Su corazón agitado por solo verlo no tuvo comparación con el ritmo desbocado que lo azotó cuando los labios del moreno se cerraron sobre los suyos. Las manos masculinas que en primer momento se posaron en sus mejillas bajaron rápidamente a la espalda pegándola a su cuerpo en un afectuoso abrazo.
Para la vicepresidenta lo prudente habría sido romper el beso, preguntarle qué hacía ahí, pero ninguna de las dos cosas vinieron a su mente más que corresponder ese demandante beso, succionar esa lengua que osó meterse en su boca o dejar que la dejara sin aire.
El corazón de Hinata latía tan rápidamente, alterándole todo el cuerpo, nublándole cualquier pensamiento, envolviéndola en un mundo dónde solo existía el Uchiha y ella.
Cuando Sasuke rompió el beso y se separó lo suficiente para que los grandes y hermosos ojos lunas lo vieran, Hinata sintió el tacto del dedo pulgar ajeno limpiar una de las comisuras de sus labios.
-Hola—Le susurró él y ella sintió que las piernas le temblaron.
Sasuke disfrutó verla aturdida. Desde que la vio salir del elevador concluyó que los recuerdos no le habían hecho justicia, Hinata lucía tan hermosa y sensual, que la respuesta en su entrepierna fue inmediata. Volver a besarla, probar su sabor, sentir su calor, sus curvas contra su cuerpo, lo enviciaban y al mismo tiempo soltaban una especie de relajante en él a pesar de la revolución sexual que le provocaba.
-¿Qué haces aquí?—Logró preguntarle aun aturdida, viviendo en el mundo donde solo estaba ella y él. Lo vio mover sus ojos por la estancia para volver a posarlos en ella.
-No puedo vivir sin ti—Confesó él con voz clara y santo cielo si no hubiera sido porque la detenía probablemente se hubiera desplomado—Creo que te alegra verme, soltó al darle un fugaz beso en los labios.
-¿Señorita Hinata?—La peliazul reconoció enseguida la voz de Maito, el hombre encargado de la seguridad de la corporación y buen amigo de Neji. Cerró los ojos enseguida, volviendo al presente y alejándose lentamente de Sasuke—¿Todo bien?—Volvió a cuestionar a unos pasos de ella con obvia actitud protectora.
-Si, claro—Se apresuró a responder siendo consciente por primera vez cómo la recepcionista y demás trabajadores que pasaban por ahí miraban la escena con interés. Se maldijo enseguida, bajó la mirada apenada y la emoción que sintió por las palabras del azabache comenzó a evaporarse haciéndola entender todo—Hablaremos en mi oficina—Acordó al alejarse abruptamente de él y con una sola mirada instándole que fuera por su equipaje.
Se permitió un segundo para volver a pasear su mirar luna por los alrededores, los trabajadores a pesar de parecer estar en sus actividades cuchicheaban y les lanzaban miradas furtivas. Al enfocar el elevador el semblante de sorpresa de Hana, la hizo sonrojarse levemente y asimilar completamente su error garrafal. El sonido de las llantitas de la maleta la motivó a dar el primer paso para encerrarse en el elevador con el Uchiha.
-¿Qué haces aquí?—Hinata le preguntó al Uchiha apenas hubieron cerrado las puertas de la oficina de vicepresidencia.
Realmente las remembranzas del Uchiha no habían sido acertadas, el pelo azulino y sedoso de la ojiluna lucía más en vivo, y qué decir de las curvas que ahora se encontraban escondidas en ese vestido gris que le llegaba arriba de la rodilla, aunque no mostraba nada del atractivo cuerpo al tener mangas de ¾ y ser carente de escote, la hacía lucir sexy y misteriosa. Los labios carnosos apenas con bálsamo labial y los ojos remarcados por un maquillaje negro cargado, le demostraban que ella era más hermosa de lo que su mente podía creer.
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Un hijo para el imperio Hyuga
Fanfic¿Convertirse en madre? No es la prioridad de Hinata ya que se encuentra en la cima de su desarrollo profesional. Pero las cosas han cambiado y una nueva situación familiar la obliga a buscar el nieto que herede las riendas de las empresas Hyuga, so...