Su novio, su amigo de la infancia, iba de camino al hospital gravemente herido.
Se tiró al suelo y comenzó a llorar y a gritar.
-¡Noooooo! ¡Mike! ¡Noooo!
Todo el mundo la miraba y el médico que se había quedado curando la herida del conductor se acercó a ella. La levantó y le ofreció una silla plegable. No podía para de llorar y su vista se nubló.
-Noooooo- dijo en un sollozo.
Kat vio a Sammy a su lado y le agarró la mano. Luego se desmayó y el médico la tumbó con las piernas en alto.
Samantha se quedó al lado de la chica en todo momento y llamó por teléfono a George para que acudiese a allí.
El hombre llegó al lugar en unos segundos y cuando Kat despertó fue a él al primero que vio.
-He tenido una pesadilla... Atropellaban a Mike...-susurró Kat.
-Hija -su padre se puso serio- no ha sido una pesadilla.
Ella comenzó de nuevo a llorar, pero más calmada.
-Voy al hospital.
Después se levantó y empezó a correr a una velocidad sorprendente hacia la estación de autobuses para ir al hospital.
-Espera- gritó George -te llevo yo.
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Lo que llamaba hogar
Ficção AdolescenteKat es una chica de catorce años. Después de dos años viajando vuelve a su hogar, su pueblo. Allí todo ha cambiado y adaptarse a su nueva vida supondrá un auténtico desafío para ella.