Adormecidos

3.7K 323 138
                                    


Sasuke miró la concurrida avenida, los coches iban y venían mientras él estaba parado en la acera, la respiración aun le faltaba e incluso le temblaban las piernas. El éxtasis del reciente sexo aún lo tenía aturdido y con notables síntomas secundarios. Cerró los ojos una vez más tratando de tranquilizar su agitado cuerpo.

Anheló ir a refugiarse a su casa. Se sentía terriblemente estúpido para empezar ¿por qué fue a buscarla? ¿Por qué tuvo que hacerla suya? ¿De qué demonios servía si ahora lo único que deseaba era tenerla cerca?

El maldito dolor que había logrado adormecer en los últimos meses había despertado de forma violenta... Era un verdadero idiota.

Seguramente ella ya estaría en la ducha quitándose su esencia y él aun sentía su olor impregnando en la ropa, en su piel, la playera mojada por el sudor... bueno habría marcas que le costaría ocultar más y eso sí que se lo merecía. Esperaba que al menos tuviera una fuerte discusión con el maldito pelirrojo.

xoxoxoxoxoxoxo

-¡Señorita!—Matsuri gritó acercándose a la peliazul.

La ropa desgarrada en el suelo la hizo pensar lo peor aunado al estado conmocionado de la peliazul que no dejaba de llorar. Sin pensárselo dos veces corrió por una toalla al baño cercano y cubrir la desnudez de la Hyuga.

Los ojos blanquecinos se levantaron al sentir el tacto de la tela sobre su espalda, extrañada y aturdida comenzó a volver al presente y por primera vez en esas vacías y largas horas se dio cuenta que había amanecido.

-Quizás deba llamar a la policía—Sugirió la chica sin saber qué hacer, las manos le comenzaron a temblar de lo nerviosa que se encontraba, mirando atentamente a la mujer sobre el sillón.

Ante las palabras Hinata salió completamente del estupor, suspiró intentando dejar de llorar y calmarse. No tuvo el tiempo necesario para abochornase de la vergonzosa situación pero se limitó a tratar de tranquilizar a la castaña:

-Todo está bien—Finalmente logró decir con la voz entrecortada. Le gustaría dar una mejor excusa pero a pesar de estar intentándolo su situación no le permitía serenarse.

-Pero...—Matsuri soltó incrédula sin despegar la vista de las braguitas desgarradas y el vestido estropeado en el suelo una vez más.

Hinata no se percató del todo de la situación ya que ahora el dolor que le atenazaba el corazón le impedía reparar en los detalles que captaba su empleada.

-Solo necesito estar sola—Convino ante la mirada preocupada de la chef, que ya no sabía si irse era la mejor opción—Realmente estaré bien, no te preocupes, fue solo un error—Se sinceró e intentó calmar una vez más a su preocupada empleada. Sería más de lo que podía decirle.

xoxoxoxoxoxo

-¿De qué va toda la mierda que escuché?—Neji rugió apenas Ten-Ten puso un pie dentro de la casa que compartía desde que iniciaron su matrimonio.

Aunque no había gritado su tono de voz fue amenazante y aterrador para la mujer.

-Por favor...

-¿Por qué se les ocurrió montar toda esa farsa? –Bramó el castaño dándole la espalda y comenzando a caminar como león enjaulado.

-Creímos que era lo mejor...—Intentó justificar. Conociendo a su marido tenía que darle respuestas rápidas pero también inteligentes.

-No vengas con cosas absurdas. Engañaron a ese muchacho respecto los sentimientos de Hinata—Dijo al negar con la cabeza— Ahora ella tendrá un hijo suyo y lo peor es que conoces los sentimientos de mi hermana hacia él y no hiciste nada, más que separarlos ¿cómo pudiste hacer algo así?

Un hijo para el imperio HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora