Capitulo 27: Necesidad.

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Kat llegó al hospital en poco tiempo y preguntó donde estaba Mike.

-¿Es usted familiar?

Ella negó.

-Soy su novia.

-Pues entonces no le puedo decir nada- respondió.

-¡Dígamelo, dígamelo! ¡¿Ha muerto?! ¿Aún vive?-Kat gritaba y lloraba. Todo el mundo la miraba.

Su padre la cogió de los hombros y la mandó sentar. George fue a hablar con la señora.Entonces, el teléfono de la chica sonó: era Sammy. Sam y Lucy se habían quedado en casa.

-¿Sí?-dijo Kat.

-Era para saber que tal está tu amiguito.

-Mi amiguito ha sido atropellado y no me quieren decir nada- dijo ella seca antes de colgar.

Luego comenzó a llorar de nuevo y su padre le hizo señas para que se acercase. La abrazó y le miró serio.

-Mike está en el quirófano. Esta operándolo un neurocirujano. En el accidente se dio un golpe en la cabeza y tiene una pierna rota.

-Oh Dios mío...

Kat no se lo creía. Estaba en una pesadilla. Necesitaba aire puro y salió del hospital. Se sentó en el asfalto detrás de una furgoneta y respiró hondo.

-¿Estas bien?- le dijo un médico.

Kat no contestó.

Pasó tiempo, dos días y Kat pudo entrar a ver a su novio. Estaba en una camilla, con la cabeza vendada, la cara llena de heridas y la pierna en alto.

-¡Mike!

Ella lloraba desconsoladamente mientras le abrazaba y besaba, pero él no le devolvía los besos ni los abrazos. Kat le agarró la mano.

-Lo que has pasado... Ahora estás a salvo. No sabes lo preocupada que estaba... Pensar que podrías haber...

-Es tu culpa-dijo el chico- lo he pasado muy mal. Sí pienso en el momento del accidente me entra una sensación en el cuerpo...miedo. Esto no habría pasado si tú hubieses aparecido. Me dejaste tirado y entonces volví y me atropellaron. Si tu hubieses ido nada de esto habría pasado. Y ahora si pienso en ti, tengo rabia. ¡Es tú culpa y no quiero verte!-gritó Mike.

Entraron las enfermeras y me mandaron salir.

Fuera estaba Sam. Me abracé a ella y ella me dio un beso en la cabeza.

-Tranquila, tranquila. Todo va a salir bien.

En ese momento Kat sintió cariño y le gustó. Después de todo Samantha no era tan mala.

Se sentaron en unos asientos y yo la miré seria.

-Samantha, esto me está matando. Este pueblo. Me quiero ir, me quiero ir. Lo estoy pasando mal. Este año he tenido demasiados problemas y aunque voy a echar de menos a mis amigas... Necesito irme, abandonar mi hogar.

Sammy asintió y le abrazó.

Lo que llamaba hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora