Mundos alternos, dolor paralelo

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En la oscuridad de la noche se atrevió a volver a marcar el número del moreno obteniendo la misma respuesta: 'número fuera de línea'.

El dolor de cabeza finalmente había cedido hace un par de horas e incluso había logrado alimentarse un poco.

No le fue difícil adivinar que Ten-Ten había logrado hablar con Sasuke. Lo que no entendía es qué pudo haber dicho para causar tal alejamiento. Con un puchero en el rostro, su cerebro siguió creando miles de hipótesis. Probablemente había caminado infinitamente por la habitación durante ese tiempo, intentando mitigar la ansiedad, el miedo.

Si supiera más de él podría ir a buscarlo, pero la única pista era aquel bar y la universidad. Y el día de la semana no ayudaba, ya que él no se encontraría ahí. Cómo odiaba no haber sido más curiosa, saber más de él.

Cerró los ojos con frustración, el día siguiente tendría una mañana de lo más complicada. Además no podía seguir retrasando la consulta prenatal. ¿A quién engañaba? Nada de eso tenía realmente importancia, lo único que realmente la tenía mal era saber que en su mañana Sasuke no estaría.

xoxoxoxoxox

Mikoto observó a su hijo. Sasuke fingía que veía el televisor pero su mente vagaba por otro lado; estaba segura, ella era su madre, sabía a la perfección que su hijo menor estaba triste, sin embargo aun sabiéndolo no podía hacer nada.

Ese silencio en el cual se había sumergido sin dar explicaciones era el indicativo que necesitaba estar solo; Itachi tenía razón debía dejar que se calmara, más tarde o quizás mañana, él mismo les contara qué estaba sucediendo.

Para su desagrado la mañana siguiente llegó y Sasuke, ni siquiera tomó el desayuno. Se vistió con alguna ropa que dejó en la casa y se marchó a la universidad.

-¿Qué le habrá sucedido?—Izumi habló apenas se quedaron solos, mientras los tres tomaban el desayuno.

-Es apresurado decirlo pero debe tratarse de una chica—Respondió Itachi con los ojos entrecerrados. Mikoto observó atentamente a su hijo esperando más información—Ahora lo que intenta es huir de ella. Apuesto que intentará dejar el empleo.

Mikoto suspiró tensa, rogando a su Dios que su hijo pronto se tranquilizara. Ese desasosiego que presenciaba en él la hacía sentirse inquieta y deseosa por calmarlo.

Xoxoxoxoxo

Sasuke agitó pensativo la cerveza en su mano mientras Karin le hablaba de lo genial de las nuevas interpretaciones que estaban preparando. Sus ojos negros desenfocaron la cerveza, hacía rato que había dejado de escuchar a la pelirroja como a la música en el lugar.

Tensó su cuerpo al rememorar, otra vez, la visión de ese día en la oficina de Hinata.

Ya sabía que era un imbécil por desear su amor. Hinata desde un inicio fue clara: quería un hijo, no importaba cómo. Su sangre ardió más al recordar a lo que llegó cuando creyó que él quiso dejarla... incluso había tenido hasta el cinismo de mamársela para seguir teniéndolo entre sus piernas.

Ella había ido demasiado lejos. Y él, mucho más. Seguro antes de dejarse follar por ese imbécil pelirrojo ambos se habían burlado de él. Qué imbécil se sentía.

xoxoxoxoxox

En el auto, Hinata apretó el volante, se encontraba en el estacionamiento de una prestigiada clínica.

El médico le había tomado varias muestras sanguíneas para corroborar su estado de salud y después de una media hora de espera pudo informarle que tenía cinco semanas de gestación, un poco más del mes. También le dio varias instrucciones, suplementos alimenticios y una dieta que podría ayudarla a mejorar un poco las náuseas que la estaban aquejando y haciéndola perder peso.

Un hijo para el imperio HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora