Kat estaba aun desayunando cuando alguien llamó al timbre. Su abuela se levantó del sillón , dejó la taza de café encima de la mesa y abrió la puerta. Detrás de ella apareció el padre de Kat. Iba con un chándal , la barba sin cortar y con cara de preocupación. Intentó pasar , pero la abuela se quedó delante de él , sin dejarle pasar.
-¿No me saludas, no me das un beso, George ?
El señor Winkelton , le dio un beso a la señora y dijo:
-Margaret, llevo toda la noche preocupado, no estoy para tonterías. Déjame ver a mi niña.
Kat no levantó la cabeza, siguió mirando su cacao. Notó los brazos de su padre rodeándola ,pero ella no se inmutó.
-No pienso irme-susurró.
George se sentó, Margaret se colocó en frente de él y le sirvió café. Comenzaron a hablar de sí no debían irse, de que se podía quedar con su abuela... Kat no escuchaba, sólo pensaba en ir a la casa de la señora Pomp a por el objeto preciado de su madre. Se levantó de repente y todos la miraron a ella.
-Voy...voy a casa. Tengo que hacer unas cosas y no puedo perder el tiempo.
Antes de que pudieran responder ya estaba ella montada en su bicicleta.
No tardo mucho en llegar a su casa. Llegó al porche, miró debajo del felpudo y cogió una llave. Entró en la casa y subió a su habitación. La cama estaba deshecha, el escritorio desordenado y había ropa en el suelo. Abrió la ventana para ventilar y metió en una cesta toda la ropa sucia, la que estaba esparcida por el dormitorio. Luego, recogió un poco el escritorio e hizo la cama. Después, se cambió de ropa. Se puso unos shorts y una camiseta de su grupo favorito: One Direction . Se hizo una coleta y cogió un bolso.
Salió de su casa y paso por delante de la casa de Mark . Tenía la ventana de su habitación abierta , así que con toda su voz grito:
-Buenos días, guapooooooooooooooo.
Mark se asomó y le lanzó un beso. Ella siguió su camino y llego a la casa de Lola Pomp. Vivía en una casa mediana , de piedra, con unas enormes gárgolas a los lados de la puerta, que era azul. Antes de que Kat pudiese llamar, Lola ya había abierto.
Iba toda de blanco , con un chal verde por encima de los hombros. Tenía unas gafas de culo de vaso y el pelo corto y rizado.
-¡Qué agradable sorpresa, querida! Hacia mucho tiempo que no te veía .
Lola abrazó a Kat y la empujo al interior de la casa. La primera planta estaba llena de libros y manuscritos , y la gente acudía a allí a comprar y coger prestados libros. La señora Pomp la llevó hasta el salón y Kat se decidió a hablar .
-Lola ... Tengo que contarte una cosa.
-Empieza, tengo tiempo.
-Ayer estaba en casa de mi abuela y encontré una caja de mi madre. Cuando encontré la llave ,la abrí . Dentro había un collar para mi y una nota en la que ponía tu dirección. Ponía que debías darme uno de sus objetos más preciados.
Lola se puso a pensar.
-Ahora que pienso... Sí. Hace muchos años , tu madre me dio una caja para ti. Lo guardé en un lugar seguro. Me dijo que te lo diese cuando muriese, pero eras muy pequeña cuando eso ocurrió y luego me olvidé.
Lola se puso de pie e indicó a Kat que la siguiese. Fueron a la gran biblioteca y la señora se subió a una escalera y miró encima de una estantería . Luego bajó dos cajas enormes, llenas de polvo. Abrió la primera y no encontró lo que buscaba. Así que miró en la segunda. De ella sacó otra caja y se la entregó a Kat .
-Toma cariño... La echamos mucho de menos.
Kat asintió y después de despedirse, se marchó . Compró un helado y se sentó en la acera . Abrió la caja de cartón y encontró docenas de cuadernos. Kat leyó el que ponía 1. Ponía: querido diario...
A la chica se le escapó una sonrisa que se esfumó al ver a Susan y a su madre caminar por la calle.
Cuando pasaron por delante de ella susurró la madre: ni la mires. La gente como ella no se merece nada, es como sus padres.
Kat se puso roja de furia. A la madre de Susan nunca le había caído bien sus padres , pese a que ellos siempre habían sido amables y la habían ayudado en todo lo que podían. Melly decía que estaba así por que ella había estado enamorada de George y el se había quedado con la madre de Kat. Así qué estaba resentida.
Kat se puso en pie con la caja en brazos.
-¿Cómo mis padres?-espetó- Pues entonces soy una persona maravillosa , que no va chismeando por ahí de los demás. Mi madre está en el cielo, así que no le faltes el respeto, porque es muy fácil criticar a una persona que no se puede defender. Pero yo la puedo defender, porque soy una hija orgullosa de sus padres .
Luego se fue, dejando a la madre avergonzada.
ESTÁS LEYENDO
Lo que llamaba hogar
Novela JuvenilKat es una chica de catorce años. Después de dos años viajando vuelve a su hogar, su pueblo. Allí todo ha cambiado y adaptarse a su nueva vida supondrá un auténtico desafío para ella.