Capitulo 17

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-¡Alanís! - Exclamó Alice de emoción al ver a su hermana.

- ¡Alice! - Exclamó esta también de emoción y ambas se saludaron con un abrazo.

Eso fue inesperado, Sam se quedó sin habla ante la presencia de Alanís allí, ella no había cambiado casi nada, seguía siendo muy linda y encantadora e igual de sonriente y feliz que toda su familia. Sam empezó a sentir pánico de que la hermana mayor la reconociera y su peor miedo, no demoro hacerse realidad.

- ¿Quién es ella? - Preguntó Alanís a su hermana señalando a Sam.

- Ah, es Sam una compañera del Liceo - le explicó y luego se dirigió a Sam - Sam ella es mi hermana mayor Alanís

- Es un placer - Alanís extendió su mano - Puedes decirme Ali - se presentó tal cual lo había hecho la primera vez, Sam dudo en corresponder, pero al final lo hizo.

- El placer es mío - Alanís se acercó más a ella y la observó bien.

- Te conozco - dijo Alanís sin ningún tipo de vergüenza - sé que te he visto en otro lado - Sam se alarmó y busco con la mirada a Anna, la cual entendió su mensaje "Impide que me recuerde delante de Alice" - Sam... Sam... ¡Ah! Ya sé, Samantha - la recordó - La niña, la de la piscina, que casualidad encontrarte aquí

- ¡No!... creo que me confundes - Sam negó - no recuerdo haberte visto antes.

Alice las miraba a ambas, pero no entendía nada de lo que estaba pasando, y empezaba a creer que su hermana había estado consumiendo algún tipo de substancia extraña en la universidad.

- Si Alanís – Intervino su Madre - creo que realmente te confundes de persona - Anna le dio una mirada que Alanís pudo entender perfectamente, "Finge que no la conoces".

- Si...Tal vez es cierto – Dijo bajando la emoción de su voz, pero sin comprender nada realmente - Me confundí lo siento, en serio me recordaste mucho a esa chica, es que hasta... tienen el mismo nombre – rectifico, pero Alanís le daba una mirada analítica a Sam

- Si bueno, está bien no importa, a cualquiera le pasa – Justificó – En fin, fue un placer conocerte, Adiós me tengo que ir, gracias por todo - Apenas terminó de hablar, Sam salió corriendo de allí.

- ¿Porque hiciste eso? - Reclamó Alice - Va a creer que estás loca o algo.

- Lo siento, en serio me confundí - Se disculpó, pero Alanís no la miraba a ella, miraba a su madre. No sabía muy bien que había pasado en su ausencia, pero lo iba a descubrir.

- ¿Qué haces aquí? – Preguntó su madre - Pensé que te tardabas una semana más

-¿Qué? ¿No te alegras de verme? - finge estar dolida.

- Ay no digas eso - Anna la regañó mientras se acercaba para abrazarla.

- Es broma - aclaró - Tienes una hija tan brillante que se libró de los exámenes incluso antes de presentarlos.

- La Universidad está de paro ¿Verdad? - Adivinó Alice, la cual hizo que su madre Riera y Alanís le diera una mirada asesina.

- si bueno - admitió - también eso.

- Bien, Alice cariño lleva a tu hermana a su cuarto, mientras les preparo algo - Pidió Anna que se dirigió a la cocina una vez que terminó de hablar.

Por otra parte Sam caminaba a casa de su madre tranquilamente y al ver la chaqueta entre sus manos, no pudo evitar hacer algo que en otro momento hubiera pensado que era demasiado cursi para ella. Se acercó la chaqueta a su nariz y pudo notar que efectivamente olía a Alice, y Alice siempre olía a cereza. Tal vez era su perfume. Pero de pronto se encontró en frente de su casa, su madre Sarah la había llamado y había hablado con ella para que fuera.

No Soy Una Buena InfluenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora