Un hijo para el imperio Hyuga

Bifurcación

Hinata miró con nerviosismo las hojas de los balances de ventas de la semana, no es que tuvieran algún problema pero no podía concentrarse en el balance que tenía que analizar, y todo tenía una explicación, ese día se cumplían tres días desde que mandó a Sasuke a tomarse muestras sanguíneas además del examen médico general, y apenas hace cinco minutos había recibido una llamada de Kabuto, el médico familiar, mismo que le confirmó el perfecto estado de salud del chico además de encontrarse libre de infecciones de transmisión sexual, así que eso quería decir sólo una cosa: el muchacho ya había ido a recoger sus estudios y no tardaría en buscarla.

El simple pensamiento la angustiaba, suspiró atemorizada recordando que desde la cena que compartió con él había tenido sueños eróticos como una adolescente, y ella ni siquiera de adolescente los tuvo. Ni siquiera había visto realmente la anatomía del moreno pero en sus sueños sí que la veía, le mostraba una prominente erección y decía muchas palabras vulgares con esos labios carnosos y bien definidos, formando esa sonrisa burlesca que le dedicó más de una ocasión en la cena, tenía la impresión de que no le fue indiferente, claro que no, esos ojos negros la desnudaron desde que la enfocaron, y ese pequeño triunfo la hacía sentirse victoriosa y al mismo tiempo atemorizada ya que debería estar asqueada de todo y más bien estaba impaciente porque la llevara a la cama.

El móvil vibró en la bolsa de su saco azul, una vez que revisó el motivo sus labios hicieron un puchero, desbloqueó la pantalla y fue directo a la aplicación de WhatsApp para leer el mensaje de su cuñada.

"Sasuke me ha mostrado los resultados, venía anexa una carta del médico mostrado su perfecto estado de salud, ¿qué hago?".

Suspiró y tomó un par de segundos para decidirse, "Múdalo a mi casa, dale la habitación de huéspedes", fue concisa y esperaba no arrepentirse de esa absurda decisión. Solo bastaron un par de minutos para obtener una respuesta: "Perfecto, mañana tendrás que contarme todo".

Hinata tembló ligeramente al imaginar a qué se refería su cuñada, llevó una mano entre sus grandes pechos intentando tranquilizarse ¿realmente hacía bien al hacer todo eso?

Algo le decía que más tarde se iba a arrepentir.

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-Sasuke—La voz de su madre apareció cuando estaba a punto de cerrar el cierre de la maleta negra que había hecho—¿Realmente tienes que mudarte?

-Si, mamá. La mayor parte del trabajo la haré por la tarde y noche, y entre la universidad y el trabajo, estaría desperdiciando tiempo en venir aquí. Parece ser que me irá bien en ese hotel. Tengo suerte madre, no todos los días contratan a chicos estudiantes para ayudantes de un contable, aunque bueno seguro también radica en los extraños horarios que me han dado.

-Pero nada tiene que ver con lo que estudias—Mikoto soltó dejando ver la melancolía que la embargaba,

-Por eso mismo mamá, tengo mucha más suerte. Seré odontólogo y por ahora tendré que ayudar a ese contador y hacer otros trabajos de mantenimiento en ese hotel, seré un todólogo madre, debemos agradecer la oportunidad y no ponernos tristes. Itachi necesita un respiro y con mi sueldo aspiro a poder costear la carrera y sobre todo darte una ayuda, al menos te enviaré lo que saque en las tocadas del fin de semana.

-Mejor úsalo tú, yo me las arreglare con los catálogos.—Sasuke sonrió bajando la maleta de la pequeña cama individual.

-Quita esa cara, trataré de venir cuando pueda.

-No me hagas caso, es solo que nunca me he separado de ustedes y soy una sentimental—La mujer explicó abrazando a su pequeño hijo que la rebasaba descomunalmente en estatura.