Si

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Hola queridas y queridos:

Primero que nada quiero disculparme por la tardanza, pero también informarles que las actualizaciones ya no puedo asegurar que serán semanales, he iniciado una nueva etapa en mi vida y ahora tiene toda mi concentración, les platico, conseguí un empleo xD y aunque es lo que buscaba, necesito adaptarme a ello y me va a llevar tiempo, también requiere de toda mi atención (quienes me conocen saben lo despistada que soy), sin embargo este fic seguirá su curso, sin duda alguna en mis tiempos libres seguiré escribiendo, pero no será tan seguido como venía haciendo.

Muchas gracias por todos los comentarios, cada uno de ellos los he leído, hasta ahora (En este fic) solo he tenido positivos y no saben cómo me motivan, me dan muchas ganas de escribir y seguir con esto. Muchas gracias a quienes me consideran una buena escritora, o mis escritos les hacen pasar un rato, esa es la idea, gracias por apreciar mi trabajo y seguir motivándome, seguiré haciéndolo, solo pido un poco de tiempo.

Seguiré subiendo no crean que abandonaré mis fics, seguiré, no lo duden.

Cuando las lágrimas cesaron y poco a poco comenzó a tranquilizarse se sintió una completa idiota, en su mente solo rondaba un cuestionamiento: ¿por qué tuvo que darle explicaciones de sus acciones?

Completamente arrepentida de intentar defenderse ante el Uchiha, no tenía nada que explicarle, se lo repetía hasta el cansancio pero la única realidad es que necesidad de hacerlo fue mayor al no querer ser juzgada tan duramente por él.

Si había detenido la pelea era porque sabía mejor que nadie lo fuerte que era el ojiazul, además no podía prestarse a un escándalo de esa índole, no podía darle más disgustos a su padre. Todo lo que había logrado con tanto esfuerzo Naruto se lo arrebató, al demostrar lo tonta que había sido a su lado; perdió el dinero que le heredó su madre al fallecer y no sólo eso, una buena parte de las ganancias de aquel año de las empresas Hyuga también.

La culpa era mayor que el dolor por lo revivido. Nunca pensó tener al Uzumaki nuevamente frente a ella y menos que la situación sería de esa manera.

Hinata quería sumergirse en las almohadas y perderse, pero no podía darse ese lujo. Estaba a punto de amanecer, y si Uzumaki Naruto se había atrevido a regresar a Tokio había sido un iluso, era el momento de recuperar un poco de lo que le robó en el pasado.

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Las orbes negras se abrieron somnolientas, a lo mucho había dormido unas tres horas, después de todo al intentar conciliar el sueño solo había podido pensar en ella y con el paso de los minutos estaba seguro que la actitud arrogante que demostraba era debida a ése hombre.

No, no podía seguir ahí en ese patético papel, así que se levantó para darse una ducha rápida y salir huyendo al menos por unas horas o el fin de semana.

Estaba seguro que Hinata tampoco querría verlo tras la discusión.

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-¿Sasuke ya desayunó?—Cuestionó la Hyuga tímidamente cuando Matsuri le servía el desayuno.

La chica castaña levantó la mirada alejándola de la bandeja metálica y se apresuró a verter el jugo de naranja para finalizar su tarea.

-No, él no pidió nada. Pero Anko me dijo que salió a eso de las diez.—Informó con una leve mirada de compasión.

Hinata miró el reloj circular que descansaba en la pared, tenía una hora aproximadamente que el muchacho se había ido. ¡Tanto que prolongó su desayuno para llevarse la sorpresa que el moreno no estaría! Negó con la cabeza y decidió comenzar la idea que la había rondado: contactar a Inuzuka Kiba, él estaría dispuesto a ayudarla y hacerle pagar a Uzumaki su error.

Un hijo para el imperio HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora