Ángela: ¿Entonces?
Kamilah: No lo sé. Ya te dije, no me gusta, sólo me intriga.
Ángela: Amiga, desde que te despertaste has estado pensando sólo en el tal Robert.
¿Esperas que crea que no te gusta?
Kamilah: Sí, es exactamente lo que espero de tí.
Ángela: Está bien. ¿Qué harás? Ve a buscar a Mr. Víctima Misteriosa.
Kamilah: Qué graciosa. Tengo que encargarme de otros asuntos.
Ángela: Buena suerte con tu búsqueda.
Ángela tiene razón, desde que me dejó en la puerta de mi casa no he podido dejar de pensar en él. Tengo claro que no me gusta, es imposible tener sentimientos por alguien a quien sólo llevas una noche conociendo, pero debo admitir que la curiosidad por saber quién es él realmente me carcome por dentro. ¿Qué clase de chico puede gastar tanto dinero?
—¿Es acaso hijo del dueño de una empresa gigante? ¿Dueño del supermercado? —digo para mí misma esto mientras me veo en el espejo.
—No va a dejar de verse mal con botas, Kamilah —habla mi madre detrás de mí, regañandome por querer usar botas con mi elegante vestido de graduación.
—Lo sé, pero no quiero usar tacones.
—Deja de reprochar, no vas a morir por usarlos un día. No hay más discusiones. —cierra la puerta detrás de ella dejando a su hija, es decir, a mí con las palabras en la boca.
≪Si tan solo supieras cuanto tiempo usé tacones ayer≫, pienso y me resigno usar tacones para la fiesta de graduación. Para mi buena fortuna, mis padres no se dieron cuenta de mi larga ausencia en casa ya que se encontraban de visita en casa de mis abuelos, quienes vinieron hoy sólo para ver a la menor de sus nietas graduarse. Me resulta un poco incómodo tener a tanta gente en mi casa, los amo, pero estoy acostumbrada a tener la casa sólo para mí. El que mis padres sean un piloto y una azafata facilita este hecho.
Me alejo del espejo, y me quito el vestido que usaré esta noche. Cuando me dispongo a colgarlo en mi closet, veo mi nueva adquisición: el vestido que Mr. Víctima; quiero decir Robert, compró para mí. Automáticamente un millón de preguntas sobre él, invaden una vez más mi mente. Definitivamente, tiene algo intrigante.
Con la intención de alejar a Robert y todas las preguntas de mi cabeza, decido dar una vuelta por el parque que queda cerca a mi casa. Me levanto de mi cama, me pongo lo primero que encuentro, sujeto en una cola mi cabello, agarro mi cámara y ya estoy lista para salir. Ya en el parque, tomo varias fotos de flores e insectos que encuentro en el camino y como por arte de magia me siento completamente relajada y las preguntas que me llenaban la mente se disiparon.
Feliz y tranquila, reviso mi reloj, se me ha hecho tarde para arreglarme. Empiezo a correr y camino a mi casa veo a un chico alto y rubio que se me hace bastante familiar.
—¡Oye! —grita el joven —¡Hey, secuestradora! —empieza a caminar.
Me paro en seco. —¡¿A mí?! —hablo en voz baja intentando que no me escuche.
—Sí, tú —no me doy cuenta de que ya está cerca así que logra escucharme.
—Oh. ¿Hola?
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Conexión. [En Edición]
RomanceDos chicos jóvenes, Robert y Kamilah se conocen por un inesperado evento gracias a su amiga a distancia Ángela quien conoce a ambos. Robert, hijo de un padre multimillonario con el que no se lleva bien, está a punto de graduarse y poder entrar a la...