Escuchando conversaciones

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Hola, sigo un tanto abrumada con las miles de actividades que tengo por ahora y mis miles de ganas de escribir.

Antes de continuar, quiero recordarles (porque este capítulo salió raro) que Sasuke e Hinata tienen OOC, lamento a quienes esta cuestión les desagrada, pero ya que es un universo alterno y que la historia es original y completamente mía, salió así, le he tomado prestados los personajes a Kishimoto, pero bueno la personalidad no del todo.

Dicho aquello, espero que disfruten el capítulo...

Estaba perdida, esa mañana en la cual marzo entraba, ella se dio cuenta que estaba sumamente perdida, ya lo sabía con anterioridad pero ya no podía siquiera negarlo; estaba completamente enamorada del hombre que dormía plácidamente a su lado en esa mañana sabatina, después de llegar en la madrugada oliendo a cigarrillo y a alcohol pero sobrio.

«¿Cómo no estarlo?» se preguntó.

Hace un par de semanas después de aquella platica de acuerdos, ellos lograron tener una mejor convivencia, había bajado un poco la guardia y a cambio recibió invitaciones para salir los fines de semana, no iban a grandes lugares, eran simples pero la diversión siempre estuvo presente, incluso pudo describirlas como románticas salidas, ya fueran al parque, museos, cine o centro de diversiones; y no habían estado mal en absoluto, la hacía sentir joven y lo mejor de todo especial.

La 'aventura' como Sasuke la llamaba ante los ojos lunas no podía describirse así, en una aventura no había salidas y pequeños detalles, no existía esa conexión que ella encontraba en los momentos que pasaban juntos o cuando hacían el amor.

Aunque realmente Hinata no sabía nada de él más que lo referente a sus estudios, que tocaba en algún bar desconocido y que entre ambos existía una química sexual enorme; lo amaba, y era así, ya no podía negarlo, aunque eso tampoco quería decir que lo fuese aceptar abiertamente.

-¿Estás despierta?—El azabache la atrapó en los profundos pero dormilones ojos negros.

-Si—Respondió tímidamente.

-¡Diablos!—El moreno brincó de la cama sobresaltando a la peliazul.

-¿Q-Qué sucede?

-Tenía que estar hace una hora en la clínica. Ahora Kabuto me joderá—Habló poniéndose los pantalones a una velocidad sorprendente.

La ojiluna quiso decirle que era culpa de esas presentaciones que daba hasta altas horas de madrugada pero el moreno salió del cuarto antes que ella pudiera hacer el comentario.

La idea de compartirlo con la escuela incluso los fines de semana le desagradó de sobremanera ya que eran los únicos días en los cuales podía estar todo el día con él.

¿Estaría siendo demasiado egoísta y posesiva o sólo sería el anhelo de estar a su lado?

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Por la tarde cuando Sasuke caminaba por el caminito de adoquines de la entrada de la casona de la Hyuga encontró un descapotable negro estacionado a lado del carro gris. Le bastó verlo para saber que era un coche último modelo y de inmediato el gusano de celos hizo aparición, torció la boca con desagrado y sus pasos se ampliaron esperando encontrar al dueño dentro.

Entró con brusquedad y de inmediato encontró a la peliazul sentada en un sillón con la laptop en las piernas. Ella no tardó en sonreírle, se quitó el aparato de las piernas y poniéndose de pie caminó hasta él, se puso de puntillas y le dio un beso fugaz en los labios, a él que seguía tieso y esperando dar con el culpable de su ansiedad inspeccionando la sala con la mirada esmerada.

Un hijo para el imperio HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora