Capítulo 34

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El sábado había amanecido lluvioso y ese era el clima favorito de Sam. A un lado de su cama tenía una ventana por la que podía ver las gotas caer y eso la relajaba, ese día no iba a visitarla la psicóloga, así que no esperaba a nadie. Sin embargo unos gritos afuera de su habitación habían roto la pequeña paz de Sam, está vio la hora en su celular 9:30, concluyó que era el berrinche matutino de Alice.

- Mamá no me importa el trato extraño que hicieron ustedes yo no prometí nada - Se quejó Alice

- Yo sólo hago lo que Sam me pidió - se limitó a decir Anna

- No sé, me cuesta creerte detective Rodríguez - Recrimino Alice, que aún seguía enojada con su madre por mentirle tantos años

- Alice, no me hables así, respeta - Advirtió molesta con tono amenazante

- Mamá por favor - Suplico Alice - Si alguna vez has estado enamorada, déjame verla - Anna suspiro, su hija la había vencido por cansancio y de todos modos Sam tenía que enfrentarla dentro o fuera de esa habitación.

- Está bien - Aceptó - Déjala pasar - le dijo al Guardia y este obedeció.

Alice sonrió victoriosa, ahora Sam la escucharía.

- Tu vences por cansancio - Dijo Sam divertida apenas la vio - Hasta yo estaba apuntó de dejarte entrar.

- Eres una idiota - la regañó. Estaba enfadada, no importa si le había salvado la vida, la había ignorado por una semana. – No puedes venir e ignorarme de esa manera, no puedes – El reclamo sonaba casi a grito y poco a poco Alice se fue acercando a Sam.

- Ok reconozco que merezco tus insultos - admitió Sam, pero al contrario de estar molesta, estaba feliz, ver a Alice siempre la hacía sentir así.

Alice bajo la Guardia ante el comentario de Sam, y pasó de estar molesta a preocupada.

- ¿Cómo estás?- Preguntó acercándose más a ella.

- ¿Me creerías si te digo, que mejor ahora que te veo? - Inquirió burlona, y vio como Alice negaba con la cabeza - Pues si supieras que es verdad.

- Si fuera verdad no me habrías prohibido la entrada - Reclamó Alice dolida y más calmada.

- Lo que pasa es que cuando te veo a los ojos, no puedo pensar con claridad - Reconoció - Y nublas el poco juicio que me queda - Bromeó, pero Alice la golpeó suavemente por el hombro

- No digas eso - Pidió - Yo estaba muy preocupada por ti - contó sentándose en el borde de la cama - Y de repente mi Mamá llega con un mensaje tuyo en el que en pocas palabras estas diciendo que no quieres verme y aun así vine porque quiero escuchar ese mensaje de tu boca y mirándome a los ojos. - Exigió Alice con mucha determinación.

- Alice yo te amo - Confesó Sam y eso dejó a Alice perpleja, entonces quiso hablar pero Sam la detuvo- Créeme, eso va a ser lo más fácil de todo lo que tengo que decir. Tu mereces algo mejor que yo, una casi asesina arrepentida, que lo único que tiene para ofrecerte son problemas. Tu mereces enamorarte de alguien mejor, yo no soy buena para nadie, yo... - Sam fue interrumpida por Alice de un beso.

Alice no quería seguir escuchando a Sam menospreciarse a sí misma, no lo soportaba, era un beso lleno de muchos sentimientos mezclados, pero ellas pudieron identificar uno, él "Te extrañe".

- No quiero escucharte decir eso otra vez - Ordenó Alice al separarse, aunque sus frentes seguían Unidas - Yo soy la que tiene que decidir si eres buena para mí o no, sólo yo, y no puedo enamorarme de alguien más cuando estoy enamorada de ti - Confesó - Y tampoco me importa cuántos problemas tengas, yo estaré ahí para ayudarte a superarlos uno a uno. Para mí no hay mejor persona que tú, que estuviste dispuesta a dar tu vida para Salvarme - Dijo botando una lágrima y entonces fue Sam la que cortó distancia y la beso, era un beso cargado de cariño, de amor

No Soy Una Buena InfluenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora