Prologo

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Agosto de 2008

- Espérame Sami, tu eres muy rápida, no te puedo Alcanzar - dijo una niña de no mas de 9 años cansada de tanto correr.

- No seas tan lenta Al, falta poco para llegar - Insiste la otra niña junto a ella

Samantha estaba de Vacaciones de Verano, y junto a sus padres había viajado a la Isla Margarita y se estaban quedando en el Hotel Marbellamar, lugar donde se hospedaban cada vez que iban ahí. Ese año había hecho una pequeña amistad con otra huésped, llamada Alice, y cada mañana a partir de las 9:00 bajaban juntas al área de las piscinas.

- Ves, llegamos - dijo la Samantha con una sonrisa victoriosa - Ya no te quejes y vamos a bañarnos.

- Está bien, pero nos bañaremos en lo bajito, recuerda que no sé nadar - advirtió antes de dejar su paño en la mesa.

- Está bien - dijo Samantha repitiendo la acción de Alice

Las dos entraron al agua, estaban jugando juntas hasta que Samantha escucho la voz de su padre llamándola, por lo que decidió salirse y dejar sola a su amiga, misma que al notar que no estaba salió a buscarla.

- ¿Que pasa Papi? - dijo la niña impaciente por volver con su amiga

- Ven Sami, es para que sepas que mamá y yo vamos a salir - explico su padre - te dejamos la llave de la habitación en la recepción ¿Ok?

- Esta bien, pueden ir tranquilos, yo me puedo cuidar sola - explica aun impaciente, y el papá suelta una carcajada

- Lo se amor, pórtate bien - Y le da un beso en la frente

No muy lejos de ahí se encontraba Alice buscando a Samantha en la piscina onda, ya que pensó que tal vez su amiga podría estar bañándose ahí, ya que a ella siempre le gustaba jugar de ese lado. Inclinándose un poco para ver si estaba bajo del agua, Alice resbalo y cayo dentro, y antes de que empezara a tragar agua solo pudo decir un nombre "Sam".

Sam, al escuchar que la llamaban, salió corriendo sin terminar de despedirse de su padre, y al no ver a Alice donde la había dejado, se alarmó y se asomó en la piscina que estaba más cerca de ella, ahí pudo notar como unos bracitos estaban luchando por no hundirse. Rápidamente Samantha salto al agua en dirección hacia Alice, para tratar de evitar que su amiga se ahogara, apenas llego a ella la agarro por un brazo y lo envolvió en su cuello, mientras ella con un brazo la agarraba por la cintura y con el otro nadaba para llegar a la orilla, técnica que había aprendido en sus clases de natación. Al llegar a la orilla con su mayor esfuerzo sube primero a su amiga para sacarla del agua y después sale ella.

- ¡Alice! - grito su madre tras ver aquella escena, quien salió corriendo y paso al lado del padre de Samantha quien aún estaba es Shock por lo que había hecho su hija

Alice aún se encontraba tosiendo, pero estaba bien. Samantha incluso la había inclinado hacia adelante mientras le daba unas palmadas en la espalda

- ¿Estas bien? - Pregunto llegando a ella después de abrazarla con fuerza.

Sus ojos amarillos estaban llorosos, por el miedo y por el cloro de la piscina, pero la pequeña logro asentir ante la pregunta de su madre, misma que al ver que la otra niña que se encontraba junto a ella había salvado la vida de su hija, la abrazo.

- Gracias, gracias, gracias - dijo aun abrazándola - ¿Tú también estas bien? - pregunto una vez que la aparto

- Si señora yo estoy bien - respondió la niña con una sonrisa tímida

- ¡Samantha! - exclamo su padre después de procesar todo lo que había sucedido - ¿Cómo es que tú? ... Eso fue... Increíble - dijo aun asombrado, pero ahora más cerca de ella.

- ¿Samantha? - Pregunto la madre de Alice - Así que tú eres la famosa Samantha, mi hija me ha hablado mucho de ti, me alegra saber que tiene muy buenas amigas - Tras aquel comentario las niñas no pudieron evitar sonrojarse, sobre todo la pequeña Alice

- Y usted debe ser el padre - Volvió a hablar - Es un placer, mi nombre es Anna Rodríguez - se presentó al fin dándole la mano

- Mucho gusto, mi nombre es Iván Sierra- se presentó el padre de Samantha estrechándole la mano a Anna - y supongo que ella debe ser Alice ¿cierto? - inquirió

- Si así es - contesto Anna - Veo que tiene una hija muy valiente - Tras aquel comentario a Iván se le escapo una sonrisa de papá orgulloso

-¡Mamá! - grito una niña de lejos mientras corría en dirección a Anna pero esta era más grande, unos 2 años más - Papá te busca - Informo

- Claro, ven quédate con tu hermana - pidió y su hija asintió - Señor Iván, si es tan amable de seguirme

- Con gusto

Ellos se fueron hasta la recepción del hotel donde se encontraba el Padre de Alice. La hermana mayor de Alice era muy parecida a ella, tenía un hermoso cabello castaño claro muy largo y de piel morena clara que parecía que brillaba cada vez que le daba el sol , solo que ella no tenía los ojos color amarillo miel, que tanto le gustaban a Samantha, ella los tenia marrones claros.

- ¿Que ha pasado aquí enana? - pregunto al ver como los ojos de su hermana brillaban mientras veía a Samantha

- Mi amiga Sam me ha salvado la vida - dijo por fin dejando escuchar su voz, y acto seguido le proporciono un gran abrazo a su amiga

- ¡Así que tú eres Samantha! - exclamo la castaña - Pues mucho gusto, yo soy Alanis, pero puedes decirme Ali - se presentó a pesar de que su hermana aún seguía abrazando a Samantha, sin embargo la pequeña alargo uno de sus brazos como pudo y lo estrecho junto con el de Alanis mientras le regalaba una sonrisa.

Después de un rato las niñas tuvieron que subir a sus respectivas habitaciones para cambiarse y para que Alice pudiera pasar el susto de esa mañana. Luego de almorzar y después de horas sin verse las niñas decidieron volver a jugar, pero esta vez lejos de la piscina. Alice estaba contenta porque gracias a lo sucedido además de quedarse jugando toda la tarde con Samantha, también iba a quedarse toda la noche comiendo pizza y viendo películas con ella, actividad que organizo Anna para las chicas como agradecimiento a Samantha, los padres de Sam estuvieron de acuerdo en que se quedara a dormir con Alice, ya que así ellos podrían ir al Casino.

Como a eso de las 5 de la tarde las niñas se encontraban en el césped detrás de unas matas, hablando animadamente, siempre iban ahí cada vez que no querían que nadie las encontrara.

- Oye Sami - dijo la de ojos amarillos llamando la atención de Sam

- Dime Al - dijo poniendo su atención en ella

- No te agradecí por salvarme - la miro preocupada

- Claro que si Al - respondió Sam simplemente

- No, es decir, no te di nada como un premio o algo - explico ella y su mirada se veía decaída

- No me tienes que dar nada - dijo está animándola

- Pero a mí me gustaría darte algo - Insistió su amiga

- Está bien - dijo rendida - ¿algo como qué?

- Mmmm, no lo sé - dijo pensativa

- Oh no, ahora me tienes que dar algo, tu insististe - la fastidio haciéndole cosquillas para que se riera

- Mmmm ¿Que tal un beso? - Propuso inocentemente

- ¿Un beso? - pregunto confundida

- Si - contesto su amiga - cierra los ojos - le ordeno dispuesta a dárselo.

Samantha le hizo caso y cerró los ojos, Alice acerco muy lentamente su rostro al de su amiga para darle un pequeño y casto beso en los labios, ellas los sintieron eterno, pero la verdad no había durado más de 4 segundos, después de eso solo se empezaron a reír y luego de un rato subieron a la habitación de Alice, para tener su noche de Pizza y Películas.

Una semana después a cada una ya le tocaba regresar a casa, por lo que las niñas se despidieron llorando creyendo que nunca más se volverían a ver.

No Soy Una Buena InfluenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora