Pasos atrás

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Llevaba más de una hora encerrada en el baño pero no había sido en vano, con jeans azules, una calientita camisa de franela negra y botitas de invierno negras al tobillo; había logrado cubrir su cuerpo. Un ligero maquillaje consistente sólo en un poco de base, delineador negro, rubor y un bálsamo labial; la hacía sentir que podía darle la cara al mundo, o específicamente al Uchiha.

Salió de la habitación encontrando la cama deshecha, acción que no le sorprendió pero si la intrigó sobre el paradero del muchacho. Subió la maleta a la cama para comenzar a acomodar sus pertenencias en el ropero que le serviría para que la ropa no se arrugara demasiado. Después se dedicó a hacer la cama, sus mejillas se tornaron rojas cuando un poco de evidencia seca en la colcha le recordó que había estado haciendo la noche pasada.

Salió de la recamara, encontrándose el televisor encendido con Vin Diesel en la pantalla. Conforme sus pasos siguieron las mejillas se tornaron rosadas al encontrar al pelinegro recostado en el sillón de tres piezas con nada más que el mismo bóxer con el cual le dio la cara, entreabrió sus labios presa del pasmo.

-Deberías vestirte—Soltó caminando hacia la cocina para terminar su café.

Su taza ya no estaba en el mismo lugar y la cafetera ya estaba vacía. Una fuerza sobrenatural y obvia la hizo rebuscar en la mesa de centro en la sala y tal como predijo ahí estaba su taza aunque ya vacía, una envoltura de galletas le indicó que al menos él ya había desayunado.

Sasuke dibujó con sus labios una apenas perceptible sonrisa a sabiendas de lo que había hecho.

-Por cierto tu café sabía bueno y sobre vestirme ¿para qué?—Hinata abrió como platos sus ojos, acción que casi hace carcajearse al Uchiha.

-¿Cómo qué para qué? –Logró sacar.

-De cualquier manera en algún momento volveré a terminar desnudo—Se encogió de hombros volviendo su vista al televisor.

El calor propio de la vergüenza tomó a la Hyuga que de pronto sintió que le faltaba el aire ante.

-Al menos dúchate—Soltó fingiéndose exasperada, dándose la vuelta para prepararse una taza de café, sorprendida de cómo el muchacho la hacía sacar sus emociones.

El Uchiha sonrió mientras su vista seguía fija en el televisor, solo estaba probando a la mujer, deseando averiguar hasta dónde podía llevarla, después de todo ella le había dicho que cuando estuvieran solos no tenía por qué fingir sin embargo Hinata parecía no haber querido seguir discutiendo al parecer sus ganas de dominarlo se habían esfumado paulatinamente desde que la hizo suya por primera vez.

Le daba la impresión que quería evitarlo e incluso que estaba avergonzada por lo que había sucedido entre ambos pero después de recordar a la mujer altiva y altanera que conoció lo desechó enseguida. Debía ser lo que dijo del problema con el juguete que sacaron al mercado, sin dudas eso era lo que la tenía tan evasiva. Debía estar estresada y él decidió terminar la película sin prestar demasiada atención.

Sentada en uno de los bancos de la isla que separaba la cocina de la sala, Hinata veía los créditos en el televisor, sumamente aburrida e incómoda, se vio tentada a rodar los ojos y finalmente harta se acercó a quitarle el control al moreno. Menuda sorpresa se llevó cuando lo encontró dormido. Con sumo cuidado tomó el control que descansaba entre los largos dedos.

Al segundo siguiente apagó el televisor y sin saber que hacer tomó asiento en el sillón para dos personas, agarró un mapa que descansaba en un mueble lleno de revistas y folletos turísticos. Nunca fue muy buena leyendo mapas por esa misma razón no se atrevía a andar más allá de los senderos aunque muriera de ganas de explorar el lugar, pero estando en la nada lo mejor era no tomar riesgos innecesarios.

Un hijo para el imperio HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora