Capítulo 13

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-Oh, Buck, Buck, Buck – siseó el payaso, dando unos pasos en nuestra dirección.

El secuaz se paró y yo me incorporé en el sillón, acomodando mi vestido. Cuando vi el rostro de Joker, el alivio que había sentido por su presencia desapareció. Se veía letal.

-¡Jefe! ¡No es lo que parece! –dijo Buck, dando pasos hacia atrás.

Joker continuó caminando lentamente, y posó su mirada en la mía, ignorándolo.

-"Joker" de nuevo- soltó, mientras los secuaces se miraban entre sí, sin comprender. ¿Le había molestado que en un momento de desesperación gritase Joker en vez de algún apodo o algo? Volvió la vista a Buck, que caminaba despacio, retrocediendo, en dirección a la puerta- Buck, muchacho. ¡No te preocupes! Realmente, estaba esperando algo como esto- llegó hasta mi lado y estiró el brazo, tomándome por una muñeca. Tiró y me atrajo a su cuerpo, rodeándome con su brazo por la cintura- Dime, Katsy, ¿qué sucedió exactamente?

Los ojos de los secuaces sobre mí me hacían sentir en exceso incómoda. Apenas comprendían la situación. Richard me observaba asustado, cauteloso. Me preguntaba si esta vez, si de pronto Joker decidía desquitarse conmigo, él me ayudaría en vez de callarse y dejar que el payaso me torturase. Levanté la mirada y me encontré con la de Joker. Se me encogió el corazón. No quería su ira en mí, incluso si eso significaba perjudicar a Buck. De todas formas, el tipo era un idiota.

-Él... él-titubeé.

-¿Si? –me presionó el payaso, apretando sus dedos contra mis costillas dolorosamente.

-Casi me... -suspiré y bajé la mirada- casi me viola.

Joker, con su otra mano, sacó un arma y la apuntó a Buck, que se quedó petrificado a unos pasos de la puerta. 

-Vaya, vaya, ¿no pensarás en escaparte, eh, Bucky? –sonrió ampliamente- Pensé que querías jugar un poco con Kats, ¿no te quedas?

Miré a Joker asustada, pero no tuve el valor de separarme de él. 

-No –dijo Buck, tratando de mantenerse calmado- Ella miente.

Lo miré con odio. ¿Con que quería jugar a eso? Iba a negar lo que había intentado hacer y si Joker creía que yo lo había molestado por nada, de seguro el castigo iba a ser para mí. No iba a permitírselo. Era un completo idiota y no sentía ninguna lástima o empatía por mi, eso estaba claro. No tenía por qué cuidarlo.

-No, no miento –se me aceleró el corazón de rabia y miré a Joker, casi suplicándole, y señalé al secuaz que lo había ayudado- él me sostuvo y Buck comenzó a tocarme la pierna...- pensé en algo que pusiese a Joker un poco más de mi lado. Quizá si finalmente no lo llamaba como "Joker"... Podía limitarme a lo que tenía tallado en mi piel- J, no miento -dije suavemente.

Subió su mano a mi rostro y lo aprisionó, acercando el suyo al mío.

-Sé que no, Kats- me soltó, tirándome a un lado, y rodeó el sillón, sin dejar de apuntar a Buck, acercándose a él –Toma el arma y ven aquí –me ordenó.

Asustada, trastabillando, busqué mi arma y la vi casi debajo del sillón, donde se había caído entre todos los movimientos. La tomé y me dirigí cautelosa a su lado. Realmente no estaba pensando en usarla, ni siquiera sabía disparar y no quería hacerlo, pero no quería negarle nada a Joker. Parecía no querer lastimarme y eso, en él, ya era mucho. Los nuevos secuaces me observaban con miedo, y no podía decidir si la sensación me gustaba o no. No quería que pensaran que estaba loca o algo, pero estaba segura que después de esto, fuese lo que fuese, no iban a meterse conmigo.

-¿Jefe? –dijo Buck, sonriendo forzosamente, como si no comprendiese- No va a dispararme, ¿cierto? No puedes creerle a una niña rica. Sabe de negocios y engaños. Son todos iguales.

-Oh, no, Bucky, no voy a dispararte- Joker cambió repentinamente la dirección del arma y pasó a apuntar directamente a Richard- Pero Kats lo hará, a menos que quiera que yo dispare primero.

Miré a Richard asustada y levanté mi arma, empuñándola en dirección a Buck, solo para hacer tiempo. No tenía la menor intención de matarlo yo misma.

-Jo—J, no... aun no me has enseñado a disparar- dije como excusa, comenzando a sudar de nervios.

No podía realmente hacerme esto. Egoístamente, yo podía soportar que Buck pagase el precio por salvarme a mí misma, pero no podía ser yo quien jalase el gatillo. Era demasiado. ¡Yo no era una asesina!

-Vamos, Kats, te encuentras a menos de dos metros. A esa distancia pudiste con Gale, ¿verdad? –me guiñó un ojo y señaló mi arma con su barbilla- Querrás quitarle el seguro, primero.

-De hecho, no quiero- se me escapó – ¿No puede ser de otro modo? –suavicé mi tono, intentando remediar mi impulsividad.

Richard estaba estático en su lugar, y el miedo se veía en sus ojos. Ambos temíamos que Joker decidiese dispararle de un momento a otro, pero yo no podía llevarme a mí misma a apretar el gatillo. ¿Cómo había hecho para dispararle a Joker frente al orfanato? Había sido involuntario, pero había sido yo al fin y al cabo. 

Joker bufó y giró rápidamente su arma a Buck, disparando sin pensárselo dos veces. El tiro fue en la pierna, y el desgarrador grito de dolor me sacó de mis pensamientos. Joker volvió el arma a Richard mientras Buck se retorcía de dolor en el suelo.

-Ahora puedes hacer tu acto noble y sacarlo de su sufrimiento, ¿qué dices? –rió con fuerza, apuntando directamente a la cabeza de Richard- ¡Tick-tock, Katsy! Se me agota la paciencia.

Abrí los ojos desesperada y me giré hacia Buck. Saqué el seguro torpemente y empuñé el arma con ambas manos. Respiraba agitada y sentí como algunas lágrimas comenzaban a rodar por mis mejillas. No iba a dejarme opción y no podía negarme a mí misma que prefería un millón de veces que Richard viviese antes que Buck. Había intentado violarme, no era un buen hombre. Eso no justificaba lo que iba a hacer a continuación, pero si Joker mataba a Richard no iba a poder perdonármelo. Mis manos comenzaron a temblar. Los oídos me zumbaban. No podía hacer esto. No podía.

-Perra enferma- escupió Buck, entre gemidos de dolor, mientras sostenía su pierna.

Un sonido lastimó mis oídos e hizo temblar mi cuerpo. Luego de eso caí de rodillas al piso y logré sostenerme con mis manos, evitando desplomarme. Delante de mí, Buck se tomaba el abdomen, perdiendo sangre y movilidad con cada segundo que pasaba. No sentía mi cuerpo y mi mente no comprendía nada de lo que sucedía. De pronto, alguien me levantó y unos llamativos colores nublaron mi vista. Violeta y verde, por todas partes. Algo rojo. Su boca se movía, pero no podía escuchar lo que decía. Intentaba comprender, pero me resultaba imposible. ¿Acaso... había disparado? Sí. Lo había hecho. Había salvado a Richard, pero había matado a un hombre. En cuanto el pensamiento cayó en mí, sentí el estómago revuelto. Subía y bajaba, hasta que no pude contenerlo. Vomité. Temí haber manchado a Joker. No quería enfurecerlo, pero para cuando miré, él ya no estaba. ¿Cuándo se había alejado? ¿Había estado siquiera cerca? ¿Lo había imaginado? Sentí unos brazos rodearme, y al girar mi rostro asustada, escuché a lo lejos una voz, que poco a poco fue moldeando el rostro que tenía a mi lado. Richard intentaba confortarme. Un secuaz me alcanzó un poco de papel, y lo tomé sin pensar, apretándolo en mi mano, sin usarlo. Giré un poco los ojos por el cuarto y vi a otros secuaces arrastrando el cuerpo de Buck fuera del departamento. Sentí nauseas nuevamente y vomité una vez más.

Cuando todo comenzó a ponerse negro, sonreí y agradecí. No quería pensar. No quería estar despierta. Sentí los brazos de Richard al sostenerme y reí en voz alta, dejándome caer en la inconsciencia. 

La cordura es una ilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora