CAPÍTULO 10 - Tengo algo que decirte...

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Era viernes y Tom estaba en una cabaña cerca del vecindario de Catherine, con ella y con Anne, para una sesión de canto, la gente ahí era muy cálida y divertida, todos lo recibieron con una sonrisa.

Anne y Catherine estaban cantando, no es que fueran las mejores en toda la cabaña, pero todos les aplaudían y ellas, gustosas, continuaban la melodía entre gallos y risas. Terminaron de cantar y todas las ovacionaron, incluído Tom, orgulloso de tener una novia, si escucharon bien, NOVIA, como ella.Estaba muy contento por eso.

Las chicas bajaron del escenario y Catherine fue a los brazos de su novio.

- ¿Cómo lo hicimos? - preguntó la chica.

- Lo hicieron excelente - dijo él sonriendo.

Se sentaron y después de varias canciones y artistas que nunca iban a triunfar, tocó el turno de los gemelos,que no lo hacían tan mal, y todas las chicas de la cabaña estaban extasiadas y si te acercabas un poco más, podías oír su corazón ir a mil por hora.

A mitad de su canción entró un chavo que no se veía de más de 20, pelo negro un poco grasiento, estilo rockero, ojos cafés, y una piel muy pálida, tanto que parecía estar enfermo, pero la mirada fría con la que recorrió la habitación decía todo lo contrario. Al parecer buscaba algo o a alguien. Nadie hablaba, como si su presencia representara una autoridad.

- Encuentra una salida por la parte de atrás y nos vemos afuera, ¿de acuerdo? - le susurró Catherine.

- ¿Por qué?

-Digamos que no deberías estar aquí.

- ¿Por qué? - volvió a preguntar. ¿Cómo que no debía estar ahí? Todos lo recibieron con los brazos abiertos, y ahora un intento de rockero no lo iba a sacar del establecimiento.

- Porque... - empezó a decir la castaña.

- ¿Alguien aquí se llama Tom Reynolds? - preguntó el de pelo negro.

- Yo, ¿por qué? - dijo Tom parándose muy decidido, aunque por dentro moría de miedo.

- Quiero que salgamos, necesitamos platicar.

Tom siguió al chico, con la cara de preocupación de Catherine siguiéndolo todo el tiempo. Ya estando afuera, Decidió sacarse todas las dudas.

- ¿Quién eres?

- ¿Para qué? Sí después de lo que haga, no te acordarás de nada.

- ¿Después de qué?

- De esto.

El chico se le acercó abruptamente, poniendo sus manos en la cabeza de Tom, quien ya estaba diciendo sus últimas palabras, ya sentía que el final estaba cerca, hasta que...

- ¡Scott! - gritó Catherine.

- ¿Por qué me interrumpes? - dijo tranquilo el paliducho, que ahora tenía nombre.

- No lo toques.

- No creo que eso sea posible, rompiste las reglas, ahora te abstienes a las consecuencias.

Tom estaba en shock. ¿Catherine rompió las reglas? ¿Cuáles? ¿Y por qué lo tienen que matar a él?

- ¿Quieres que le diga a tu padre de Leigh? - dijo la castaña decidida, haciendo que el semblante de Scott cambiara.

- No, no le digas de ella, por favor. - dijo el chico caso de rodillas.

- Entonces dile a tu padre que todo fue un malentendido, que no hay ningún humano aquí. ¿De acuerdo?

- Está bien... - dijo Scott derrotado. - Y tú, - dijo dirigiéndose a Tom - te salvaste sólo porque tu noviecita te defendió, cuidado camarada. - y dicho eso, Scott se esfumó en una moto que Tom no había visto.

- ¿Qué fue todo eso? - preguntó Tom después de salir del shock.

- Bueno, es que digamos que tengo un secreto... - dijo Catherine agachando la cabeza.

- ¿Qué es?

- Es que...

- Dímelo, por favor.

- ¿Te acuerdas de todas las notas de criaturas en tu cuaderno verdad?

- Sí... ¿Por qué? - dijo Tom preocupado.

- ¿Y si te dijera que todo eso existe?

- ¿Cómo?

- Que esas criaturas existen, y están más cerca de lo que te imaginas.

- ¿Qué me estás tratando de decir?

- Que soy una licántropo.

-

Mundos Escondidos (P A U S A D A)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora