Capítulo 11: Visita

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Ángela: ¿Entonces ya terminaste con todas la maletas?

Robert: Ya nena, ya tenemos instalado todo lo necesario

y creo que Niles irá hoy al super a comprar comida

Ángela: ¡Cómprame algo rico!

Robert: Mejor te lo preparo yo

O mejor los dos juntos 😍

Ángela: Jaja tu sabes que sí

Robert: ¿Y cuales son tus planes para hoy?

Ángela: Vamos a salir con mis papás al cine luego de que salga de clases

Robert: Tus papás me ponen nervioso

Ángela: Jaja no vas a pedir mi mano en matrimonio

Solo vas a pedir permiso para ir a verte

Robert: Cuando sean tus vacaciones hablaré con ellos

Ángela: ¡Sí! te caerán bien seguro

Te dejo que se me hizo tarde

Chau

Una semana después de la mudanza, salimos con Mili, ella y Niles están buscando trabajo en el centro comercial, mi padre vendría por mí en una hora para la esperada salida que se ha atrasado ya casi dos meses, no faltaba mucho y no necesitaba hacer mayores cambios en mi outfit* que arreglarme un poco el cabello. Llevo todo el día pensando que qué carrera estudiar, no tengo mayores planes para mi vida en un futuro, y ahora que el dinero no es problema podría cambiar de carrera sin problemas. Hace meses que hice los exámenes de admisión para la facultad de medicina, mi madre quería que fuera doctor así que al menos haré que se sienta orgullosa.

No pasó mucho hasta que mi padre llamó para indicarme que estaba en la entrada esperando por mí; él tenía la ilusión de venir a traerme así que no se la negué. Bajé hasta el lobby, y desde ahí pude ver el auto esperando y todos los empleados muy atentos por si mi padre, quien era dueño del edificio, entraba. Todos se sorprendían al verme, supongo que mi vestimenta no era precisamente la más forma y fina de este mundo. Salí del complejo y me asomé al auto, un Rolls-Royce Dawn de color beige muy señorial y descapotable.

—Hola Richard —le dije para saludar.

—Hola Robert —respondió dejando de ver su teléfono.

No nos habíamos visto muchas veces, tal vez unas cuatro veces contando la reunión en el hotel de la playa.

El silencio fue incómodo hasta llegar a un edificio alto, bastante lujoso pero viniendo de mi padre no era sorpresa, le gusta darse gustos costosos por todos lados. Estacionamos el auto en un lugar especial en el primer sótano, apartado del resto de autos, en seguida subimos hasta una de las plantas más altas.

—Sigue este pasillo hasta las puertas grises, verás a la secretaria, dale tu identificación y ella te dejará pasar.

Asentí con la cabeza y seguí hasta las grandes puertas grises, tal como dijo mi padre la secretaria me pidió la identificación, al dársela su gesto de asombro fue leve pero visible.

Conexión. [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora