CAPÍTULO 2 - Una tarde de celebración

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Sonó el timbre que anunciaba el final de la jornada escolar, y Catherine y Tom salieron por la puerta principal de la escuela. Ya no habían vuelto a hablar de los licántropos, pero Tom no se quedaría con la duda acerca de Catherine.

- Ya me voy, mi papá está esperándome - dijo Catherine, dándole un beso en la mejilla a Tom, e inmediatamente echó a correr - ¡nos vemos mañana! - dijo gritando a lo lejos, mientras la Jeep verde militar donde se acababa de subir, desaparecía poco a poco.

Como su papá trabajaba hasta tarde, Tom tenía que irse caminando a su casa, que no quedaba tan lejos de ahí. Después de quince minutos, llegó a su casa, una construcción de dos pisos, con un jardín pequeño y una alberca; era de color café obscuro y tenía grandes ventanas blancas. Abrió la puerta, dejó su mochila en el sillón y fue directo a la cocina a prepararse algo de comer. La casa estaba sola, antes tenía una niñera, pero cuando cumplió once años, su papá le dijo que tendría que aprender a cuidarse solo, ya que sólo lo ve en las noches y los fines de semana.

Subió a su dormitorio y empezó la tarea, ya que le prometió a Catherine pasársela al día siguiente, ya que ella tenía un compromiso esa tarde.

<< De seguro se va a ir a cazar >> pensó cuando Catherine se lo pidió.

Terminada su tarea, encendió su Xbox y empezó a jugar, así era como se entretenía la mayoría de tiempo, además de investigar más sobre las criaturas que a él tanto le gustaban.

• • • •

Catherine llegó a su casa, comió, y le contó a su mamá acerca de Tom. Todavía no podía creer que él fuera tan devoto a esas cosas, que se aferrara con fuerza a esa realidad que no era cierta, pero tampoco era tan falsa.

Le había dicho que sí le podía pasar la tarea al día siguiente, ya que tenía un compromiso, iría a la graduación de sus hermanos Bruno y Mario.

Eran gemelos y ya terminaban la preparatoria, tenían el cabello rubio dorado, y los ojos castaños con un anillo dorado, característicos de la familia; eran altos y musculosos, típicos chicos que tenían a toda la población estudiantil femenina a sus pies, pero no eran arrogantes, sólo no querían compromisos, igual que ella.

Se metió a bañar y dejó que el agua le recorriera el cuerpo, limpiando y quitando todo el estrés típico de la escuela.

Salió del baño envuelta en una toalla, y fue a su armario para sacar un vestido azul rey vaporoso, el cual combinó con unos tacones dorados. Secó su cabello y se lo plancho haciendo ondas al final de su cabello. Salió de su cuarto y bajó las escaleras para dirigirse a la sala de estar, donde estaban sus papás y sus hermanos, arreglando los últimos detalles.

- ¡Pero sí aquí están los graduados! - dijo para saludar a sus hermanos.

Los gemelos voltearon a verla, llevaban un smoking azul marino y gris, respectivamente, una camisa blanca y zapatos negros; llevaban el cabello arreglado, sin gel, típico de ellos.

- Me halagas - dijo Mario riéndose - créeme, sentí que no pasaba.

Su mamá volteó a verlo, y él giró la mirada a otro lado, incómodo, lo que hizo que Catherine riera.

Todos salieron de la casa, subieron a la Jeep, y fueron directo a la ceremonia de graduación.

Mundos Escondidos (P A U S A D A)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora