sofía.

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Antes de que me perdiera en otro ataque, una voz estridente de mujer resonó en la cámara.

_¡Lucas!

el borde afilado de sus colmillos acababa de empezar a rasgar mi piel. el hombre gruño de frustración y me empujo lejos. con la sacudida, me golpee la cabeza contra el muro de cemento.

lo maldije en susurros.

«Así que te llamas Lucas.»

—¿ Qué estás haciendo?—preguntó la voz femenina.

Me esforcé por ver quién era mi salvadora, pero Lucas me bloqueaba la visión.

—¿ Qué crees que estoy haciendo, Vivienne? ―Su pecho subía y bajaba, y el hombre parecía preparado para arrancar la cabeza a esa tal Vivienne―. Siento mucho todo esto, Sofía, querida —dijo Lucas girándose hacia mí. Me miró como si yo fuera su aliada—. Parece que mi hermana no puede dejar las cosas en paz.

«Hermana.»

El corazón se me hundió.

—Te dije que la pusieras en Las Celdas con las demás —le recriminó Vivienne—. No es para que tú te des un festín.

—Yo la encontré —gruñó Lucas.

—La encontraste para Derek.

Lucas apretó los puños.

—Siempre me quedo con las chicas que encuentro en mis cacerías.

—Ya tienes muchas en tus dominios. No necesitas quedarte con esta. Corrine dejó claro que las mujeres jóvenes que se encontraran hoy deben reservarse para cuando Derek despierte. Lucas me miró detenidamente. Su nuez subía y bajaba al tragar saliva, desposeído del bocado que ansiaba con desesperación.

Me agarró de nuevo la cara con la mano y pasó su pulgar por mis labios.—Esta pequeña y frágil ramita no puede ser la elegida —murmuró, y su sojos se oscurecieron—. No entiendo por qué todo el mundo parece adorar el suelo que pisa Corrine. Da igual lo que diga esa bruja, el Bello Durmiente no ha mostrado señales de despertarse pronto.

—Derek se despertará en breve. Cuanto antes lo aceptes, mejor será para todos.

Lucas hizo una pausa, con la mandíbula en tensión.

—¿ Por qué lo eliges constantemente a él por delante de mí?

—No tengo tiempo para esto...

_¿ Qué hace para que le seas tan leal? ―Los hombros de Lucas se balancearon.

El silencio cayó entre los hermanos. Vivienne suspiró.

—A pesar de lo que piensas, no tiene nada que ver con el hecho de que sea mi gemelo. Tiene todo que ver con quién eres tú y quién es él. Te quiero, Lucas,pero debes aceptar que no estabas destinado a gobernar. ―Sus palabras eran firmes, aunque no carecían de un matiz afectuoso. Los ojos de Lucas mostraron un atisbo de dolor. Y después rabia, que descargó sobre mí. Cerró una mano sobre mi cuello, restringiendo mi respiración. Una garra sobresalía de su pulgar. Gemí cuando la pasó por mi labio inferior, haciéndome un corte.

—Lucas. Detente —gritó Vivienne.

Me soltó, permitiéndome recuperar el aliento.Se hizo atrás, separándose de mí y mirándome fijamente, como si fuera la cosa más desagradable que había visto en su vida.

—Solo estoy intentando ayudarte a despertar a tu querido Derek, Vivienne. Llévate a esta pequeña descarada y haz que bese al Bello Durmiente. Probablemente el sabor de su sangre despertará al príncipe. Lucas comenzó a caminar hacia la puerta, pero se detuvo para lanzar una mirada de odio a su hermana―. ¿No es así como crees que va a funcionar todo cuando Derek se despierte? ¿Como en un cuento de hadas?

El alivio me recorrió cuando finalmente salió con paso airado, dando un portazo tras él. Por primera ez miré detenidamente a Vivienne, que estaba al otro lado de la sala.

Si pensaba que Lucas podía ser hermoso, era mucho más impresionante contemplar a Vivienne. Era unos centímetros más baja que su hermano, pero tenía el mismo pelo oscuro y tez pálida. Sus ojos, sin embargo, eran diferentes. Con la luz dela habitación casi parecían violetas.

Me observó con detenimiento y cautela,como si fuera una pesada carga que tenía que soportar.

—Gracias —jadeé. Le dilas gracias de verdad, apartando momentáneamente el pensamiento de los horror es que Vivienne podía tener reservados para mí.

—Entiende, niña, que tú aquí no eres nada. No eres más que un peón, una pieza que se usa para hacer que el tablero se mueva. Tu mejor oportunidad de sobrevivir es ganarte el afecto de Derek. Y, teniendo en cuenta todo lo que sé de él, ni siquiera estoy segura deque eso sea posible.

«¿ Un peón? ¿Una pieza? ¿Ganarme el afecto?»

Unas pocas horas antes, era una turista caminando por una playa. Aunque no entendía de qué estaba hablando, sus palabras asestaron el golpe de gracia a mis esperanzas.Fuera lo que fuera este lugar llamado "La Sombra", no contaba con ningún aliado. Ningún amigo. Solo podía depender de mí misma. Y me di cuenta deque ese era el aspecto más aterrador de mi situación. Al fin y al cabo, ¿cómo podía depender de alguien en quien no confiaba?

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Sombra de vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora