5: Teléfono 🎶

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Robert: Ya no la veo, tal vez no vino a la casa de esta chica.

Ángela: ¿Estás seguro que la viste?

Robert: No estoy loco Angy, hasta Niles la vio

Ángela: Ok... solo tranquilizate y no dejes que te afecte

Robert: Me la pones difícil

Ángela: Y dónde está Kamilah?

Robert: Está en la entrada con los demás

Yo estoy en una pequeña sala para tomar té me parece

Por un momento casi lloro

Ángela: Tranquilo Rob, a lo mejor solo fue ese rato y ya

Solo diviértete y no pienses en eso

Te dejo, debo dormir ya, ve con Mili, y conócela

Robert: Mili? Desde cuando le pusiste ese apodo?

Ángela: Bye 😘 

Llorar, solo quería regresar a mi departamento y pensar que todo fue solo una pesadilla de esas en donde te despiertas llorando. Ni siquiera soportaba la idea de estar cerca de ella, y al ver que ya ni parecía ser la misma persona... fueron demasiados recuerdos en mi mente.

Ni siquiera sentí el beso de Kamilah, de haber sucedido solo unos minutos antes, quizá hubiese pasado algo totalmente diferente, pero hasta mi amigo sabe que lo único que quiero es estar solo, y me pregunto por qué dejé entrar a Kamilah al auto. "Llévame por favor", fue todo lo que escuché salir de los labios que acababa de besar.

Encendí el auto, y antes de que pudiese levantar la mano para encender la radio ella la tocó buscando una emisora.

—¿Qué música te gusta escuchar?, la emisora no es la misma de ayer —dijo.

—Ellos la cambiaron al conectar su teléfono.

—Ya veo —dijo ella con voz casi llorosa, tal vez confundida por lo que había sucedido, pero me sentí mal al respecto.

—... —aún faltaba mucho por recorrer así que me dispuse a ofrecerle mis disculpas por a haber sido tan frío en ese momento —Lo siento.

—¿Por qué te disculpas? —no podía reconocer sus sentimiento cuando hablaba, era la primera vez que escuchaba a alguien hablando de esa manera.

—Por no haberte correspondido el beso.

—¡Ja! Ya no importa, solo llévame a casa.

—Besas muy bien —«¡Soy idiota!».

—Ajá... — Busca con la mirada el bolso que había dejado en el auto, una vez que lo encuentra lo sostiene entre sus brazos y dirige su mirada a la ventana.

Ya no sabía que responder, solo quería que todo terminara este sentir, pero al mismo tiempo quería disculparme con Kamilah; si no hubiese llegado yo a la graduación tal vez ella estaría festejando con sus excompañeros. Las canciones pasaban y pasaban, ya eran casi las doce otra vez, las altas construcciones urbanas pronto apagarían sus luces. Así que pensé en compensarla por mi mala actitud, y... aunque en realidad quería estar solo, la noche anterior con ella era algo digno de repetir. Al llegar a la avenida central me detuve frente a uno de los rascacielos más altos, el que mejor vista al cielo tenía, era propiedad de mi padre así que no habría problema al querer entrar.

Conexión. [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora