-¡Al fin en casa!Abrí los ojos al oír ruidos extraños. Me incorporé lentamente en la cama, aún muy dormida para saber realmente si seguía soñando o no. Estaba confundida, pero estaba segura de que había escuchado a alguien. Miré rápidamente alrededor, intentando ajustar mis ojos a la oscuridad del cuarto. Esperaba que la voz fuese parte de mis sueños y me encontrase sola y segura. Soltando un suspiro casi resignado pude ver tres sombras al otro lado de la habitación. La sombra de en medio parecía encontrarse más cerca que las otras. ¿Había extraños en mi apartamento?
-¿Quiénes son?- pregunté, sintiéndome idiota.
-Oh, buen día, pequeña- una voz con tono grave dijo.
Rápido, acudieron a mi mente los consejos que cualquier persona conoce: entrégales todo lo que piden, permanece calmada, no grites y se irán pronto.
Honestamente, no era una gran sorpresa. Todo mundo me había advertido sobre esto cuando había anunciado mi idea de vivir sola. Considerando quién era mi padre, con su gran fortuna, era natural que decidiesen robarme. No me importaba. Me rehusaba a no poder vivir una vida lo más normalmente posible. Quería vivir sola, tener privacidad. No me interesaba el dinero, podían llevárselo todo si eso deseaban.
-Tomen todo lo que quieran. El dinero está en—.
Fui interrumpida por el chasquido de una lengua.
-Oh, no, querida. No estamos aquí por el dinero- dijo la sombra más cercana a la cama, dando unos pasos en mi dirección -Hemos pasado por todos estos... problemas, solo para recogerte.
Su voz destilaba ironía.
-¿Qué? ¿Recogerme? – repetí estúpidamente.
La voz del hombre me sonaba vagamente familiar. ¿La había escuchado en las noticias? ¿Acaso trabajaba para mi padre? No, no podía ser. Mi padre me habría avisado que iban a recogerme.
-¿Eres Kat Hampton? –preguntó, dejando escapar las palabras lentamente.
Unos segundos pasaron en silencio, llenando el aire de tensión, hasta que su voz sonó nuevamente.
-Es una pregunta sencilla.
Mi corazón se aceleró al oír su amenazador y peligroso tono. Le respondí rápidamente, con la voz temblorosa, bajando la mirada.
-Lo soy.
Sentí un movimiento en la cama y levanté los ojos para encontrarme con la silueta del hombre sentándose a pocos centímetros de mí. Levantó una mano y la acercó para darme unos golpes en la rodilla.
-¿Verdad que no fue tan difícil de contestar?
Moví la cabeza con energía, dejando escapar un bajo "no". A pesar del miedo, no podía evitar preguntar. Necesitaba respuestas. Necesitaba saber qué estaba pasando.
-¿Por qué me buscan? – pregunté, tratando de sonar calmada.
Comenzó a dar golpes repetidos en mi rodilla mientras unas carcajadas resonaron por la habitación, como si le hubiese contado el mejor de los chistes.
-¿Por qué? –repitió, con la voz aguda por la risa- Fuera de la cama – ordenó, cambiando repentinamente el tono de voz a uno serio.
Era obvio que de algún modo le había molestado que hiciera preguntas. De pronto se paró, como si hubiese recordado algo, y se dirigió a los otros dos hombres que mantenían su distancia, parados en el mismo lugar que antes.
-Démosle a la pequeña Kat espacio, ¿qué dicen?
Los hombres inmediatamente se dieron la vuelta y se retiraron, dejando la puerta de mi habitación abierta. Bueno, era obvio quién estaba al mando.
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La cordura es una ilusión
FanfictionLa vida normal de Kat Hampton se ve interrumpida cuando, una noche, entran en su casa tres hombres a secuestrarla. Uno de ellos es nada menos que el Payaso en persona: el Joker. ¿Podrá Kat mantenerse cuerda luego de todo lo que Joker le hará vivir...