Capítulo 15

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No sabía del todo a dónde estábamos yendo, pero tomé el regalo y me lo puse, sin pensar mucho, en la pierna sana. Era una pistolera pequeña, para colocar en el muslo, y me pareció sensato dentro de la locura. No iba a ir con la pistola en la mano a dónde fuera que estuviésemos yendo, ¿verdad? Esto era práctico. Mi vestido era algo corto y no sabía si el sacón rojo iba a taparla, pero no importaba del todo. De todas formas, probablemente con Joker al lado no iba a ir a un lugar donde una pistola llamase la atención. De hecho, las manchas oscuras de sangre en el sacón debían ser más llamativas que el arma... o el hecho de que yo fuese Kat Hampton y me viese como me veía.

Sentí una punzada de dolor al pensar en mi nombre. Me resultaba más simple pensar que "Katsy" había matado, y no que Katherine Hampton, la chica que había sido toda mi vida, lo había hecho. <<Para salvar a alguien>> me dijo una voz en la cabeza. Si, para salvar a alguien, pero eso no quitaba lo sucedido.

Finalmente, llegamos a destino y vi a Joker bajarse. Lo imité y me quedé observando el edificio que se encontraba en frente. Habían muchos autos mal aparcados, casi tirados sin orden alguno, por la desolada calle. Por lo que veía, no estábamos muy lejos de la zona de Tierra de Nadie que había quedado abandonada. Estaba algo mejor, pero no estaba evidentemente reparada del todo. Los hombres fueron bajando y acomodaron mejor sus ocultas armas.

-Bien, ¿quieren unos tragos, muchachos? –exclamó Joker, y los hombres fingieron risas y vitorearon.

-¿Vamos a un bar?- pregunté, incrédula- Son como las 11 de la mañana.

Algunos hombres me miraron como si estuviese totalmente demente por hacerle ese comentario a Joker.

El payaso se acercó y me pasó un brazo por los hombros.

-¡Precisamente! Cuanto más extraño sea, menos sospechas levanta.

-Eso no tiene sentido- lo miré y sonreí –o quizá sí, ya no sé.

-"Solo sé que no sé nada", ¿eh? Es el primer paso. Vas bien.

Me soltó y se dispuso a caminar en dirección hacia la puerta. Dio unos golpes y se abrió una pequeña rendija por la que unos ojos inspeccionaron a los recién llegados. Los ojos se abrieron grandes y la rendija se cerró rápidamente. Obviamente, no fueron necesarias preguntas ni nada, la puerta se abrió e ingresamos uno atrás del otro. Dentro, había un olor a humo insoportable y la música sonaba relativamente suave. El lugar no estaba abarrotado de gente, pero no estaba lo vacío que había esperado, dada la hora.

Mientras caminábamos, internándonos en el lugar, la gente nos miraba, tratando de no ser muy evidentes al respecto. Todos matones, por su aspecto, y prostitutas. Esperaba que con mi aspecto no adivinaran quién era. No podía soportar que sacaran a relucir quién era. No quería ser quien era.

-¡Eh, Billy! ¿Qué tal tu mujer? – palmeó Joker en el hombro a un señor que no dejaba de mirarme, entre extrañado y hambriento – Bonitos ojos tiene, quedarían bien en un llavero, ¿no crees?

El hombre estaba evidentemente ebrio, sosteniendo una botella de whisky con una mano y un vaso con la otra. Cayó en la cuenta de que había estado mirando fijamente en nuestra dirección y volvió la vista a su bebida, sin contestar a Joker. Fue claro que él no esperaba respuesta, de todos modos, porque siguió caminando hasta llegar a una puerta que se encontraba en el extremo más alejado de la entrada.

Se frenó y giró, y todos nos acercamos.

-Bien. Esta es una aburrida charla de negocios, y no quedará amistoso que entre con todos ustedes. Así que, solo necesito un par de voluntarios y ya. Será rápido.

La cordura es una ilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora